¿Alguna vez has tenido la sensación de que los días son cada vez más cortos?
La verdad es que tienes razón, aunque solo sea a medias.
Este año vivimos el día más corto del que se tiene registro histórico: el 29 de junio.
Pero antes de que busques en tu calendario, para ver si ese fue uno de esos días que se «te hizo más corto», trata de adivinar qué tan corto fue.
No fue por horas, ni por minutos, y tampoco por segundos.
Según el sitio timeanddate.com, una web sobre recursos para medir el tiempo y las zonas horarias, la tierra duró 1,59 milisegundos menos en girar sobre su propio eje el pasado 29 de junio.
O mejor, el 29 de junio duró 1,59 milisegundos menos que 24 horas.
Para que te hagas una idea, el parpadeo de un ojo dura 300 milisegundos. Es decir, el tiempo que perdió ese día es el equivalente a poco más de una 300 parte de un parpadeo, solo se puede percibir con instrumentos muy precisos.
¿Ves por qué tienes la razón, pero solo a medias?
Pero ¿por qué se habría de acelerar la rotación de la Tierra?
Y, si estamos viendo días cada vez más cortos, ¿quiere eso decir que se puede acelerar más?
Precisión asombrosa
La duración de los días en la Tierra se mide por el movimiento de rotación, o lo que tarda el planeta en rotar sobre su propio eje.
Y gracias a los relojes atómicos, podemos medir esos días con una precisión que no podríamos tener de otra manera.
Un día terrestre -o un periodo de rotación- debe tardar en teoría 86.400 segundos, que son los segundos que hay en 1.440 minutos o en 24 horas.
Pero desde el año 2020, las cosas han sido extrañas.
La Tierra de afán
Hasta 2020, el día más «corto» del que se tenía registro había ocurrido el 5 de julio de 2005, con una duración de 1,0516 milisegundos menos que 24 horas.
Pero en 2020, la Tierra reportó los 28 días más cortos que se hayan registrado desde que en los años 60 se comenzaron a usar los relojes atómicos.
El 19 de julio de ese año, el planeta rompió el récord que había establecido en 2005, registrando un día 1,47 milisegundos más corto de lo normal.
El nuevo récord, el del 29 de junio de este año, es de 1,59 milisegundos más corto de lo normal.
Pero es algo que los científicos creen que no es motivo de preocupación.
Variaciones periódicas
«Creemos que esto ha venido pasando durante millones de años. Pero con variaciones muy pequeñas», le dijo Graham Jones, astrofísico de Time and Date, a BBC Mundo.
Y Christian Bizouard, del Observatorio de París del Centro de Orientación de la Tierra del IERS agregó que la tendencia de aceleración que vemos actualmente empezó en la década de 1990.
«Después de una interrupción en 2004, con una pequeña desaceleración, la aceleración se restableció en 2016″, detalla Bizouard.
Pero los científicos no tienen certeza de cuánto pueda durar esta aceleración. «En algún momento, las cosas volverán a desacelerarse otra vez», aseguró Jones.
¿A qué se debe que la Tierra se «apure»?
«A escalas temporales de décadas (de entre 10 y 100 años), la duración de los días presenta variaciones irregulares», le dijo Bizouard a BBC Mundo.
Los científicos coinciden en que estos cambios se producen por la interacción de factores como la actividad del núcleo fundido del planeta o el movimiento de los océanos y de la atmósfera.
Pero en realidad el origen de estas variaciones no se entiende, dice Bizouard.
Jones reconoce también que los expertos no saben «exactamente por qué la Tierra se acelera o se desacelera durante largos periodos de tiempo».
Pero, en general, para Jones «es sorprendente lo precisa que es la Tierra como ‘cronómetro'», pues «solo se pierde unos milisegundos».
¿Qué pasaría si la Tierra se retrasara o adelantara más?
Aunque sean pequeños, los cambios en los tiempos de la Tierra pueden acumularse a lo largo de los años y causar que nuestros relojes se adelanten o retrasen un segundo.
Para solucionar el desajuste, los científicos usan desde 1973 el llamado «segundo intercalar», que puede ser positivo o negativo.
Es decir, este segundo puede sumarse a nuestros relojes cuando la Tierra se retrasa, o puede quitarse cuando el planeta acaba sus rotaciones en menos tiempo de lo normal.
Desde 1973, el IERS ha añadido 27 segundos intercalares a la hora oficial de los relojes de la Tierra.
«Si los días más cortos continúan, en algún momento podríamos necesitar un segundo intercalar negativo, es decir, quitar un segundo de nuestros relojes para que se ajuste a la rotación más rápida de la Tierra», dice Jones.
«Pero podremos o no necesitarlo. No sabemos si va a pasar porque no sabemos cuánto va durar esta tendencia o si va a durar», agrega.