El conflicto entre israelíes y palestinos continúa intensificándose pese a las llamadas de la comunidad internacional para poner fin a la violencia.
Este sábado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, llamó al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, y al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en un intento de alcanzar un alto el fuego.
Sobre el terreno, el enviado de Estados Unidos, Hady Amr, se ha reunido con el ministro de defensa israelí, Benny Gantz, y con otros funcionarios de seguridad.
Los esfuerzos de mediación de Egipto continúan, pero aún no han llevado a un cese de las hostilidades.
Los esfuerzos diplomáticos se han intensificado después de que los bombardeos de Israel en Gaza mataran a 10 personas en un campo de refugiados y destruyeran un edificio que albergaba oficinas de varios medios de comunicación extranjeros.
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Al mismo tiempo, cientos de misiles palestinos fueron disparados contra Israel, provocando una muerte.
Y es que la violencia no ha hecho más que escalar esta última semana, provocando al menos 174 fallecidos en Gaza, entre ellos 47 niños, según las autoridades palestinas.
Israel por su parte reportó 10 muertos, entre ellos dos menores.
La situación ha llevado a que el Consejo de Seguridad de la ONU convocara una reunión de urgencia para este domingo y a que EE.UU. enviara a un representante a Tel Aviv para participar en diálogos con autoridades israelíes, palestinas y de la ONU.
Su objetivo, según diplomáticos estadounidenses, es subrayar la necesidad de «una calma sostenible».
«¿Qué han hecho para merecer esto?»
Este sábado, 10 miembros de una familia murieron tras ser alcanzados por un bombardeo israelí en un campo de refugiados en el oeste de Gaza.
Un bebé de tan solo cinco meses, Omar Al-Hadidi, fue el único sobreviviente. Su madre, cuatro hermanos, su tía y cuatro primos murieron.
El padre del bebé, Mohammad Al-Hadidi, no estaba en casa en el momento del ataque.
«No había misiles ahí, solo mujeres y niños, ningún misil, solo niños pacíficos celebrando [el festival musulmán] Eid, ¿qué han hecho para merecer esto?«, le dijo a la agencia Reuters.
Un médico que trató a Omar señaló que el bebé estaba en mal estado: «Su fémur está roto y tiene heridas por todo el cuerpo pero afortunadamente después de una primera revisión está estable«.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) señalaron que militantes palestinos dispararon 278 misiles desde Gaza, que impactaron viviendas en las ciudades sureñas de Ashdod, Beersheba y Sderot.
El Ejército también dijo que «muchas decenas» de misiles que cruzaron a Israel fueron interceptados por su sistema de defensa, el llamado «domo de hierro».
Uno de los misiles cayó en una calle de Ramat Gan, un suburbio de Tel Aviv, provocando la muerte de un hombre. Según medios locales, murió tras ser alcanzado por la metralla en su apartamento.
En la misma jornada, un bombardeo israelí también destruyó un edificio de varias plantas que albergaba oficinas de medios de comunicación, incluido la agencia Associated Press (AP) y Al-Jazeera, así como otras oficinas y apartamentos.
En un comunicado, el Ejército israelí aseguró que el inmueble albergaba activos militares pertenecientes a Hamás, el grupo militante palestino que controla Gaza. El propietario del edificio lo negó.
AP informó que el edificio fue atacado alrededor de una hora después de que las fuerzas israelíes ordenaran a la gente que evacuara las inmediaciones.
El director ejecutivo de la agencia, Gary Pruitt, señaló: «Este es un desarrollo de la situación sumamente alarmante. Evitamos por poco una terrible pérdida de vidas. Una decena de periodistas de AP y freelancers estaba dentro del edificio y afortunadamente fuimos capaces de evacuarles a tiempo».
«El mundo sabrá menos de lo que está ocurriendo en Gaza a causa de lo ocurrido hoy», lamentó.
El sábado en la tarde, el primer ministro Benjamín Netanyahu manifestó que Israel «continuaría respondiendo firmemente», insistiendo que estaban tomando medidas para limitar el número de víctimas civiles.
Israel asegura que decenas de personas muertas en Gaza eran militantes del grupo islamista y que algunas de las muertes se produjeron a causa de cohetes fallidos en el territorio.
La mayor ofensiva de la semana
La escalada de este sábado se produjo después de que el Ejército israelí lanzara su mayor ofensiva en la semana contra Gaza desde que estallara la violencia el lunes, con un intenso bombardeo desde buques, aviones de combate y helicópteros.
Esa ofensiva motivó las preocupaciones de la población ante una posible entrada de tropas en Gaza, una medida que supondría una escalada inédita desde la guerra de 2014.
Muchos habitantes de la Franja de Gaza que viven cerca de la frontera comenzaron a huir de sus casas por temor a una incursión terrestre de tropas israelíes, si bien Israel no dio ese temido paso.
Esta semana, además, la violencia también se extendió al territorio palestino de Cisjordania, en el que al menos 10 personas murieron en enfrentamientos con las fuerzas israelíes, que respondieron con balas de goma y fuego real al lanzamiento de bombas de gasolina.
A medida que los enfrentamientos se intensificaron, en Israel también se produjeron graves incidentes de quemas de negocios y linchamientos en ciudades de población árabe y judía, lo que llevó al presidente del país a advertir de una «guerra civil».
Llamados a que cesen las hostilidades: la llamada de Biden
Este sábado el presidente de EE.UU., Joe Biden, habló por separado con Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel; y con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
Biden le dijo a Netanyahu que Estados Unidos continúa apoyando el derecho de Israel de defenderse, según informó la Casa Blanca.
El presidente expresó su preocupación por las muertes en ambos bandos e instó a proteger a los periodistas, tras el derrumbamiento del edificio que albergaba oficinas de prensa internacional.
Netanyahu le dijo a Biden que Israel «está haciendo todo para evitar herir a civiles inocentes».
En conversación con Abbas, la primera que mantiene como presidente, Biden manifestó su compromiso a «estrechar la cooperación estadounidense-palestina». También dijo que los ataques de misiles de Hamás contra Israel tenían que parar.
Ambos líderes «expresaron su deseo compartido de que Jerusalén sea un lugar de coexistencia pacífica para personas de todas las religiones y orígenes», según señaló un comunicado de la Casa Blanca.
Su llamada se produjo después de que su enviado, Hady Amr, llegara a Tel Aviv para entablar conversaciones con palestinos, israelíes y funcionarios de la ONU con la esperanza de conseguir un alto el fuego.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también abogó esta semana por «una desescalada inmediata y un cese de hostilidades entre Gaza e Israel».
Ambos lados necesitan ser capaces de decir que han ganado
Análisis de Jeremy Bowen, editor de Medio Oriente de la BBC
El final de las guerras entre Hamás e Israel ha seguido un patrón desde que Hamás tomara el control de Gaza en 2007.
Los mediadores internacionales han discutido varias opciones de alto el fuego. Eso es lo que los estadounidenses, los egipcios, la ONU y otros están tratando de hacer ahora.
Para que eso funcione, ambos lados necesitan ser capaces de decir a su gente que han ganado.
Hamás querrá decir que es el protector real de los derechos de los palestinos, no solo en Gaza sino también en la ocupada Cisjordania, incluido Jerusalén.
Israel querrá demostrar a su población que ha provocado un daño grave en la infraestructura de Hamás. Una frase muy utilizada es la de «restaurar la disuasión»: eso significa demostrar a sus enemigos que atacar a Israel tan solo provocará mayor dolor y sufrimiento.
A ambos lados les costará encontrar palabras para las familias en duelo o los niños traumatizados.
«Tu casa se puede convertir en tu tumba»
Y es que el miedo entre los civiles en ambos bandos está causando estragos.
Najwa Sheikh-Ahmad, una madre de Gaza, señalaba el miércoles por la noche: «No te puedes dormir… En cualquier momento tu casa se puede convertir en tu tumba«.
«No puedes sentirte segura. Como madre, es aterrador, es muy agotador para mis sentimientos, mi humanidad», señaló al programa Today de la BBC.
Un edificio de apartamentos fue destruido en la ciudad israelí de Petah Tikva poco después de que los residentes se hubieran trasladado a refugios antiaéreos.
«Escuchamos una alarma y de repente hubo un estallido. Empezó a entrar humo en el refugio y mi vecino, que estaba sentado en una silla a mi lado, salió volando», explicó un residente al portal Ynet.
El inicio de la última escalada
Esta semana negra se desató el lunes tras un largo periodo de tensión entre israelíes y palestinos en Jerusalén Este.
Hamás había amenazado con atacar Israel, luego de que más de 300 palestinos resultaran heridos en enfrentamientos con la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas, donde se encuentra la de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado para los musulmanes.
A su vez, esos incidentes se produjeron tras las disputas y los choques por los planes para desalojar a algunas familias palestinas de sus casas en el barrio de Sheij Jarrah.
Un grupo de colonos judíos reclama algunas de sus tierras y propiedades en los tribunales israelíes, de ahí la amenaza de desahucio sobre las familias palestinas en Sheij Jarrah, «uno de los principales barrios palestinos de Jerusalén Este, donde los palestinos se han quejado en los últimos años del creciente número de colonos judíos que llegan», explica Mohamed Yehia, editor del servicio árabe de la BBC.
Israel considera a toda la ciudad como su capital, aunque no es reconocida como tal por la mayor parte de la comunidad internacional.
Así, en los últimos años, el gobierno israelí y los grupos de colonos han trabajado para asentar a judíos en áreas palestinas cerca de la ciudad vieja.
Por su parte, los palestinos reclaman Jerusalén Este como la futura capital de su añorado Estado independiente.