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Jill Dando: el asesinato de la periodista estrella de la BBC que sigue rodeado de misterio más de dos décadas después

por BBC News Mundo BBC News Mundo

En abril de 1999, la presentadora y periodista de la BBC Jill Dando fue asesinada con una sola bala en la puerta de su casa, a plena luz del día.

24 años después y a pesar de haber sido una de las investigaciones por asesinato más grandes y de más alto perfil de la historia británica, el caso sigue sin resolverse.

Ahora, un nuevo documental de tres partes de Netflix intentará responder la pregunta: ¿quién asesinó a Jill Dando?

La exhaustiva serie documental -que se basa en un especial más corto que produjo la BBC en 2019- muestra a la fallecida presentadora de programas como Crimewatch y Holiday como la “chica dorada de la televisión británica” y una “[princesa] Diana de la televisión”; con miles de personas haciendo fila para asistir a su funeral.

El documental incluye relatos de primera mano de sus familiares, amigos y periodistas como su colega de la BBC Jennie Bond, quien estaba “fría del shock” al momento de dar la noticia del asesinato de su colega a los espectadores, al igual que testimonios de los jefes de policía que investigaron el caso.

“Teorías imaginarias”

Dando y Nick Ross en el set de Crimewatch, en 1998

La docuserie también explica muchas de las “teorías imaginarias” -como se refiere a ellas el hermano de Dando, Nigel- que fueron diseccionadas por la Policía Metropolitana de Londres para entender por qué “el cariño de la nación” fue asesinada ese día en Fulham a la edad de 37 años.

Estas teorías van desde que su muerte hubiera sido el trabajo de un acosador de celebridades enloquecido o un amante enfurecido, a que fue un asesinato llevado a cabo por sicarios profesionales de la mafia o del mundo del crimen, dado su trabajo público ayudando a atrapar criminales.

También se escucha como un hombre de ascendencia serbia había llamado a la BBC asegurando que la habían ejecutado en venganza por el bombardeo apoyado por Reino Unido del canal estatal de Serbia, en Belgrado.

Nigel Dando dice tener su propia teoría.

Él sostiene que las imágenes de circuitos cerrados de televisión muestran cómo a su hermana nadie la siguió a su casa ese día, y que para ese entonces, ella estaba pasando muy poco tiempo en su propia casa después de haberse mudado con su prometido Alan Farthing. ¿Cómo pudo alguien saber que ella iba a llegar en ese momento?

Dando le dijo a BBC News: “Mi teoría, que la tengo desde antes de que saliera este documental y más ahora que he podido ver con más detalle las investigaciones de la policía, es que simplemente fue alguien que estaba en la calle ese día, que pudo o no saber que ella vivía ahí, que estaba armado en el momento, alguien que la pudo reconocer y que pensó que a lo mejor se podría ganar sus 5 minutos de notoriedad disparándole”.

“Y esa es mi visión de lo que pasó, no importa qué tan extraño le pueda parecer a la gente, es sin duda una de las teorías que abundan; que simplemente Jill estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado”, añade.

Como periodista del Bristol Evening Post en el momento del asesinato, Nigel Dando dice que no tiene quejas del cubrimiemto generalizado que hicieron los medios, algo que fue un “inmenso shock” para su familia.

“Tienes a una chica local que le fue bien, que logró el nivel de las celebridades, una estrella inmensa de la BBC a la que le disparan sin razón aparente, en la puerta de su casa, a plena luz del día”, dice.

“Si quitas mis sentimientos de duelo de la ecuación, ¡qué historia inmensa que es!”.

La muerte misteriosa de su “muy amada” y “generosa” hermana impactó tanto en el público británico que, para Nigel, «Jill no será olvidada».

Un «misterio perfecto»

BBC Jill Dando

A Dando le dispararon en la cabeza a quemarropa a la salida de su casa en Fulham. PA

La productora ejecutiva Emma Cooper -quien había trabajado anteriormente con Netflix en un proyecto sobre la desaparición de Madeleine McCann- dice que fue “importante” para el equipo “que el recuerdo y el legado de Jill estuvieran resaltados de manera central” en la serie documental.

Cooper lo describe como “el misterio perfecto de principio a fin”.

Que nombres amados por las audiencias sean asesinados a sangre fría en los suburbios ingleses “es algo que no pasa”, nos dice. “Y es algo que no ha pasado desde entonces”.

De manera estadística, la mayoría de las víctimas de asesinato mueren a manos de alguien que los conoce.

Así que, como se cuenta en la docuserie, el compañero de Jill Dando, Farthing, fue interrogado por la policía, al igual que su ex compañero y editor de noticias de BBC Breakfast Bob Wheaton. También se interrogó a su agente Jon Roseman quien, de manera inconveniente, había escrito una novela de crimen describiendo una escena macabramente parecida a la del asesinato.

Todos fueron descartados como sospechosos, al igual que una persona que coincidía con la apariencia del retrato hablado que se había hecho basado en los testimonios de testigos que habían dicho haber visto a alguien sudando en una estación de bus cercana al momento del crimen.

La policía admite en el programa que haber publicado el retrato hablado electrónico había sido un “gran error” en la investigación.

Cuando no se pudo establecer una motivación precisa y nunca se materializó evidencia real o el arma de crimen, las autoridades tuvieron que volver al inicio. La única pieza de evidencia no circunstancial que tenían era una única partícula del residuo que queda luego de disparar un arma que coincidía con la munición que se usó en el asesinato.

Después de un año de creciente presión sobre la policía debido al inmenso apetito que los medios tenían de encontrar al asaltante que había asesinado a uno de los suyos de manera impactante (que incluyó un llamado pidiendo información que se emitió en Crimewatch), se usó la partícula para presentar cargos por el asesinato de Dando en contra de Barry George -un supuesto lobo solitario, obsesivo con las armas.

La historia del arresto de George fue casi tan grande como la de la muerte de Dando. Y de la noche a la mañana se convirtió en el hombre más famoso -o infame- del país.

Se hicieron públicos detalles de su pasado, incluyendo una convicción por intento de violación, un intento fallido como doble de acción, y una serie de pseudónimos que usaba relacionándose con cantantes famosos.

Le decía a la gente que era primo de Freddy Mercury, asegurando que su nombre era Barry Bulsara, algo que los representantes del fallecido cantante han negado formalmente.

La corte lo encontró culpable y pasó a servir ocho años por el crimen, el cual siempre negó haber cometido. Pero en agosto de 2008, gracias al apoyo de su hermana, George fue encontrado no culpable luego de que se llevara a cabo un nuevo juicio en el que se descartó la evidencia, y su convicción se consideró riesgosa.

Sin embargo, luego perdió su solicitud de compensación por convicción errónea.

En la serie vemos cómo es su vida hoy, y lo oímos declarar cómo lo volvieron un “chivo expiatorio” y un “perseguido”.

El último episodio se centra en la batalla que tuvo el abogado de George, Michael Mansfield QC, con el jefe de policía Hamish Campbell.

El abogado insiste ferozmente que la acusación no se sostiene, que su cliente “no era capaz de asesinato” y que tuvo que haber sido un crimen profesional.

Por el contrario, el jefe de policía está convencido, hasta el día de hoy, que George lo hizo. «No hay ningún misterio al respecto», según Campbell.

“Sacudirle la memoria a alguien”

BBC Jill Dando

Barry George paso 8 años en prisión bajo cargos de asesinato, los cuales él siempre negó. PA

Quien quiera que haya matado a Jill Dando, se salió con las suyas.

Aunque su hermano cree que es “altamente improbable que la policía pueda atrapar a alguien” ahora, y no cree que el caso se vaya a reabrir nunca, sí mantiene la esperanza de que una pieza de información del muy detallado programa de Netflix le pueda “sacudir la memoria a alguien”.

“El lado de la investigación de la policía del documental es realmente interesante y arroja nuevas luces sobre las líneas de investigación que estaban siguiendo, al igual que la magnitud de la información que les estaba llegando”, dice.

“Y entonces te preguntas si hay algo en todos esos detalles, escondido en un archivo. De pronto alguien tiene una pista de qué fue lo que pasó ese día y por qué pasó”.

“O a lo mejor el perpetrador mismo diga que ya ha vivido mucho tiempo con este terrible secreto, y que es hora de ir a algún lado a contarle a alguien lo que pasó”.

“No estoy esperando que eso vaya a pasar, pero sí sería el resultado ideal de este documental”.