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«En una tarde nevada de París en 2008, Travis Kalanick y Garrett Camp tuvieron problemas para conseguir un taxi. Así que se les ocurrió una idea simple: tocar un botón para llamar a un auto. Lo que comenzó como una app para pedir autos negros premium en algunas áreas metropolitanas, ahora está cambiando cómo se mueve el mundo».
Así comienza la historia sobre cómo arrancó el viaje de Uber, según explican los creadores en su sitio web. Pero una decisión que acaba de dictaminar el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) va a cambiar radicalmente el modelo de negocio que Kalanick -ahora ex director ejecutivo- y Camp crearon en su día.
El organismo europeo sentenció este miércoles que la compañía estadounidense será considerada a partir de ahora una empresa de transporte, y no un servicio digital.
La justicia dio la razón a la asociación de taxistas que llevó el caso a un tribunal de Barcelona y que mantenía desde 2014 una batalla legal contra la aplicación de transporte compartido.
Las protestas, sin embargo, se dieron en todo el mundo -algunas más violentas y ruidosas que otras- desde que se lanzó la controversial aplicación, que opera en 632 ciudades de todo el mundo.
Los defensores de Uber dijeron que ofrecen un servicio de la sociedad de la información -que ayuda a profesionales y clientes a ponerse en contacto a través de las nuevas tecnologías- y que no son una empresa que presta servicios de taxis o de conductores.
Pero los jueces europeos no están de acuerdo; a partir de ahora, Uber tendrá que competir con los taxistas tradicionales usando sus mismas reglas.
¿En qué se traduce ese cambio?
«Jugar bajo las mismas normas»
Uber dijo que el veredicto no supondrá una gran diferencia en la manera en que trabaja en Europa.
«Esta sentencia no cambiará las cosas en la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) en los que ya operamos, lo hacemos bajo la ley de transporte», dijo un vocero de la compañía.
«No obstante, millones de europeos todavía no pueden usar aplicaciones como la nuestra. Tal y como dijo nuestro nuevo director ejecutivo (Dara Khosrowshahi), es apropiado regular servicios como el que presta Uber, por eso continuaremos dialogando con ciudades en Europa para asegurar que todo el mundo obtiene un trayecto fiable al tocar un botón».
Y la clave reside, precisamente, en cómo se regulan esos servicios.
La decisión del tribunal implica que ahora cada estado miembro de la UE controlará las condiciones en las que Uber proporciona sus servicios.
Frances O’Grady, secretaria general del Congreso de Sindicatos Británicos (TUC, por su sigla en ingés), le dijo a la BBC que el veredicto significa que Uber debe »jugar usando las mismas normas que todo el mundo».
«Sus conductores no son mercancías. Se merecen al menos un salario mínimo y vacaciones pagadas».
«Los avances en la tecnología deberían usarse para mejorar las condiciones laborales, y no para regresar al tipo de prácticas de trabajo que creíamos haber abolido hace décadas», añadió.
Reforma de «leyes obsoletas»
Algunos analistas creen que el fallo del tribunal europeo tendrá repercusiones en otras empresas que funcionan dentro de la llamada »gig economy» (economía colaborativa).
«Es un ejemplo de cómo los tribunales y reguladores están teniendo dificultades para hacer frente al fenómeno de la economía colaborativa», explica Theo Legget, corresponsal de economía de la BBC.
«Desde que Uber se lanzó, hace menos de una década, ha caído en repetidas ocasiones en manos de reguladores de varios países, y a menudo ha sido forzada a cambiar su modelo de negocio».
Legget explica que, aunque Uber insiste en que no habrá un gran impacto inmediato, esta sentencia podría afectar a cómo la empresa operará en el futuro y a las relaciones que establece con gobiernos de distintos países.
Y esto podría traducirse, según declaró Uber previamente, en la reforma de lo que llama «leyes obsoletas».
«A escala más amplia, esto podría tener implicaciones en otros negocios que traten de definirse a sí mismos como poco más de una app que conecta proveedores con clientes a través de un celular; por lo visto, los tribunales tienen una visión distinta», dice Legget.
«En última instancia, eso podría impactar no sólo en las que ofrecen servicios de transporte, sino en otros servicios como mensajería o alojamiento, que usan un modelo similar».
Rohan Silva, emprendedor tecnológico y exasesor del político británico David Cameron, cree que esta situación es favorable para los competidores de Uber.
«Millones de personas usan este tipo de apps cada día -no sólo Uber, sino docenas de otras- y han aportado muchos beneficios, haciendo que sea más barato, fácil y conveniente moverse por la ciudad», explicó en el programa Todayde la BBC.
Silva dice que esos servicios similares podrían enfrentarse ahora a nuevas regulaciones: «Podría haber grandes implicaciones para servicios de economía compartida como Airbnb -el servicio en línea de alquiler de viviendas entre particulares- que probablemente será regulado por la UE».
«Poner límites»
Otros, como André Spicer, profesor de Comportamiento Organizacional de la Cass Business School de la City University de Londres, en Reino Unido, piensan que la sentencia es positiva.
«Muchos pensamos que la UE está liderando el camino para hacer retroceder el poder prácticamente ilimitado de las firmas tecnológicas y comenzar a poner algunos límites», le dijo a la BBC.
«También creemos que esto fomenta la competencia, pero que el modelo de Uber está basado en el precio, hasta el punto en que expulsaron a otros del mercado».
«Esta sentencia permitirá una competición ‘normal’ así que veremos muchas otras apps pequeñas aparecer en Europa».