El puente que conecta el Río (Texas) con Ciudad Acuña (México) se ha convertido en un campamento improvisado con más de 10.000 personas que han cruzado masivamente la frontera con Estados Unidos.
Los migrantes duermen bajo el puente en penosas condiciones, tras haber cruzado las aguas heladas del río Bravo, a la espera de que las autoridades procesen sus solicitudes de asilo.
El campamento improvisado tiene pocos servicios básicos y algunos migrantes, que soportan temperaturas de hasta 37°C, están regresando a México a por suministros.
Los migrantes son en su mayoría haitianos, pero también hay algunos cubanos, venezolanos y nicaragüenses, dicen los informes de las autoridades.
Muchos de ellos forman parte de una ola más grande de migrantes que se dirigen al norte, gran parte de los cuales llegaron a Brasil y otras partes de Sudamérica tras el terremoto de 2010, informa el Washington Post.
«Un caos»
Según dijo a Reuters el alcalde de Del Rio, Bruno Lozano, más de 10.500 migrantes se encontraban bajo el Puente Internacional de Del Rio el jueves por la noche.
Ramsés Colón, un solicitante de asilo afrocubano de 41 años que trabajó en Perú para ahorrar dinero para el viaje, dijo que el campamento de Del Río es un «caos».
«Te quedas ahí entre miles con tu boleto, esperando tu turno», le dijo al Washington Post. Se refiere a los boletos con números que las autoridades entregan a los migrantes mientras esperan a ser procesados.
«Parada temporal»
La Patrulla Fronteriza dijo en un comunicado que estaba aumentando la dotación de personal en Del Río para facilitar un «proceso seguro, humano y ordenado».
«Para prevenir lesiones por enfermedades relacionadas con el calor, el área con sombra debajo del Puente Internacional Del Río está sirviendo como un sitio de parada temporal mientras los migrantes esperan ser a llevados bajo la custodia de la USBP (Patrulla Fronteriza de Estados Unidos)», agregó.
Se les proporcionó agua potable, toallas y baños portátiles, agrega el comunicado.
Afluencia récord
Desde que asumió la presidencia en enero, Joe Biden, quien prometió reformar la inmigración estadounidense, ha creado un grupo de trabajo para reunificar a los niños migrantes con sus familias, ha detenido la construcción del muro fronterizo de Donald Trump y ha pedido revisiones de los programas de inmigración legal cancelados por su predecesor.
Pero también está experimentando una afluencia récord de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos, incluidos cientos de niños no acompañados, que están detenidos en centros estadounidenses.
La llegada de migrantes ha crecido significativamente en las últimas semanas.
El mes pasado, las autoridades estadounidenses arrestaron a más de 195.000 migrantes en la frontera con México, de acuerdo con datos del gobierno publicados el miércoles.
Y en julio el número de personas detenidas en la frontera superó los 200.000 por primera vez en 21 años, según muestran las cifras de las autoridades.
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