Cerca de 2.500 personas rompieron las restricciones por el coronavirus al participar en una fiesta ilegal de fin de año que se celebraba en un depósito industrial en el noroeste de Francia, hasta que la policía llegó para acabar con el evento.
Algunos de los asistentes al festejo que tuvo lugar en Lieuron, una población cerca de Rennes, la capital regional, planeaban continuar la fiesta hasta el martes.
Los organizadores del evento fueron identificados por la policía, que además impuso multas a los participantes a medida que abandonaban el lugar.
Algunos de los asistentes a la multitudinaria celebración venían de otros países como España y Reino Unido.
Varios juerguistas se enfrentaron con los funcionarios, les arrojaron objetos y le prendieron fuego a un automóvil; al menos tres agentes de la policía resultaron heridos.
Una persona fue detenida transportando tocadiscos, altavoces y un generador de energía en el maletero de su vehículo, según informó la cadena de televisión francesa BFM TV.
Un comunicado de las autoridades locales detalla que la policía se enfrentó a una «feroz hostilidad de parte de muchos asistentes».
1.200 multas
Según la prefectura local, no fue sino hasta las 5:30 de la mañana del sábado (hora local) que los asistentes comenzaron a aceptar que la fiesta había terminado y decidieron abandonar los dos depósitos en desuso que les sirvieron para festejar el Año Nuevo.
El ministro del Interior, Gérald Darmanin, informó a través de un tuit que la policía incautó camiones, equipos de sonido y generadores de energía en el lugar, y que estaban investigando los hechos.
Más de 1.200 multas fueron emitidas por no cumplir con el toque de queda, no usar mascarilla y por asistir a una reunión ilegal, indicó Darmanin.
El viernes, las autoridades informaron que habían abierto un cordón sanitario alrededor de la fiesta e instaron a todos los que asistieron al evento a que se mantuvieran aislados por siete días.
Uno de los participantes, que se identificó como Jo, le dijo a la agencia AFP que «muy pocos habían respetado el distanciamiento social» durante el tiempo que duró el evento.
Y según el diario Le Monde, varias personas dormían en sus autos para volver a bailar.
«Muy bien organizada»
Un asistente entrevistado por el diario dijo que la fiesta estaba «muy bien organizada» y que había incluso puestos de comida adentro.
Otro, que viajó al evento con cuatro amigos aseguró que había querido «escapar» durante horas.
El viernes el Ministerio del Interior organizó una reunión de emergencia y posteriormente se bloquearon todas las salidas de vehículos de la fiesta mientras la policía intentaba controlar la situación.
Francia introdujo reglas bastante estrictas a mediados de diciembre para frenar el avance del coronavirus, incluyendo un toque de queda que va desde las 8pm hasta las 6am.
Más de 100.000 agentes de la policía fueron desplegados en todo el país para hacer cumplir el toque de queda y disolver las fiestas.
La policía francesa tiene la orden de acabar con las fiestas clandestinas tan pronto como reciba una denuncia, y además tiene la tarea de multar a sus participantes e identificar a los organizadores.
Francia ha sido uno de los países europeos más afectados por la pandemia, registrando más de 2.600.000 casos de covid-19 y al menos 64.892 muertes.
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