En sus muros hay dibujos que estuvieron ocultos al mundo durante cuatro siglos y que se atribuyen en parte al genio renacentista Miguel Ángel.
Pero, finalmente, esta estrecha sala escondida debajo de las Capillas de los Médici, en Florencia, Italia, abrirá sus puertas al público por primera vez el próximo 15 de noviembre.
Los bocetos fueron descubiertos en 1975 por Paolo Dal Pogetto, entonces director de las Capillas de los Médici; debajo de unas paredes de yeso en una sala que se solía utilizar para almacenar carbón.
Dal Pogetto encontró la habitación luego de descubrir una trampilla oculta debajo de un armario, mientras buscaba un lugar para hacer una salida alternativa del museo. El acceso a la sala es una angosta escalera.
Los dibujos están hechos con carbón y tiza. Según los expertos, recuerdan algunas de las obras reconocidas del artista, como el David y los frescos de la Capilla Sixtina.
“Dibujó cosas del pasado como si estuviera haciendo un viaje por su memoria… era como tener un álbum de sus obras”, dijo a la prensa Paola D’Agostino, directora de los Museos del Bargello, a los que pertenecen las Capillas de los Médici.
D’Agostino agregó que los dibujos se encuentran en un estado “notablemente bueno” y que “no existe nada parecido en el mundo de los dibujos del siglo XVI”.
La bóveda de 10 metros de largo, 3 de ancho y 2,5 de alto había permanecido cerrada al público para evitar daños en los dibujos.
Pero luego de unas renovaciones, la sala recibirá, a partir de su próxima apertura, no más de 100 visitantes cada semana.
Proteger lo dibujos de Miguel Ángel
D’Agostino, la directora de los Museos del Bargello explicó que, por el tamaño de la bóveda y para proteger los dibujos, entrarán no más de 4 personas a la vez.
Las visitas durarán máximo 15 minutos y se alternarán con periodos de 45 minutos de oscuridad. Las entradas costarán 20 euros por persona, adicionales a la entrada al museo.
Se cree que Miguel Ángel creó algunos de esos dibujos en 1530, mientras se escondía para evadir una sentencia de muerte que había ordenado el papa Clemente VII, que hacía parte de la familia Médici.
Los Médici eran la familia más rica de Florencia y los gobernantes de facto de la ciudad. También fueron unos de los principales mecenas de Miguel Ángel.
En 1527, la poderosa familia fue expulsada de la ciudad y se estableció allí una república, con la que Miguel Ángel colaboró.
Por eso, cuando la familia retornó a Florencia y retomó el control, el artista se había convertido en su enemigo y tuvo que desaparecer del mapa durante un par de meses para evitar que lo mataran.
Fue probablemente en ese momento que hizo los dibujos en la sala oculta.
La autoría de los dibujos ha sido, no obstante, muy controvertida.
Algunos creen que es improbable que Miguel Ángel haya pasado meses en plena cúspide de su carrera en un refugio tan lúgubre.
La directora del museo señala, sin embargo, que “la mayoría de los estudiosos están de acuerdo en que ciertamente hay mano de Miguel Ángel en algunos de estos dibujos”.
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