Tras más de tres semanas de bombardeos el nivel de destrucción en Gaza “no tiene precedentes” y la situación es “insoportable”, dijo Philippe Lazzarini, el jefe de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA por sus siglas en inglés).
Israel lanzó su campaña de bombardeos luego del ataque de Hamás en territorio israelí que dejó al menos 1.400 muertos, según las autoridades israelíes, y más de 200 rehenes.
Los bombardeos han dejado más de 8.500 muertos en Gaza, incluyendo más de 3.400 niños, de acuerdo al ministerio de Salud de Gaza.
Lazzarini dijo que “un cese el fuego humanitario inmediato se ha convertido en una cuestión de vida o muerte para millones de personas”. Y llamó al ingreso de un flujo ininterrumpido de ayuda humanitaria a Gaza, incluyendo combustible.
Unas 670.000 personas se han refugiado en escuelas y otras instalaciones de UNRWA en Gaza. Alrifai señaló que la agencia intenta distribuir ayuda mientras “todo está bajo ataque”.
El jefe de UNRWA, Philippe Lazarini dijo esta semana que “se está deshumanizando» a la gente en Gaza. ¿Qué quiere decir UNRWA con esto?
El comisionado general de la UNRWA advirtió en su declaración ante el Consejo de Seguridad de la ONU lo que ve como una deshumanización de toda la población de Gaza.
Él alertó contra algunos informes y percepciones en los medios de prensa que buscan despojar a los habitantes de Gaza de su humanidad, retratarlos de maneras que no son favorables.
Y advirtió que tal enfoque y tal descripción se usa para casi justificar que familias enteras sean aniquiladas, o bloques enteros de apartamentos sean destruidos
La UNRWA ha estado haciendo un llamado por más empatía. Un llamado al derecho internacional humanitario, cuya base es la empatía.
Distinguir entre combatientes y civiles y brindar el mismo nivel de protección y asistencia humanitaria a todos los civiles, todos lo que no participan activamente en el conflicto: hombres, mujeres, niños, trabajadores humanitarios.
Por eso, en su mensaje al Consejo de Seguridad, el comisionado quiso centrarse en la situación de los civiles en Gaza y crear un vínculo, una conexión entre alguien sentado en Nueva York, en la ONU, y alguien sentado en Gaza, alguien que era un médico, un ingeniero, una madre, un padre, un niño, y decir que todos deben ser tratados con dignidad, respeto y protección durante un conflicto armado.
La población entera de Gaza está siendo deshumanizada.
Lazzarini dijo también que el actual bloqueo impuesto a Gaza es un castigo colectivo. Esto es un crimen según el derecho internacional. ¿Podría explicar la posición de UNRWA en relación al bloqueo?
Durante las dos primeras semanas de este conflicto, desde el 7 de octubre hasta el 21 de octubre, Gaza estuvo bajo un completo bloqueo, hermético, sin que se permitiera la entrada de asistencia humanitaria, alimentos, agua potable, medicinas ni combustible, lo que creó enormes necesidades.
Esto ocurrió al mismo tiempo que un conflicto armado activo, y al mismo tiempo que el enorme desplazamiento de población desde el norte de la Franja de Gaza hacia el centro y el sur como respuesta a las órdenes de evacuación de las autoridades israelíes.
Para la UNRWA, imponer un bloqueo total y no permitir la entrada de ayuda, y restringir la capacidad de la ONU de distribuir alimentos debido al conflicto -porque no hay un paso humanitario seguro para nosotros y porque nos estamos quedando sin suministros- es el castigo colectivo de 2,2 millones de personas que viven en Gaza, y que ya no tienen ningún lugar seguro dentro de Gaza a donde ir.
¿Cuáles son las condiciones en las escuelas y otros edificios de UNRWA donde se han refugiado cerca de 670.000 personas? Lazzarini habló de condiciones terribles e insalubres, y mencionó que hay aguas residuales desbordándose en las calles.
Quiero que visualicemos una escuela, cualquier escuela normal que recibe cada día dos mil niños, y ahora quiero que visualicemos la misma escuela con unas ocho mil personas en ella.
Adultos, ancianos, niños, personas con discapacidad, mujeres embarazadas.
Ocho mil personas viviendo en una escuela que fue diseñada para recibir a dos mil niños, con baños para dos mil niños, con aulas para dos mil niños, e imagina ocho mil personas viviendo allí.
La situación de la mayoría de estas personas en nuestros refugios es extremadamente difícil.
Hay hacinamiento hasta el punto de que tuvimos que separar a las personas y mantener a las mujeres y a los niños en las aulas, para que puedan cerrar las puertas por la noche y tener algo de privacidad.
Y pedimos a los hombres y adolescentes que duerman afuera en el patio, lo que pronto será un problema una vez que llegue el invierno.
Dentro de estos refugios, como en cualquier lugar de Gaza, el acceso al agua potable es muy limitado. En UNRWA tenemos nuestra propia estación de bombeo y desalinización de agua. Pero eso necesita combustible para funcionar. Así que encendemos estas bombas solo durante un par de horas al día, lo que nos proporciona agua limpia en cantidades muy limitadas.
Las madres en las escuelas de UNRWA nos dicen que sueñan con poder bañar a sus hijos. La comida también es muy, muy, muy limitada. La UNRWA proporciona harina de trigo, agua limpia y combustible a las panaderías para que puedan producir pan que luego distribuimos en los refugios.
Todo es limitado, nuestro movimiento es limitado. Seguimos ahí, seguimos trabajando, pero la gente está sufriendo.
¿Cuántas instalaciones de la UNRWA se han visto afectadas por el bombardeo?
Más de 40 escuelas y otros edificios de UNRWA resultaron dañados durante este conflicto. Algunos de ellos tenían personas desplazadas en su interior. De hecho, 17 personas desplazadas que estaban en nuestros refugios murieron cuando esos edificios fueron atacados.
Y eso para nosotros es extremadamente impactante y extremadamente triste porque podemos imaginar la angustia de la gente corriendo hacia un edificio de la ONU con una bandera azul y pensando: «Estaré a salvo dentro de este lugar». Pero luego los matan o resultan heridos.
En su mensaje al Consejo de Seguridad Lazzarini mencionó que acababa de enterarse de la muerte de un trabajador de UNRWA, Samir, quien murió durante los bombardeos con toda su familia. ¿Podría hablarnos de algunos de sus colegas que han muerto?
En UNRWA hemos perdido hasta este martes 67 colegas. Muchos estaban desplazados y vivían en instalaciones de UNRWA. Algunos de ellos murieron mientras estaban distribuyendo asistencia y ayudando a otras personas.
Puedo decirles que tengo un grupo de WhatsApp con quince colegas míos en Gaza. Todas las mañanas me despierto con la esperanza de verlos a todos en línea y que nadie muera.
Trece de estos compañeros han sido desplazados y ya no viven en sus casas. Al menos la mitad de ellos perdieron sus hogares porque fueron destruidos y perdieron a vecinos y amigos que no abandonaron sus casas.
Uno de nuestros colegas que estaba alojado en nuestro refugio se despertó un día, se puso el chaleco de la ONU, fue a ayudar a distribuir alimentos y murió en un ataque.
Otro colega era el guardia de seguridad Samir, que mencionó el Comisionado de UNRWA. A Samir lo mataron el lunes junto con toda su familia. Él estaba a cargo de proteger un edificio de la UNRWA; él, su esposa y ocho hijos murieron de una sola vez.
El Comisionado de UNRWA dijo que un cese el fuego humanitario inmediato se ha convertido en una cuestión de vida o muerte para millones de personas…
Hoy ningún lugar es seguro en Gaza: los hospitales, las escuelas, las iglesias, las mezquitas, las casas, las tiendas. Todo está bajo ataque.
Para que nosotros, como agencia humanitaria de la ONU, podamos ayudar a la gente sin que nos ataquen o nos maten, es necesario un cese el fuego inmediato que permita un paso seguro para mis colegas, para que nuestros camiones puedan moverse en Gaza, entregar ayuda, brindar servicios médicos.
Tenemos que recordar que éste sigue siendo un lugar con 2,2 millones de personas. La mitad de ellas son niños. Cincuenta mil mujeres están embarazadas. Cada día hay entre 150 y 200 partos. Muchas de estas mujeres podrían necesitar asistencia hospitalaria urgente.
No podemos ayudar a la gente si cada vez que nuestros camiones salen de nuestra base corremos el riesgo de que nos ataquen. En cualquier conflicto debe haber un paso seguro durante un cese el fuego para los trabajadores humanitarios, y eso es lo que estamos pidiendo.