Los partidarios de Donald Trump han afirmado que se emitieron miles de votos en las elecciones estadounidenses utilizando los nombres de personas que habían muerto.
«Puede que tenga 72 años», nos dijo María Arredondo, de Michigan, cuando la llamamos. «Pero estoy vivita y coleando. Mi mente funciona bien y estoy sana».
Arredondo dijo que había votado por Joe Biden y se sorprendió al escuchar que su nombre había aparecido en una lista de votantes supuestamente muertos en el estado de Michigan.
También hablamos con otras personas en situaciones similares a la de María y encontramos historias parecidas.
En elecciones anteriores se ha dado el caso de que aparentemente personas fallecidas habían votado.
Esto podría suceder por distintos motivos, como por ejemplo errores administrativos o quizás porque otros miembros de la familia con nombres similares utilizaron sus boletas de votación, pero los partidarios de Trump han denunciado que esto sucedió a gran escala en las elecciones de 2020.
En el equipo de Reality Check de la BBC nos propusimos averiguar si existe evidencia para hacer esa afirmación.
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¿10.000 ‘votantes ausentes muertos’ en Michigan?
La historia comienza con una lista de alrededor de 10.000 nombres publicados en Twitter por un activista que apoya a Trump.
Dice que son de personas que han muerto, pero que también han votado en las elecciones presidenciales de Michigan.
Afirmaciones como esta se han repetido muchas veces en diferentes redes sociales, incluso hechas por legisladores republicanos.
La lista de 10.000 personas contiene el nombre, el código postal y la fecha en que se recibió la boleta.
Luego enumera una fecha de nacimiento y una fecha de muerte. Algunas de esas personas supuestamente murieron hace más de 50 años.
Michigan tiene una base de datos que te permite ingresar el nombre, el código postal, el mes y el año de nacimiento de una persona, y ver si votaron por correo o a distancia este año. De esa manera, se puede comprobar fácilmente si las personas de la lista votaron o no.
También hay varios sitios web de Estados Unidos que incluyen bases de datos de registros de defunción.
Pero hay un problema fundamental con esta lista de 10.000 nombres.
Haciendo un ejercicio como ese, se pueden encontrar varias coincidencias falsas: alguien nacido en enero de 1940 votó en Michigan en las elecciones y hubo alguien nacido en otro lugar de EE.UU. en enero de 1940 con el mismo nombre que ahora está muerto.
Esto sucede mucho en un país tan grande como Estados Unidos (con 328 millones de personas), y particularmente con nombres comunes.
Para comprobar la lista, elegimos 30 nombres al azar. Además, agregamos a la persona de mayor edad de la lista.
De esta lista de 31 nombres, logramos hablar directamente con 11 personas (o con un miembro de la familia, vecino o asistente social) para confirmar si todavía estaban vivos.
Para los otros 17, no hubo registro público de su muerte, y encontramos evidencia clara de que estaban vivos después de la supuesta fecha de muerte en la lista de 10.000. Surgió un patrón claro: los registros incorrectos se habían unido para crear una coincidencia falsa.
Finalmente, vimos que tres personas de la lista estaban muertas. Vamos a examinar estos casos más adelante.
Lo que descubrimos
Lo primero que hicimos fue verificar la base de datos electoral oficial de Michigan para ver si nuestras 31 personas habían enviado sus boletas. Todas lo habían hecho.
Luego miramos los registros de defunción y rápidamente comenzamos a sospechar al ver que la gran mayoría no murió en Michigan, sino en otras partes de Estados Unidos.
Nos preguntamos si podríamos encontrar personas con el mismo nombre que vivieran actualmente en Michigan.
Verificando los registros públicos del estado de Michigan, haciendo referencias cruzadas de los códigos postales de los votantes, pudimos encontrar fechas precisas de nacimiento de quienes habían votado y, como habíamos anticipado, no coincidieron con las fechas de nacimiento en los registros de defunción.
Así que podíamos estar seguros de que estábamos tratando con dos grupos de personas: los que habían votado y los que tenían el mismo nombre y edad que habían fallecido en otro lugar.
Pero lo que realmente quisimos hacer fue hablar con los propios votantes.
¡Estoy vivo!
Llamamos a Roberto García, un maestro jubilado en Michigan. Nos dijo: «Por supuesto que estoy vivo y por supuesto que voté por Biden. Tendría que haber estado muerto para votar por Trump«.
También encontramos a una mujer de 100 años que, según la lista de «votantes muertos», había muerto en 1982. Estaba viva y actualmente reside en un asilo de ancianos en Michigan.
Pero los resultados de nuestra búsqueda no siempre fueron tan sencillos.
Cuando buscamos a otra centenaria, que según la lista había fallecido en 1977, encontramos que aún estaba viva cuando le devolvieron su boleta postal en septiembre. Sin embargo, un vecino nos dijo que la mujer había muerto hacía apenas unas semanas. También encontramos un obituario coincidente de octubre que lo confirmaba.
Si un votante muere antes del día de las elecciones después de enviar su boleta, las autoridades de Michigan dicen que la boleta será rechazada.
No hemos podido establecer si su voto fue contado.
En el caso de aquellos a quienes no pudimos contactar por teléfono, quisimos usar otros medios para confirmar que estaban vivos.
Estos incluían registros públicos de, por ejemplo, actividades comerciales, de las autoridades estatales y locales.
Una mujer que se suponía que había muerto en 2006 tenía una declaración anual de una compañía firmada con su nombre a partir de enero de 2020.
Otros dos hombres en nuestra lista de 31 personas murieron hace algún tiempo. Sin embargo, se habían emitido votos a sus nombres, con los códigos postales correctos y los años de nacimiento, según la base de datos de las votaciones.
Encontramos que en el caso de ambos hombres, había hijos con el mismo nombre registrados actualmente en la misma dirección que sus padres fallecidos.
En ambos casos, se envió una boleta por los padres fallecidos.
Los funcionarios electorales locales nos dijeron que uno de los votos había sido contado, pero no había constancia de que el hijo hubiera votado.
En el otro, era el hijo quien realmente votaba, pero se había registrado como el padre debido a un error administrativo.
«Una cuestión de estadística»
Nuestra selección de 31 casos es solo una pequeña muestra de los 10.000 nombres en la lista, pero reveló claramente las fallas en la base de datos compartida por los partidarios de Trump.
A partir de nuestra investigación, queda claro que en casi todos nuestros 31 casos de comprobación, los datos de votantes auténticos en Michigan se combinaron con registros de personas fallecidas con el mismo nombre y mes y año de nacimiento de personas no solo del estado de Michigan, sino de todo Estados Unidos para producir coincidencias falsas.
«Si las listas están vinculadas únicamente al nombre y a la fecha de nacimiento, en un estado del tamaño de Michigan, está garantizado que se obtendrán falsos positivos», dice el profesor Justin Levitt, experto en leyes democráticas.
Se conoce como «el problema del cumpleaños»: la alta probabilidad de que dos estudiantes de la misma clase compartan el mismo día de cumpleaños.
Entonces, si comparas millones de votantes en Michigan con una base de datos de muertes de todo Estados Unidos, seguramente encontrarás coincidencias, particularmente si la base de datos de votantes no incluye el día del mes en que nació una persona.
«Es simplemente una cuestión de estadística que si se cruzan millones de registros con millones de otros registros, obtendrás una cantidad considerable de coincidencias falsas positivas. Hemos visto esto antes«, dice el Levitt.
Con su voto emitido de forma segura y contado, María Arredondo nos dijo que está esperando la llegada del nuevo gobierno.
«[Biden] fue un gran vicepresidente con Obama. Estoy muy contenta. Me ha quitado un peso de encima».
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