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La insólita historia de Marvel Moreno, la escritora colombiana «tan importante como García Márquez» y cuya obra fue desconocida durante años

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La última novela de Marvel Moreno, una escritora barranquillera prácticamente desconocida que algunos expertos sitúan entre los principales autores de la historia de Colombia, estaba archivada.

Desde que la terminó, un año antes de morir en la pobreza en 1995, los derechos de El tiempo de las amazonas se mantuvieron reservados por sus dos hijas y su primer esposo, Plinio Apuleyo Mendoza, un reconocido periodista bogotano en quien uno de los protagonistas, Luis, parece inspirarse.

«Ella creía soñar», se lee en referencia a Luis en las primeras páginas. «Una persona que leía a Marx y sabía manejar los cubiertos, un partidario del Che Guevara aficionado a Proust, un izquierdista que se expresaba con moderación».

Luis era el hombre con quien Gaby, el personaje aparentemente autobiográfico de Moreno, saldría del ámbito retrógrada y elitista de Barranquilla, una ciudad portuaria en el norte país. Pero en cuestión de meses se encontró con el personaje mezquino y tirano que se describe en los capítulos siguientes.

Esa diatriba de Luis, según allegados a Moreno, hizo que El tiempo de las amazonas se mantuviera archivada por 26 años. Cosa que Plinio Mendoza y sus hijas niegan.

Pero este marzo, Penguin Random House publicará esta segunda y última novela de Moreno. Y el consenso en el gremio literario es que se da tras años de presión política y académica.

Los que la conocieron la describen como carismática, pero con una vida y una mente turbulentas / Foto FINA TORRES

Primer nivel latinoamericano

Con una fluida prosa y una rigurosa sintaxis, con personajes entrañables y mujeres siempre protagonistas, con una mordaz crítica a la clase alta caribeña donde nació, Marvel Moreno se ha convertido en uno de los autores más reconocidos de la literatura contemporánea colombiana.

Algunos la dan la relevancia que tiene Gabriel García Márquez: «Es tan importante como Gabo, con la diferencia de que tiene una producción corta y limitada», dice Fabio Rodríguez Amaya, editor de Moreno y profesor de literatura de la Universidad de Bérgamo.

«Porque Moreno —continúa el escritor— inaugura la literatura latinoamericana del post-boom y una nueva veta narrativa con la cual trasciende los modelos del real maravilloso y de la narrativa urbana inauguradas respectivamente por Alejo Carpentier en Cuba, Jorge Luis Borges en Argentina y, en Colombia, por José Félix Fuenmayor, Álvaro Cepeda Samudio y García Márquez».

Rodríguez Amaya concluye: «Con una profunda conciencia de lo femenino —nunca militó ni declaró ser feminista— Marvel Moreno explora el sistema patriarcal y los modelos viciados, perversos y decadentes que de él se desprenden (machismo, homofobia, prostitución, violencia de género, etc.) como demostración de que un mundo regido por las relaciones de poder es un mundo sin amor».

Fue tan pionera e influyente como los grandes autores latinoamericanos, argumentan los críticos. Pero el público colombiano, en general, solo conoció su obra 20 años después de su muerte.

Moreno fue la primera mujer en la facultad de Economía de la Universidad del Atlántico / Foto FINA TORRES

Primero reina, luego olvidada

Marvel Luz Moreno nació en Barranquilla el 23 de septiembre de 1939 en una familia acomodada que sufría problemas económicos. Mientras su madre la presionaba para cumplir con los códigos tradicionales, su padre, un exitoso abogado y activista, le enseñaba literatura, música y pensamiento progresista.

La expulsaron de un colegio de monjas por defender las teorías evolucionistas de Darwin, fue la primera mujer en la facultad de Economía de la Universidad del Atlántico y a sus 20 años fue reina del Carnaval de Barranquilla, la fiesta folclórica más importante del país.

En los años 60 se relacionó con el llamado Grupo de Barranquilla, cuna de importantes personajes de la cultura colombiana, como el pintor Alejandro Obregón, el gestor cultural Germán Vargas Cantillo y el periodista Álvaro Cepeda Samudio, de cuya principal obra, La casa grande, Moreno fue lectora contribuyente.

En ese ámbito fue que conoció a Plinio Mendoza. Se casaron en 1962 y tuvieron dos hijas. Moreno contuvo un segundo matrimonio 20 años después con el ingeniero Jacques Fourrier.

La publicación de cada libro generó un culebrón lleno de versiones y conspiraciones, pero el resultado es que en vida Moreno solo publicó dos compilaciones de cuentos —Algo tan feo en la vida de una señora bien, en 1980, y El encuentro y otros relatos, en 1992— y una novela —En diciembre llegaban las brisas, en 1987.

Si alguno de ellos tuvo impacto, fue en Europa, donde ganó dos prestigiosos premios y vivió sus últimos 30 años de vida.

Pero en Colombia, Moreno solo empezó a convertirse en la escritora encomiada que pudo haber sido 30 años atrás cuando Alfaguara —no sin críticas ni truculencia editorial— publicó en 2013 En diciembre llegaban las brisas, una novela que conectó con un público joven y los movimientos feministas.

«Quizá solo yo comprendía que ese frenético consumo de hombres elegidos y devorados sin ternura ni compasión era simplemente la venganza que una generación de mujeres ejercía, sin saberlo, en nombre de muchas otras», se lee en el libro.

En vida, Moreno triunfó en Europa. Pero en Colombia, su país natal y escenario de su obra, tuvieron que pasar 30 años / Foto FINA TORRES

Censuras, distancia, enfermedades

La escasa divulgación de la obra de Moreno en Colombia, dijo Plinio Mendoza en varias oportunidades, se debió a la distancia y a una suerte de miedo al fracaso de la escritora.

«Marvel nunca supo cuál podía ser el destino de su obra», escribió en el periódico El Tiempo en 2005. «Estaba demasiado lejos de Colombia y sin embargo siempre, en su alma, muy cerca de su ciudad natal, Barranquilla, para saber si sus libros tendrían algún eco. A lo mejor lo dudaba».

Pero otros allegados a Moreno, como los escritores que la familia designó como albaceas de su obra, Jacques Guillard y Fabio Rodríguez Amaya, apuntan a una mezcla de discriminaciones que incluyen a Plinio: «Desconocida por el gran público, ignorada por los medios de comunicación, tergiversada por los editores, enviada y censurada por la cultura oficial y de régimen, objeto de altanero esnobismo incluso de sus compatriotas famosos, hostilizada por la familia, aislada por la enfermedad, asediada por la pobreza, con todos estos, para nada pocos obstáculos, suscita estupor que haya logrado publicar tres libros en vida», escribieron en 1997.

A la ecuación que significó el silenciamiento de Marvel Moreno se añade una grave enfermedad de dos décadas, el lupus; largas y profundas depresiones en medio de la asfixia económica, y una muerte temprana, a los 56 años, por un enfisema pulmonar.

El tiempo de las amazonas, la segunda novela de Moreno, se publica en marzo por Alfaguara / Foto ALFAGUARA

La presión de sus lectores y lectoras

La vida de Moreno ha sido estudiada por decenas de académicos en busca de una explicación a su marginación. Ahora quizá tengan que preguntarse cómo o por qué se convirtió en bestseller.

En septiembre de 2018, cuando Plinio participaba en una charla sobre Moreno en la feria del libro de Barranquilla, un grupo de mujeres estudiantes irrumpió en la escena, en silencio, con camisetas blancas que decían «Es el tiempo de las amazonas».

«Nos pareció terrible que este hombre, que ha coartado la publicación de la obra completa de Marvel, fuera quien hablara de su obra y que el entrevistador y el entrevistado solo hablaran de chismes de su vida personal, repitiendo los viejos patrones del machismo», dice Mercedes Ortega, una de las manifestantes.

Plinio continuó con su charla. Y luego en entrevistas repitió su argumento: «El libro no ha tenido las correcciones necesarias (…) probablemente ella estaría de acuerdo con sus hijas de que había que corregirlo (para poder publicarlo)».

Ahora, El tiempo de las amazonas promete ser una sensación editorial: 25 años después, la denuncia que sus pares interpretaron como una literatura marginal se convirtió en una premonición que inspira a cientos de promisorias escritoras.

«Marvel no solo fue una denuncia del sometimiento, sino una muestra de que las mujeres también pueden, con inteligencia, liberarse y llevar la vida que quieren», asegura Adriana Rosas Consuegra, profesora de literatura de la Universidad del Norte, en Barranquilla.

Mercedes Ortega, del movimiento Las Amazonas y también profesora de la Norte, añade: «Lo que Marvel escribió y su actitud de denuncia sigue absolutamente vigente. Mis estudiantes de primer año se sorprenden de no haber conocido antes a Marvel y dicen que la suya es la historia de sus vidas y sus propias familias acá en Barranquilla. Y es gente muy joven, uno creería que las dinámicas han cambiado, pero qué va, eso sigue muy anclado en nuestra idiosincrasia».

El machismo puede seguir anclado en la cultura barranquillera, colombiana o latinoamericana. Pero ahora convive con la denuncia, convertida en bestseller, de Marvel Luz Moreno.

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