Erik llevaba más de 15 años en España tras salir de Nicaragua. Este fin de semana celebraba junto a su familia y amigos su cumpleaños número 30. Pero la tragedia los alcanzó.
Al menos 13 personas murieron en un incendio que arrasó tres discotecas contiguas la madrugada del domingo en una zona de Murcia, en el sureste de España.
El local donde se originó el incendio es la Fonda Milagros, conocido en por ser un lugar de encuentro de la comunidad latinoamericana de la zona.
Los fallecidos eran de nacionalidad colombiana, nicaragüense, ecuatoriana y española con doble nacionalidad ecuatoriana, según los datos que se tienen hasta momento, explicó Francisco Jiménez, delegado del gobierno en Murcia.
Jiménez pidió paciencia para que los especialistas puedan trabajar en la identificación de los cuerpos y en las causas del incendio.
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A ese lugar acudió Erik esa noche para celebrar en un reservado de la parte alta del local. Pero tanto él, su pareja y al menos dos miembros más de su familia fallecieron entre las llamas.
“Primero empezó a salir un denso humo negro que olía como a caucho quemado; segundos después vimos una primera llama y luego se desató el pánico. Todo empezó a arder”, contó a la prensa local Walter, primo de Erik y sobreviviente del incendio.
Él se salvó porque salió del reservado y fue a la planta baja de La Fonda a pedir una copa.
Duro golpe
“Los empleados de la discoteca empezaron a decirnos que desalojáramos. Ayudamos a salir a la calle a mucha gente. Había cientos de personas”, explica este hombre afincado en Murcia hace años y que se gana la vida como jardinero.
“Esto es un golpe muy duro que te da la vida”.
El fuego se extendió a los clubes vecinos y los clientes se apresuraron a escapar de las pistas de baile abarrotadas, contaron fuentes de la Policía Nacional.
«Creo que salimos entre 30 segundos y un minuto antes de que sonaran las alarmas y se apagaran todas las luces (y) los gritos que decían que había un incendio», dijo un sobreviviente a la agencia de noticias Reuters.
Alan Antonio Antía también estuvo en la celebración de Erik, pero después de la cena se fue a casa a dormir. Hasta que recibió una llamada de alerta.
“Llegué a la zona de las Atalayas y me encontré que el local estaba en llamas. Ardía el techo y algunas personas que estaban en la planta baja consiguieron salir. Fue muy angustioso”, relató a la prensa local.
“De las 20 personas de mi grupo, 9 no salieron. Queremos saber qué ha pasado. Esto es una agonía”.
Sin información
Jairo, ecuatoriano y residente en Murcia, acudió el mismo domingo al Palacio de Deportes de Murcia, donde el ayuntamiento ha instalado un operativo con miembros de la Cruz Roja y psicólogos para atender a los familiares de los fallecidos.
Allí, desconsolado, Jairo muestra a los medios su teléfono y pone un audio de WhatsApp.
“Mamá, te quiero, nos vamos a morir”.
Es de su hija, Leidy Paola, de 28 años. Son apenas unos segundos entrecortados en los que se despide de sus padres. Lo mandó antes de que las llamas se esparcieran por completo por La Fonda.
“Es mi hija y no he vuelto a saber nada de ella. Tampoco de su novio”.
Había salido con su pareja y unos amigos desde un pueblo cercano, Caravaca de la Cruz, hacia esta zona de fiesta en Murcia.
«Fueron porque en Caravaca no hay discotecas», dijo Jairo al diario La Verdad de Murcia. «Era la segunda vez que venía».
El padre denunció que las autoridades no le habían dicho nada sobre su hija.
«Un centro de ocio es un centro donde la gente va a sentirse segura, no a encontrar la muerte», dijo Jairo en una televisión nacional.
Darwin, ecuatoriano y residente en la capital murciana, también fue al Palacio de Deporte, en este caso para recabar información sobre una amiga de su mujer.
“Es horrible, aún no se sabe nada y podría habernos pasado a cualquiera de quienes tenemos hijos en edad de salir de noche. Mis hijos, afortunadamente, se quedaron anoche en casa”, comentó entre lágrimas según recoge la agencia EFE.
Las autoridades comenzaron el mismo domingo con la recogida de muestras de material genético entre los familiares de las posibles víctimas con el fin de identificarlas en el mismo Palacio de Deportes donde se les atiende psicológicamente.
Sin licencia desde hace un año
Aún no está claro qué provocó el incendio ni dónde comenzó, aunque el alcalde de Murcia, José Ballesta, dijo a los periodistas que se había producido en el primer piso de La Fonda Milagros.
Tanto este local como el del al lado, la discoteca Teatre, no tenían licencia municipal y sobre ellas había una orden de cese de actividad desde enero de 2022, según trascendió a los medios este lunes.
En ese momento se dictó este cese de actividad porque los responsables del local pidieron licencia para que fuera “discoteca con cocina” y para ello se requería una nueva licencia cuya tramitación “no ha concluido a fecha de hoy”, explicaron las autoridades.
“El único responsable es la empresa, a pesar de las comunicaciones efectuadas para cerrar los locales, hizo caso omiso”, apuntaron.
«Todos los responsables, ya sean parte del gobierno o un individuo, serán llevados ante la justicia», afirmó Ballesta.
El actual encargado del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Murcia anunció que el municipio se personará como “acusación particular” en el procedimiento judicial que se va a abrir sobre este caso, con el objetivo de “depurar todas las responsabilidad de cualquier tipo”.
Diego Seral, de la Policía Nacional, dijo que el techo de La Fonda se había derrumbado, lo que dificultaba localizar a las víctimas y determinar qué había sucedido.
Durante toda la semana se prolongarán las tareas de limpieza, apuntalamiento y desescombro de los tres locales, según la Policía Nacional.
Las instalaciones quedaron muy afectadas por las llamas y los investigadores aún no han podido trabajar en el interior debido al intenso calor y al riesgo por el estado de la estructura.
Se han decretado 3 días de luto tanto en la ciudad como en la Comunidad Autónoma.
El rey de España Felipe VI ha estado entre los que expresaron sus condolencias.
«Dolor y consternación según ha ido avanzando la trágica jornada de Murcia. Nuestra solidaridad con las familias de las víctimas y con toda la ciudad», escribió un representante del monarca en X (antiguo Twitter).
Este suceso es el más grave que ha ocurrido en un centro de ocio en España en los últimos 30 años.
En 1990, en la discoteca Flying de Zaragoza, 43 personas murieron intoxicadas por inhalación de gases.
La mayor tragedia de este tipo que el país recuerda ocurrió en Madrid el 17 de diciembre de 1983, en la discoteca Alcalá 20, en la que 81 personas, la mayoría jóvenes, murieron en un incendio originado en unas cortinas cerca del escenario de la sala.
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