Dos días antes de la incursión argentina en las islas Malvinas/Falklands, miles de personas se congregaron en la emblemática Plaza de Mayo de Buenos Aires para protestar en contra de la junta militar que gobernaba el país desde 1976.
En esa histórica marcha estaba el hoy presidente argentino, Alberto Fernández, quien por entonces tenía 22 años, era empleado judicial y estudiaba derecho.
«Estábamos todos muy conmovidos por esa marcha y por lo que había pasado», le dijo a BBC Mundo en una entrevista que él mismo quiso hacer en el Museo Malvinas de Buenos Aires, ubicado en el predio de la antigua Escuela de Mecánica de la Armada, un centro de tortura durante el régimen militar.
Es la primera vez que un mandatario argentino da una entrevista a un medio británico sobre las Malvinas/Falklands.
«Y repentinamente apareció el 2 de abril de 1982 y nos despertamos (esa) mañana con que la Argentina había ocupado Malvinas», añadió.
«Fue un momento muy conmocionante para todos nosotros, porque evidentemente era una medida adoptada por la dictadura en el máximo secreto y nadie sabía bien cómo había ocurrido, quién había tomado esa decisión», recordó.
Tanta era la incertidumbre, dijo, que muchos llegaron a pensar que la incursión era pactada: «Especulamos con que era un tema medio conversado, porque Inglaterra definitivamente no le prestaba atención a las Islas Malvinas por entonces (…) Solamente así se podía entender que hicieran algo de ese tipo».
Como presidente, Fernández ha seguido la política de Estado argentina de reclamar la soberanía sobre las islas a través de la diplomacia y en consonancia con las resoluciones de las Naciones Unidas.
Reino Unido mantiene que su control de las islas es anterior a la llegada de Argentina y que los isleños han manifestado su deseo de no cambiar su condición. Por eso, se han abstenido de negociar con Buenos Aires.
La disputa por estas islas ya existía entre españoles y británicos en la época colonial. Desde su independencia de España en el siglo XIX, Argentina las consideró propias como parte del territorio heredado de la colonia. Pero Reino Unido insistió en sus derechos de soberanía con el argumento de que el primer asentamiento en las islas fue británico. Y en 1833 volvió a ocuparlas.
La democracia, «lo más valioso»
Muchos en Argentina consideran que la derrota en la guerra de Malvinas/Falklands fue lo que permitió poner fin al régimen militar y recuperar la democracia.
Consultado sobre esto, Fernández reconoció que la guerra aceleró ese proceso. Pero aseguró que «la caída ya se había iniciado y en todo caso se precipitó como consecuencia de la guerra».
La guerra, señaló, «no contó con el consenso popular y el pueblo no fue consultado (…) En todo caso, lo que hizo fue promover la recuperación de las tierras que siempre fueron argentinas. La reacción militar de más después fue de Reino Unido».
Contrario a lo que opinan algunos en su país, Fernández consideró que el conflicto no trajo «ningún efecto positivo» para Argentina.
«Fue una guerra declarada por una dictadura que mandó a una generación de jóvenes valientes, héroes, a combatir en situaciones de mucha desigualdad con el contrincante. Por eso nuestro recuerdo eterno y nuestro respeto eterno», afirmó.
«Los que comandaron la guerra fueron genocidas, pero los que murieron en Malvinas fueron héroes», remarcó durante otro tramo de la entrevista.
Sin embargo, Fernández reconoció que la derrota argentina trajo un cambio importante.
«Después del 14 de junio los argentinos no quisimos nunca pensar a un militar en el gobierno y todos los argentinos aprendimos que la democracia es lo más valioso que tenemos», dijo.
«Nunca más nadie fue a golpear la puerta de un cuartel».
Vía pacífica
Durante la conversación con BBC Mundo, que se extendió por casi 40 minutos, Fernández ratificó que se opone a usar la fuerza para imponer su reclamo territorial.
«No soy alguien que cree en las guerras. Soy alguien naturalmente pacifista», afirmó.
«Los problemas se resuelven dialogando y encontrando puntos de acuerdo», agregó, criticando la negativa de Reino Unido a cumplir con una resolución aprobada por las Naciones Unidas en 1965, que insta a ambos países a sentarse a dialogar sobre la soberanía de las Malvinas/Falklands.
No obstante, el presidente argentino se mostró inflexible a la hora de una teórica negociación, diciendo que, si la hubiera, el mayor sacrificio que estaría dispuesto a hacer es «sentarme a dialogar con los que usurpan mi tierra para ver si consigo que me la devuelvan».
Fernández también rechazó la posibilidad de negociar una soberanía compartida de las Malvinas/Falklands, afirmando que su aspiración es que «la Argentina tenga plena soberanía. Son nuestras tierras».
«Es como si usted usurpa una casa mía y después yo tuviera que discutir con usted a ver cómo compartimos los derechos sobre la casa. Si usted la usurpó, no tiene ningún derecho. Y eso es lo que pasa en Malvinas», resumió.
Según Fernández, el reclamo argentino se basa, entre otras cosas, en el hecho de que el archipiélago es «una continuidad» del territorio: una parte de la plataforma continental argentina.
«Es absolutamente incomprensible pensar que esas islas, que son una continuidad de nuestros Andes, que en algún momento se sumergen y vuelven a emerger y forman estas islas, que esas islas sean de otro territorio que no sea la Argentina», dijo.
«Además las ocupábamos antes que los ingleses las usurparan en 1833. Y desde entonces venimos reclamando», señaló, haciendo referencia a un argumento histórico que Reino Unido rechaza.
«Si algo tengo claro, lo único que tengo claro, es que inglesas no son las Malvinas, eso sí lo tengo claro», dijo enfáticamente el mandatario argentino.
El futuro
Fernández cree que la derrota argentina en la guerra frenó las negociaciones por la soberanía de las Malvinas/Falklands.
«Uno de los argumentos del Reino Unido es que han ganado la guerra y eso postergó el diálogo claramente», afirmó.
«Pero la guerra no da derechos», opinó.
También confesó que no ve factible que los británicos se sienten a dialogar.
«Francamente no lo veo, porque la actitud del Reino Unido es una actitud no solamente de no hablar, sino de avanzar sobre las islas», acusó.
«Pero que no lo vea posible no quiere decir que desista del intento. Lo voy a seguir intentando las veces que pueda».
El mandatario aseguró que el reclamo argentino no se basa en las potenciales riquezas que yacen en el suelo marino alrededor de las islas, que van desde posibles yacimientos de hidrocarburos hasta cuantiosos recursos ictícolas.
«Nuestro reclamo no viene por la cuestión económica. Nuestro reclamo viene porque la memoria de nuestros muertos no nos deja vivir en paz», señaló.
No obstante, reconoció que «está claro que en Malvinas hay riquezas y esas riquezas se las pierde Argentina y las explota Inglaterra».
«Y por lo tanto hay una consecuencia económica también sobre la explotación del mar, sobre la explotación del petróleo, sobre la explotación del gas que hay en toda esa cuenca marítima y también en las islas. Eso es así».
Los derechos de los isleños
En 2013, los isleños votaron abrumadoramente (98,8%) a favor de seguir siendo territorio británico de ultramar.
Tras ese referendo, el entonces primer ministro británico, David Cameron, llamó a respetar los deseos de los isleños de ser británicos.
«Creo que lo más importante de este resultado es que creemos en la autodeterminación, y los isleños han hablado muy claramente sobre su futuro, y ahora espero que otros países de todo el mundo respeten y acepten este claro resultado».
Fernández reiteró la postura histórica argentina de no incluir a los isleños en potenciales negociaciones.
«Usted usurpa mi casa y yo voy a un juez, y el juez dice vamos a preguntarle primero al usurpador qué piensa sobre el derecho que tiene de vivir en la casa usurpada. Eso no es así».
«En términos jurídicos, eso es un disparate, en términos éticos es una inmoralidad», aseguró.
«Ahora, yo entiendo: no son los usurpadores, son sus nietos tal vez. Bueno, son seres humanos, viven desde hace mucho tiempo ahí y deben ser respetados y deben ser respetados sus derechos, que no son los derechos de los usurpadores», matizó.
«¿Cuáles son esos derechos?», se le preguntó.
«Seguir viviendo en sus tierras y seguir ejerciendo los derechos ciudadanos que la Argentina da a sus ciudadanos, que son muchos y muy amplios», respondió.
A pesar de que descarta que los británicos acepten sentarse a negociar, Fernández aseguró que es optimista sobre la posibilidad de que algún día las Malvinas/Falklands sean reconocidas como argentinas.
«Yo creo que la razón siempre vence y nosotros tenemos la razón», dijo.
«No tenemos ni la fuerza, no tenemos los trasatlánticos, no tenemos la artillería, no tenemos los aviones, no tenemos las armas nucleares que el Reino Unido trajo en aquel entonces a circular por el Atlántico Sur. Pero lo que tenemos es la razón».
«De eso no tengo ninguna duda y estoy seguro que en algún momento la razón va a predominar».