«Culpable», dijo Emma Coronel cuando un juez de Estados Unidos le preguntó cómo se declaraba ante los cargos que enfrentaba por ayudar a su marido, el mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán, en sus actividades como capo del narcotráfico.
La admisión de culpabilidad de Coronel este jueves ante una corte federal de Washington DC sella la caída en desgracia de esta exreina de belleza de 31 años que vivió en las entrañas de un gigantesco cartel internacional de drogas.
Está previsto que su sentencia se anuncie el 15 de septiembre y permanezca en prisión hasta entonces.
Sólo el primero de los tres cargos en su contra por conspiración para distribuir cocaína, heroína y otras drogas a EE UU puede acarrear una pena máxima de cadena perpetua.
El juez del caso, Rudolph Contreras, dijo durante la audiencia que desconocía cuál será la condena que va a imponerle a Coronel, quien negó que le hayan prometido una pena más leve por declararse culpable.
Pero expertos legales creen que Coronel enfrentaba una batalla difícil si iba a un juicio como hizo «El Chapo», quien ahora cumple cadena perpetua en EE UU, y en cambio aceptó sus cargos en procura de reducir su tiempo de cárcel.
«Declararse culpable definitivamente le da la esperanza de recibir una sentencia más leve», dice a BBC Mundo Tedd Yoder, un abogado defensor que ha trabajado en varios casos de drogas en EE UU.
De hecho, en el acuerdo de culpabilidad firmado por Coronel los fiscales proponen que reciba entre 108 y 135 meses (de 9 a algo más de 11 años) de prisión.
Drogas y dinero
Coronel, quien tiene doble nacionalidad mexicana-estadounidense y es madre de dos mellizas que tuvo con «El Chapo», fue detenida en febrero en el aeropuerto internacional de Dulles, próximo a Washington.
Los cargos en su contra, además de tráfico de drogas, incluían conspiración para lavado dinero y participación en transacciones con un narco.
El fiscal Anthony Nardozzi sostuvo en la audiencia de este jueves que Coronel ayudó al cartel de Sinaloa liderado por su marido a llevar a EE.UU. más de 450 kilos de cocaína, 90 kilos de heroína, 90 toneladas de marihuana y 45 kilos de metanfetamina entre 2011 y 2017.
Agregó que, después que Guzmán fuera arrestado en México en febrero de 2014, Coronel «sirvió como intermediaria para entregar mensajes» a miembros del cartel sobre actividades de narcotráfico y lavado de dinero.
Nardozzi también dijo que Coronel conspiró junto con los hijos de Guzmán y otros para una fuga de prisión del capo, la cual se concretó en julio de 2015 mediante un túnel de kilómetro y medio de largo desde la cárcel mexicana de El Altiplano.
Precisó que Coronel recibió entregas de dinero del narco en efectivo financiando el cinematográfico escape.
«En 2007 la acusada se casó con Guzmán y a partir de ese momento hasta su arresto en febrero de 2021 recibió apoyo monetario de su esposo» con dinero proveniente de las drogas, sostuvo Nardozzi.
Añadió que Coronel controló residencias y propiedades comerciales pagadas por Guzmán y las alquiló para obtener ingresos.
EE.UU. llevaba cerca de dos años investigando a Coronel antes de su arresto, que ocurrió cuando ganaba fama: había aparecido en un reality show sobre familiares de narcos y tenía planes de lanzar una línea de ropa con el nombre de «El Chapo» .
Durante el juicio a Guzmán, que ella presenció cada día a día entre el público en una corte de Nueva York en 2019, surgieron testimonios y pruebas comprometedoras para ella.
Dámaso «El Licenciado» López, uno de los testigos en ese juicio y exhombre de confianza de «El Chapo», contó cómo ella participó del plan de fuga carcelaria reuniéndose varias veces con él.
También se presentaron pruebas de que Coronel sirvió de intermediaria entre su marido y su padre, señalado como otro miembro del cartel de Sinaloa, en intercambios sobre envíos de drogas.
«Tremenda presión»
Los especialistas creen que si Emma Coronel hubiese optado por ir a juicio tenía serias posibilidades de pasar el resto de sus días tras las rejas.
«Basta con mirar a su marido para ver fácilmente lo que le sucede a alguien que quiere desafiar al gobierno», dice Yoder. «Una sentencia de cadena perpetua a menudo viene con un veredicto de culpabilidad tras un juicio en este tipo de casos».
El juez tiene ahora la potestad de imponer para Coronel una condena inferior a los diez años de cárcel, el mínimo establecido para el primer cargo de narcotráfico que enfrentaba.
Coronel podría acortar aún más su tiempo en prisión con programas de rehabilitación por ser ciudadana de EE UU y por buena conducta.
Después de su arresto, surgieron reportes de prensa en base a fuentes anónimas que sugerían que Coronel podría cooperar con las autoridades de EE UU brindando información sobre el cartel en procura de reducir su pena.
El acuerdo de culpabilidad firmado por Coronel carece de referencia alguna a una cooperación, pero Yoder señala que esto puede responder a razones de seguridad para ella o su familia.
A su juicio, aún existe la posibilidad de que Coronel coopere con las autoridades y, aunque se ignora si lo hará, el acuerdo que firmó incluye referencias a la moción que el gobierno suele presentar para reducir la pena de un cooperante.
«Ella debe haber estado enfrentando una tremenda presión de todos los lados por los diferentes crímenes que alegan que cometió, y ahora ha aceptado responsabilidad», dice Yoder. «Creo que este es un buen acuerdo para ella».