La noticia de que el príncipe Harry y su esposa, Meghan, se apartarán de sus deberes como parte de la familia real británica causó sorpresa, pero también muchas dudas y contradicciones respecto al futuro de los duques de Sussex.
Puede que hayan redactado un comunicado y que tengan una página web en la que dan más detalles sobre sus intenciones.
Pero, incluso después de leerlos con cuidado, lo que quedan son preguntas y más preguntas… y contradicciones, como señala el corresponsal de la BBC para la casa real británica, Jonny Dymond.
«En su comunicado, la pareja dijo tres veces lo mucho que espera servir a la Reina», escribió Dymond en un artículo.
«Pero a la Reina no se le dio la oportunidad de ver sus planes ni mucho menos, de aceptarlos».
Harry y Meghan buscan seguir formando parte de la familia real, una institución que se caracteriza por someterse a un estricto conjunto de normas y protocolos.
Pero lo quieren hacer siguiendo sus propias reglas, como haciendo su propia selección de los periodistas que puedan asistir a sus eventos en vez de utilizar la lista aprobada por el Palacio de Buckingham.
Afirman que quieren ser económicamente independientes y que no recibirán fondos públicos, que según su página web, apenas suponen el 5% de sus ingresos.
Pero, este porcentaje no incluye el alto costo de su seguridad personal, que es asumido por el gobierno de Reino Unido mediante los impuestos. ¿Lo pagarán desde ahora ellos mismos?
«La pareja escribe en su página web que quiere mantener algunos deberes reales (y presumiblemente los títulos reales que acompañan a estos)», dice Dymond.
«Pero también dejan claro, con algunos detalles, que no están preparados para aceptar la forma ya acordada en que los medios de comunicación informan sobre las actividades reales».
«Buscan establecer una organización separada que a veces trabaje con el palacio, pero parecen no haber hablado con nadie allí sobre cómo funcionará eso».
«Buscan independencia financiera mediante la obtención de un ingreso profesional. Pero en ninguna parte reconocen el riesgo de ser acusados de monetizar la marca real».
Aquí algunas de las dudas y contradicciones respecto al futuro de Harry y Meghan.
¿Seguirá Harry siendo el sexto en la línea del trono?
En Reino Unido, la línea de sucesión no solo la determina el nacimiento, sino también la legislación. Para retirar a alguien de ella, se necesitaría una ley del Parlamento.
Hasta el momento, sin embargo, el Ejecutivo británico se ha limitado a decir que todas las preguntas sobre el anuncio de los duques de Sussex son «para la familia real».
¿Están Harry y Megan haciendo lo mismo que el duque de Windsor y Wallis Simpson?
Al igual que Meghan Markle, Wallis Simpson era estadounidense y divorciada.
Cuando ella y el rey Eduardo VIII se enamoraron, se consideró que el público nunca aceptaría como reina a una mujer que ya había estado casada. Corría 1936 y el tío de la actual Reina se vio obligado a elegir entre el trono y Wallis Simpson.
Eduardo VIII optó por quedarse con ella y tuvo que abdicar a la corona y todos los deberes reales.
Harry y Meghan han dicho que desean «apartarse» de sus compromisos como miembros de la realeza de alto rango, lo que sugiere que tienen la intención de todavía llevar a cabo algunas tareas a nombre de la Reina.
Fue una decisión voluntaria, no estaban entre la espada y la pared como Eduardo VIII, que pasó a ser desde entonces el duque de Windsor. Pero, aún es pronto para saber en qué consistirá su papel en parte real y en parte privado.
¿Cómo se financiarán?
Los duques dijeron que se convertirán en «miembros de la casa real con independencia financiera». Según su página web, «valoran la habilidad de ganar un ingreso profesional, algo que les está prohibido en la estructura actual (de la casa real)».
Por lo tanto, no recibirán fondos de la Sovereign Grant, el dinero que el Tesoro británico paga a la Reina y que ella reparte entre su familia. La cantidad correspondiente para el periodo que va de abril de 2020 a marzo de 2021 es de 85,7 millones de libras, unos US$112 millones.
Según Harry y Meghan, la parte de esto que a ellos les toca solo supone el 5% de sus ingresos.
¿De dónde procede el resto?
Según su página web, el 95% de los fondos para su oficina provienen de los ingresos del patrimonio del príncipe Carlos: el ducado de Cornualles.
El ducado le pertenece a todos los herederos del trono y ha existido desde que Eduardo III lo creó para su hijo y heredero, el Príncipe Eduardo (famoso como el Príncipe Negro), en 1337.
Según sus estatutos, el príncipe de Gales, como duque de Cornualles, recibe cada año los ingresos que genera esta propiedad, que incluye grandes partes de los condados de Cornualles, Dorset y Herefordshire, todos al sur de Inglaterra.
Sin embargo, no se puede beneficiar de ingresos ni ganancias que se produzcan por la venta de cualquiera de sus activos, según la página web del ducado. Según el informe anual del ducado, las ganancias generadas en el periodo 2018-2019 fueron de 21,6 millones de libras, unos US$28 millones.
«Estos ingresos se usan para financiar los gastos personales y profesionales del príncipe de Gales y la duquesa de Cornwall, el duque y la duquesa de Cambridge y el duque y la duquesa de Sussex. Incluye personal, trabajo caritativo y funciones públicas».
Harry y Meghan no han dicho que vayan a renunciar también a esta fuente de financiación.
¿Qué pasará con su casa en Windsor?
En su sitio web, la pareja afirma que continuará usando Frogmore Cottage, su residencia dentro del palacio real de Windsor, con el permiso de su dueña, la Reina.
Ambos quieren que esta se mantenga como su «residencia oficial, ya que continúan apoyando a la monarquía, y para que su familia siempre tenga un lugar en Reino Unido al cual llamar hogar».
Si bien Harry y Meghan aseguran que no quieren usar fondos públicos, el mantenimiento de Frogmore Cottage es responsabilidad de la Reina, que lo financia con el dinero de la Sovereign Grant.
¿Y los gastos de seguridad?
La pareja continuará siendo protegida por la Policía Metropolitana, financiada por los contribuyentes británicos. Este organismo no revela los costos que le supone la tarea de proteger a la realeza.
Pero ante la pregunta de si costearán su propia seguridad, se limitan a responder en su página web que la provisión de seguridad armada se da por «orden» del Ministerio del Interior de Reino Unido.
Se espera que este gasto público, que las autoridades nunca revelan aduciendo motivos de seguridad, se incremente con el estilo de vida de continuos viajes intercontinentales que han elegido Harry y Meghan.