En un día de duelo y conmemoración, decenas de miles de aficionados despidieron a quien muchos consideran el futbolista más grande de la historia, el rey Pelé, quien murió el pasado 29 de diciembre a los 82 años de edad.
Al funeral en el estadio del club de toda su vida, el Santos, asistieron el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, quienes acompañaron a Edinho, hijo del legendario futbolista, y otros familiares.
El tributo de los fans
Por Katy Watson, corresponsal de la BBC para Sudamérica, desde Santos
El féretro de Pelé desfiló por las calles de Santos en un camión de bomberos, como es tradición en Brasil, mientras los fanáticos acompañaban el cortejo cantando «Pelé, mil goles».
Cientos de personas portaban pancartas y vestían camisetas con el número 10 que el futbolista hizo tan popular.
Fue un día de duelo por el hombre a quien los brasileños llaman el rey, pero claramente también fue un momento para celebrar su vida.
Hubo alegría en las calles en una demostración de que Pelé es, y siempre será, la mayor fuente de orgullo para Brasil.
Deofilo de Freitas fue el primero en la fila en el estadio el lunes, pero quería tener otra oportunidad de ver a su ídolo antes del entierro.
«Pelé era el Pelé de la gente, era uno de nosotros», dijo. «Será difícil encontrar a alguien como él».
«Además de ser el mejor jugador del mundo, era un maravilloso ser humano», enfatizó.
El club Santos, en el que Pelé pasó la mayor parte de su carrera, tuiteó: «Nuestro eterno Rey Pelé dice adió en Vila Belmiro, su hogar, con su gente».