Leopoldo López fue durante varios años el rostro más conocido de la oposición venezolana en el mundo.
El fundador del partido Voluntad Popular se hizo muy famoso después de ser apresado en 2014, cuando lideraba una serie de manifestaciones en Caracas en contra del gobierno de Nicolás Maduro.
López fue acusado de incitar a la violencia y fue sometido a un juicio muy cuestionado que derivó en una condena a 13 años y nueve meses de prisión.
Tras pasar casi siete años con su libertad restringida -de los cuales estuvo encerrado durante cuatro años en una cárcel militar y otro año y medio en arresto domiciliario-, hace unas semanas se supo que López había escapado a Madrid, después de haber permanecido desde abril de 2019 en la embajada de España en Caracas.
López es uno de los principales apoyos políticos del líder de la oposición y presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, y jugó un papel importante en el fallido alzamiento popular el 30 de abril de 2019 en la capital venezolana.
Actualmente está haciendo un llamado a los partidos de oposición para boicotear las elecciones parlamentarias que se realizarán el próximo 6 de diciembre.
Stephen Sackur, presentador del programa de la BBC Hardtalk, habló con López sobre su labor como líder político en los últimos años. Aquí les ofrecemos una versión resumida de su conversación.
¿Por qué decidió huir de su país?
Fue una decisión muy difícil. Pasé más de cuatro años en una prisión militar, después pasé un año y medio de prisión domiciliaria y después estuve en la embajada de España en condición de asilo.
Nunca quise irme de Venezuela. De hecho, yo me entregué a las autoridades en 2014. Cuando la dictadura inició un proceso judicial en mi contra, fue mi decisión ir a la cárcel y no exiliarme.
Durante siete años he estado privado de la libertad, pero las circunstancias actuales fueron las que me llevaron a tomar esta decisión, que había evitado tomar durante muchos años, de salir de allí para luchar por la libertad de Venezuela, algo que se han visto forzado a hacer miles de venezolanos. No solo personas involucradas en la política, sino 5,5 millones de personas que han tenido que huir del país.
En una entrevista que le hizo la BBC en 2017, cuando estaba en prisión, usted habló de su determinación de luchar por la libertad, la democracia y el llamado a elecciones libres en Venezuela. El hecho de que usted haya elegido salir del país hacia España se puede leer como un signo de derrota y de haber fallado en sus intenciones.
Yo no lo veo así. Una vez (Nelson) Mandela dijo que quien lucha por la libertad no elige el territorio donde lucha, sino que lo elige el opresor. Como lo señalé antes, las circunstancias han cambiado. Y uno de los principales elementos que necesitamos para llevar el cambio a Venezuela es el fortalecimiento de la coalición internacional con nuestra coalición nacional y con el pueblo venezolano, con el objetivo llevar a cabo el cambio que necesita Venezuela.
Por muchos años, casi 17 años, el mundo y muchas personas en Venezuela no hablaron de lo que pasaba en nuestro país y lo que estábamos sufriendo debido a esta cruel dictadura.
Muchos ahora ven a Venezuela como una democracia fallida, pero eso no ocurrió sino hasta 2014, cuando quedó claro para nosotros y para el mundo que en nuestro país ya no había una democracia.
Esto no es fácil. No ha sido fácil llevar el cambio a Corea del Norte. No ha sido posible llevar el cambio a Cuba o a Nicaragua y no ha sido posible llevar el cambio a Venezuela. Y la razón es que hay una dictadura, cruel, que ha sido hallada culpable de crímenes en contra de la humanidad por Naciones Unidas. Y de muchas otras cosas terribles que se han cometido en contra del pueblo venezolano.
No hay duda que, de acuerdo a reportes de distintas organizaciones, hay un régimen represivo en Caracas. Como usted señala, no ha sido fácil esa lucha contra ese régimen, ¿no sería importante también reconocer que el liderazgo de la oposición ha cometido grandes errores a nivel estratégico?
Por supuesto. Somos seres humanos y estamos luchando contra una dictadura. Y como hemos tomado decisiones acertadas e importantes que nos han acercado a retomar nuestra libertad, otras decisiones no han sido tan acertadas en su momento. Lo cierto es que ha sido un proceso difícil en el que hemos estado muy cerca de la libertad que anhelamos y en otros momentos hemos quedado sin esperanzas.
Pero yo siempre cito una frase de Pepe Mujica, expresidente de Uruguay: «Triunfar en la vida no es ganar. Es tener la capacidad de caer y volver a levantarse», en este caso por la libertad.
Y yo creo que el problema no es la oposición. El problema en Venezuela no es el pueblo venezolano. El problema es la dictadura criminal que asesina a su pueblo, que mata a sus prisioneros y tiene aguantando hambre a millones de venezolanos.
Seamos claros: la tragedia de Venezuela tiene un nombre, Nicolás Maduro.
Usted es un hombre que aboga por la confrontación, la resistencia, la acción directa. Estuvo al frente de la masiva movilización de 2014, que al final no alcanzó su objetivo. También vimos que, en 2019, su protegido se autoproclamó presidente interino de Venezuela como presidente de la Asamblea Nacional, algo que usted apoyó, ¿Fue un error nombrar a Juan Guaidó como presidente de la oposición?
No fue algo que yo decidí. Fue una decisión hecha con base en nuestra Constitución.
Esa fue la razón por la que Juan Guaidó fue reconocido por el gobierno de EE.UU. y además por otros 60 gobiernos alrededor del mundo como el presidente interino de Venezuela, porque la Constitución claramente indica que si no hay un presidente legítimo posesionado cuando el periodo presidencial inicia, entonces el presidente de la Asamblea Nacional asume el control ejecutivo del país, como presidente interino, hasta que se convoque a una nueva elección.
Y eso fue lo que pasó en Venezuela. No fue algo que yo o el presidente Trump impusimos en Venezuela. Fue algo que estaba en la Constitución. Estamos muy agradecidos con todos los países que reconocieron a Guaidó como presidente. Y estoy convencido que lo hicieron con la idea de que se celebraran elecciones libres y justas en el país.
Lo que nosotros queremos es que sea el pueblo de Venezuela el que decida quién dirige el país y quién es capaz de ayudar a construir el futuro.
Pero, si usted y Guaidó se hubieran mantenido en su lucha por unas elecciones justas y libres, hubiéramos entendido su punto. Pero obviamente esto fue mucho más lejos. Por ejemplo, el 30 de abril de 2019, usted básicamente intentó impulsar una insurrección militar para derrocar a Nicolás Maduro y, además, falló.
Lo intentamos y después dimos un paso hacia atrás.
Pero usted nos acaba de decir que estaba comprometido con la democracia y las elecciones, y lo que realmente trató de hacer fue un golpe de Estado.
No, eso no es cierto. Lo que nosotros propusimos fue una propuesta con el pueblo, el ejército y la policía. Yo viví durante cuatro años en una prisión militar, así que tuve mucho contacto con el ejército de Venezuela.
Muchos de ellos son responsables de cometer crímenes serios, pero la mayoría quiere un cambio. ¿Y qué pasó esa mañana? El sentimiento de muchos militares que querían traer un cambio a Venezuela se hizo visible. Y lo que nosotros estábamos proponiendo era precisamente traer un cambio a Venezuela con un gobierno de transición con la estructura que existía en ese momento y en menos de nueve meses tener una elección presidencial.
La situación en Venezuela es que estamos enfrentando a un dictador y no se puede tratar a un dictador con las reglas y las dinámicas de la democracia. Y necesitamos hacer lo que toque hacer para derribar al dictador.
Y yo no soy quien señala como dictador a Nicolás Maduro, no es el pueblo de Venezuela, es Naciones Unidas que lo responsabiliza por cometer crímenes contra la humanidad. Es que se identificaron más de 8.000 asesinatos entre 2014 y 2019 en contra de personas que habían salido a protestar contra este régimen.
Nosotros nos estamos enfrentando a un monstruo aquí.
Pero no solo fue ese momento, en el que cometió un error de juicio al creer que el ejército estaría de su lado en esa jornada, sino que se equivocaron aún más espectacularmente ese mismo año cuando envió emisarios a Miami para hablar con un muy dudoso exmiembro de las fuerzas especiales de EE.UU.
Y además se señala que usted le ofreció una gran cantidad de dinero para organizar una intervención militar para secuestrar a Maduro. Muchos expertos señalan que a partir de eso usted perdió toda credibilidad. ¿Por qué lo hizo?
Como se ha dicho en varias partes desde que ocurrió, ese episodio fue algo creado y elaborado por la dictadura. Y también se ha dicho, con pruebas, que la masacre que ocurrió esa mañana fue algo que elaboró la dictadura.
Así que no es cierto que nosotros estuviésemos involucrados.
Permítame contradecirlo, señor López. Dos de las personas que estuvieron involucradas en los contactos con esos militares fueron Sergio Vergara y J.J. Rendón, quienes hacían parte de la Comisión de la Estrategia para la Crisis, que lo incluye a usted.
No, eso no es cierto. Yo no sabía nada de esas conversaciones y después, cuando Guaidó se enteró de esto, la conversación con ese grupo se bloqueó por completo.
Y además quedó muy clara la posición del presidente Guaidó. No estaba de acuerdo con esa operación y esas dos personas dejaron de ser colaboradores del presidente.
Es cierto, fueron despedidos, pero fue un episodio bastante vergonzoso. Y además le permitió a Maduro decirle al pueblo venezolano que básicamente usted, Guaidó y otros estaban en el bolsillo de los estadounidenses.
Como dije antes, no tengo nada que ver con ese caso ni con ese episodio y el presidente Guaidó fue muy claro sobre su posición al respecto. Nosotros creemos que Venezuela necesita un cambio, pero esa no es la manera en que se debe hacer el cambio.
Hablemos del contexto internacional, la importancia del apoyo que han recibido en los últimos años de, por ejemplo, Estados Unidos. Teniendo en cuenta una muy probable presidencia de Joe Biden, ¿no cree que tuvo demasiado fe en el gobierno de Trump?
Nosotros tenemos fe en la comunidad internacional que nos apoyó y, por supuesto, en la administración Trump. Y estamos muy agradecidos por esto.
Pero creo que la posición de Estados Unidos frente a Venezuela es una posición bipartidista. Cuando Juan Guaidó fue a EE.UU. y estuvo en el discurso de la Unión, en febrero de este año, recibió una gran ovación tanto por parte de congresistas republicanos como de los demócratas.
La decisión sobre quién es presidente de EE.UU. no es algo que dependa del pueblo venezolano. Nosotros tenemos el apoyo para llevar el cambio a nuestro país. No tiene nada que ver con una ideología u otra. No es sobre republicanos o demócratas. No es sobre el Partido Socialista en España o el Partido Popular.
Esto es sobre libertad y democracia. Esto es sobre millones de personas que están oprimidas por un tirano. Un tirano asesino que continúa haciendo bastante difícil la situación del pueblo venezolano, lo que ha obligado a miles a abandonar su país.
Entonces, esto se trata de libertad. Se trata en esencia de que el pueblo venezolano tenga la opción de elegir su futuro.
No quiero desconocer el sufrimiento del pueblo venezolano. Aquí tengo algunas estadísticas, como por ejemplo que la economía venezolana se va a contraer en un 30% en 2020 y que el 80% de la población vive en la extrema pobreza y 30% de los niños sufre de desnutrición.
Esa es la realidad de Venezuela. Pero usted apoya medidas de embargo financiero que agudizan esos problemas económicos que van a aumentar aún más cuando se ponga fin a los intercambios de diesel por petróleo que estaba ayudando a los venezolanos a ingresar combustible a su país, algo que los grupos humanitarios en Venezuela dicen que va a empeorar la situación de la gente común. ¿Por qué apoya estas medidas?
Mucha gente cree que la crisis humanitaria en Venezuela es consecuencia de las sanciones económicas que le han sido impuestas a Venezuela, pero eso no es cierto.
Y lo explico.
La crisis en Venezuela es producto de un deterioro que viene de muchos años atrás. En 2018 fue el año en que se comenzaron a aplicar las sanciones contra el país, así que la situación no es consecuencia de esos embargos.
Además, lo que hemos venido promoviendo es que todo el esfuerzo humanitario, que necesitamos que llegue a Venezuela ahora, debe ocurrir a través de las agencias internacionales.
Y el gobierno de Juan Guaidó ha venido trabajando con las agencias internacionales, Naciones Unidas y la Organización Panamericana de la Salud con la idea llevar todo el apoyo para aliviar esa crisis humanitaria.
Pero, a la vez, también necesito ser muy claro sobre este tema: se necesita que el régimen cambie si queremos que esta crisis se solucione.
Usted solo ha dicho que el régimen debe cambiar. Y hay otras figuras de la oposición que piensan que su estrategia de confrontación ha fallado y que se necesita otra idea.
Por ejemplo, se va a realizar la elección de la Asamblea Nacional el próximo 6 de diciembre. Ahora muchos partidos de oposición han decidido boicotear esa elección. Pero hay unos líderes de la oposición que no creen que ese sea el camino. Henri Falcón, jefe del partido Avanzada Progresista, señala que el voto es el único camino para lograr ese cambio democrático.
Por ejemplo, miremos el caso de Bielorrusia. Incluso sabiendo que el gobierno podría manipular las elecciones, los partidos de oposición estuvieron en las elecciones y pusieron en evidencia al gobierno.
Me gustaría señalar que siempre hemos creído en el voto y puedo contarle algo personal sobre votar: en 2015 se debían realizar las elecciones parlamentarias. Yo estaba en prisión y fue cuando decidí hacer la huelga de hambre con otros prisioneros políticos para que se estableciera una fecha para esa elección.
Finalmente logramos una fecha, el 6 de diciembre de ese año. Todos nos presentamos, unidos bajo un mismo partido y ganamos ⅔ de la Asamblea Nacional. Pero Maduro hizo lo que haría un dictador y nos quitó todos los poderes constitucionales que teníamos como poder legislativo.
Quedamos como un símbolo legítimo de lo que el pueblo quería, pero sin ninguna capacidad de legislar.
Así que ya hemos estado en esa situación. Nosotros queremos elecciones. Quiero dejar este mensaje muy claro. Queremos elecciones presidenciales porque es la única forma en la que el cambio puede llegar.
Pero no vamos a ser partícipes de un fraude. El 65% de los venezolanos cree que no hay condiciones, bajo el régimen de Maduro, para que se puedan realizar unas elecciones confiables.
La popularidad de Juan Guaidó, de acuerdo a varios datos dentro del país, apenas llega al 25%, con lo que su capacidad de poder llevar el cambio a Venezuela se ha reducido considerablemente. ¿No cree que ha perdido la esperanza de poder hacerlo?
No, nunca voy a perder la esperanza. Nos vamos a caer y vamos a volver a levantarnos. Porque se trata de nuestras vidas. Se trata de lo que creemos. Fui a la cárcel y pasé cuatro años en la cárcel. Mucha gente, mucha gente ha pasado por momentos muy difíciles, sufrimientos y lo más importante, el compromiso continúa lleno de esperanza.
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