Un estudio pionero llevado a cabo por científicos españoles encontró que, en ciertos tipos de cáncer de mama, la quimioterapia puede ser reemplazada por un tratamiento biológico.
Este tratamiento podría beneficiar a pacientes que tienen un tumor hormonosensible (que representa el 70% de los cánceres de mama) con alto riesgo de metástasis, señalan los autores del estudio publicado en la revista The Lancet Oncology.
Actualmente, estos fármacos biológicos se utilizan para retrasar el uso de la quimioterapia.
Pero lo que el equipo español se planteó como hipótesis fue: si estos fármacos ya demostraron su efectividad en pacientes con metástasis después de la quimioterapia, ¿por qué no ver si sirven también para reemplazar a la quimioterapia en casos de cáncer de mama precoz?
«El estudio comparó la quimio con el tratamiento biológico en combinación con el tratamiento hormonal en pacientes de alto riesgo de metástasis (que son 30-40% de los tumores hormonosensibles) y vimos que la eficacia es similar«, le explica a BBC Mundo Alelix Prat, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínic de Barcelona, presidente de SOLTI y coautor principal de la investigación.
Ni vómitos ni diarrea ni pérdida del cabello
Para los pacientes, las ventajas de eliminar la quimioterapia son innumerables.
«Es (un tratamiento) mucho menos tóxico a corto y a largo plazo, muy bien tolerado y las toxicidades graves son tremendamente bajas», asegura Prat.
«No es agua, es un fármaco, y tiene sus cosas. Pero cuando lo comparas con la quimio, hay un abismo entre las dos estrategias en cuanto a seguridad y tolerancia».
«No se cae el pelo, no hay náuseas, no hay vómitos, no hay diarreas. Como mucho puede haber un poco de cansancio y hay que seguir las analíticas porque a veces las defensas se pueden alterar un poco».
El tratamiento, que se administra por vía oral, consiste en tomar dos pastillas por seis meses que incluyen unas semanas de descanso: una es el fármaco biológico (el estudio utilizó ribociblib) y el otro es letrozol, un fármaco hormonal.
Esto significa, además, que «no hace falta ir al hospital ni ponerse una vía intravenosa», dice Prat.
«Son fármacos biológicos que van directamente a la célula cancerosa y, atacando a una proteína muy específica de la célula tumoral, impiden que se pueda reproducir».
«Al no poder dividirse, la célula entra en un colapso y muere», explica.
En términos de costo, al ser más nuevos, estos fármacos tienen un valor más elevado.
«Depende de los países, pero la quimio hoy es muy barata. Son fármacos genéricos que pueden costar entre US$56 y US$112», explica Prat, y acota que aún no se ha hecho un análisis en este sentido.
«Pero si se tiene en cuenta ya no solo el coste del fármaco, sino el hecho de que la paciente puede seguir trabajando (algo que muchas veces no ocurre durante la quimioterapia por las complicaciones físicas que acarrea) probablemente estos fármacos sean rentables».
Futuro cercano
Otros aspectos novedosos de la investigación son la forma en que se seleccionaron a los pacientes y cómo se evaluaron los resultados.
Para elegirlos, «utilizamos lagenómica. Hemos hecho análisis moleculares para asegurarnos de que las pacientes tuviesen efectivamente tumores muy agresivos», le dice Prat a BBC Mundo.
«Y la forma de medir la eficacia de ambos tratamientos -quimio versus biológico- no se hizo solo mirando si el tamaño del tumor era más pequeño, sino mirando qué biología tenía ese tumor».
En otras palabras, evaluaron el grado de agresividad del cáncer.
Pero ¿cuánto tiempo tendrá que pasar para que este tratamiento esté disponible al público?
Prat se aventura a decir que los próximos 3 o 4 años.
«Hay estudios en marcha que están evaluando la eficacia de los fármacos biológicos después de dar quimio. Probablemente tengamos los resultados a finales de 2020. Si los resultados dan bien, se van a aprobar para cáncer de mama hormonosensible precoz».
«Y que estén aprobados en este contexto, puede ayudar».