Chelsea Daniels se mudó a Florida el año pasado para practicar abortos.
Como médica especializada en salud reproductiva, se propuso ofrecer el servicio de interrupción del embarazo a la mayor cantidad posible de pacientes, luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos revocara la protección constitucional del derecho al aborto y cada estado asumiera la potestad de regularlo.
Después de aquella sentencia, emitida el 24 de junio de 2022, Daniels decidió mudarse a Florida, donde se autorizaba el aborto hasta la semana 15 de embarazo, aunque el gobernador Ron de Santis proponía una nueva ley para restringirlo tras la sexta semana.
La doctora de 31 años vivía en Carolina del Norte, también en la costa este, donde el aborto estaba permitido hasta la semana 12, mientras que el sur de Estados Unidos se convertía en un amplio territorio hostil al aborto.
Al menos 8 de los 14 estados del país donde regían prohibiciones casi absolutas se concentraban en el sur y solo admitían la interrupción del embarazo en casos de incesto, abuso sexual o cuando las vidas de la madre o el feto estuvieran en riesgo.
En abril de 2023, De Santis cumplió su promesa y promulgó una nueva ley que prohíbe el aborto en Florida después de la sexta semana, cuando ya pueden detectarse los latidos cardíacos del feto. Por eso la llamó Ley de protección de los latidos del corazón.
Un año más tarde, la Corte Suprema del estado acaba de darle su visto bueno a la normativa, que entrará en vigor a partir del 1º de mayo.
“Las pacientes vendrán a nosotros con 7 semanas de embarazo y no podremos hacer nada por ellas”, lamenta Daniels desde su consultorio en el norte de Miami, ubicado en una clínica de Planned Parenthood, la ONG que dispone de la mayor red de centros para servicios de abortos, salud reproductiva, educación sexual y planificación familiar en Estados Unidos.
La prohibición de 6 semanas en Florida se mantendrá al menos hasta noviembre, cuando se celebrará una consulta que coincide con las presidenciales, en la que los ciudadanos podrán decidir si incluyen el derecho al aborto hasta la semana 24 en la Constitución del estado. Para que esto ocurra, la propuesta deberá recibir al menos un 60% de votos favorables.
Un tratamiento médico
Daniels supone que su consulta se reducirá a la mitad a partir de mayo. Le preocupan especialmente las mujeres que están en etapa temprana de gestación pero aún no lo saben.
“La idea de quedar embarazada en este momento en Florida es aterradora”, advierte la doctora estadounidense durante una pausa en la consulta de sus pacientes. “Desde ahora hasta el primero de mayo habrá absoluta confusión y caos”.
La doctora considera que la discusión en Florida, al igual que en los estados que bloquean el aborto, ignora un principio básico: la interrupción del embarazo es un tratamiento médico.
“Los políticos plantean que existe una diferencia entre la medicina y el aborto, como si fueran dos asuntos separados y no lo son”, advierte. “En muchos casos se recomienda el aborto en lugar del parto debido a riesgos diferentes como sangrado, infecciones, cóagulos sanguíneos o inviabilidad del feto”.
Los grupos que se oponen al aborto argumentan que buscan proteger la vida de los bebés que tienen latidos en el corazón y pueden sentir dolor. Por ello, celebraron el fallo de la Corte Suprema de Florida como una “victoria para los niños no nacidos”.
Una de las medidas que se aplican en Florida para persuadir a las pacientes de someterse a un aborto es impedir que se haga de inmediato. A partir del primer contacto personal con el médico deben esperar 24 horas para someterse al procedimiento.
Al cuestionar esta medida, Daniels recuerda los hallazgos del “estudio Turnaway” de la Universidad de California en San Francisco, que reportó que la mayoría de las pacientes no se arrepienten de haber abortado.
Un equipo de investigadores entrevistó a casi 1.000 mujeres en Estados Unidos y encontró que 95% dijo que tener un aborto fue la decisión correcta, incluso hasta cinco años después del procedimiento.
El mismo estudio indica que las mujeres que no pudieron someterse a un aborto sufrieron un deterioro en su salud después del parto y afrontaron mayor “inseguridad económica”, junto a sus familias.
Durante los meses que Daniels vivió en Carolina del Norte después del fin de la protección federal del aborto en 2022, su consultorio se llenó de pacientes que llegaban de estados tan lejanos como Texas, Luisiana y Misisipi. También de la vecina Carolina del Sur, donde había una pugna entre los legisladores y tribunales estatales para definir el alcance de la prohibición.
A partir del 1º de mayo, cree que será precisamente Carolina del Norte el estado que recibirá a las pacientes de Florida, dado que será el lugar más cercano donde podrán solicitar una interrupción del embarazo más allá de las 6 semanas, aunque se encuentra a más de 1.000 kilómetros de distancia.
El año pasado se practicaron 84.052 abortos en Florida, un aumento de 12% con respecto a 2020. Los expertos del centro de investigación Instituto Guttmacher atribuyen el incremento a la llegada de pacientes de otros estados donde el procedimiento está prohibido.
La coyuntura del referéndum
En vista de que el referéndum coincidirá con las elecciones presidenciales en Estados Unidos, se espera que la discusión en Florida sobre el aborto tenga relevancia en el debate político nacional durante la campaña.
En los casi dos años que han transcurrido desde que se revocó Roe vs Wade, la histórica sentencia que protegió el derecho al aborto durante casi 50 años, organizaciones a favor del derecho de elegir han ganado al menos siete consultas entre los electores, incluso en estados liderados por los republicanos.
«El aborto es una oportunidad para los demócratas y sigue siendo un problema para los republicanos», le dijo el estratega republicano Kevin Madden a la periodista de la BBC en Washington, Holly Honderich.
«Esto les da a ellos [los demócratas] algo de viento a favor», opinó Madden, quien fue portavoz de las campañas presidenciales del senador republicano de Utah Mitt Romney.
Una encuesta de la Universidad del Norte de Florida, publicada a finales de noviembre del año pasado, indicó que 62% de los electores en el estado se mostraba a favor de proteger el derecho al aborto.