«Harry Potter y la historia de cómo terminé llamándome así». Así podría titularse el relato de dos hombres que han experimentado la cara y la cruz de llamarse como uno de los personajes más famosos de la cultura popular reciente.
«Al final no es tan malo. Por ejemplo, es una buena manera de romper el hielo en una conversación», explica Harry Potter.
Este Potter no es el famoso personaje creado por J.K. Rowling en 1997, por supuesto. Es un neurocirujano de la Universidad de Mánchester, en Reino Unido.
Pero se hizo famoso después de responder en Twitter a la pregunta de «¿qué producto de la cultura popular ha arruinado tu nombre de pila?».
Su respuesta, «No solo mi nombre de pila, sino mi nombre completo», recibió más de 267.000 «Me gusta» y tuvo 33.000 retuits.
«Yo ya había escrito tuits sobre mi nombre antes y eran populares entre quienes me seguían, pero eso era todo. Esta cuenta la uso para el trabajo. Lo que pasaba con mi nombre era un tema paralelo», dijo.
Entre las personas que se solidarizaron con su tuit había un Michael Jackson, un David Cameron y una Meg Griffin, un nombre de ficción que hizo popular la serie Padre de familia (Family Guy, en inglés).
La investigación de Potter se centra en cómo el sistema inmunológico de la madre durante el embarazo afecta el sistema nervioso del bebé en las etapas posteriores de la vida.
Pero, como muchas veces le han dicho, por su nombre a muchos se les hace difícil tomarlo en serio.
«La gente podría pensar que es algo malo y que tal vez debería cambiarme el nombre, pero yo no lo veo así. La mayoría de las personas lo ven como una coincidencia divertida», señaló Potter.
El joven Potter, de 25 años, a menudo ha usado su nombre como inspiración para el disfraz en Halloween, pero admite que éste también le ha causado varias confusiones en el trabajo.
Cuando estaba haciendo su investigación de doctorado, Potter le envió un correo electrónico a alguien que estaba en otro cuarto y cinco minutos más tarde esa persona llamó a un colega suyo, que estaba a su lado, para corroborar que el email no era un spam.
«Sí, él es real. Está sentado a mi lado’, escuché que decía», añadió Potter.
Aunque, a la vez, tener el nombre del archipopular mago le ha traído algunas ventajas.
Cuando tenía 6 años, su familia se mudó a Devon, en el suroeste de Inglaterra, y alguien de un periódico local fue hasta su casa, le tomó una foto vestido como el famoso mago y le regaló un ejemplar del libro.
Y gracias a ese artículo obtuvo un viaje gratis en el Hogwarts Express, un tren turístico temático con referencias al personaje.
«Recuerdo ese viaje como una experiencia divertida«, señaló.
«Más de tres Harry Potter»
Pero ahora cruzamos los continentes en búsqueda de otros Harry Potter.
Hay un Harry Potter que vive en Melbourne, Australia, y que confesó que ha tenido que «soportar los mismos chistes durante los últimos 20 años».
«Soy profesor de educación física, así que ya se pueden imaginar las bromas de los alumnos: ‘¿Hoy vamos a jugar quidditch (un juego descrito en los libros)?’ o ‘¿Qué hace aquí profesor? ¿no debería estar enseñando en Hogwarts (la escuela donde estudia Harry Potter?)’ También me cantan la melodía de las películas cuando paso por los pasillos», relató el Potter australiano.
«Pero forma parte del humor de cada día. No es algo que me moleste», añadió.
El Potter de Melbourne nació hace 37 años en Yorkshire, Reino Unido, mucho antes de la publicación del primer libro. Y tiene registrado el momento exacto en que su nombre comenzó a volverse famoso.
«Recuerdo un día que me bajé del tren en la ciudad de Leeds durante mi primer año en la universidad y vi aquel aviso enorme que promocionaba la primera película, en 2001. Me di cuenta que a partir de ahí todo iba a ser diferente con mi nombre», explicó.
«La gente no me cree cuando le digo mi nombre. Simplemente se ríen. No creen que sea verdad. Gente de todo el mundo sabe quién es Harry Potter. He estado en África y China y la reacción es la misma», agregó.
Potter es el tercer Harry Potter en su familia, ya que que su bisabuelo y tío abuelo tuvieron el mismo nombre.
«Es una suerte de tradición familiar», explicó.
En 2018, le escribió a través de Twitter a J.K. Rowling para decirle que sus dos hijas, bautizadas Iris e Ivy, comenzaron a apreciar que su papá «tenía un nombre muy genial y famoso».
Sin embargo, hubo un nombre que descartó por completo.
«Me pareció que Lily era un poco cruel», dijo, en alusión al nombre de la madre del mago Harry en la ficción.
«Ya tienen bastante con las preguntas sobre mi nombre y su apellido con las que tienen que lidiar».