Google y Facebook han invertido miles de millones en el proyecto del cable submarino de datos Pacific Light que conecta Hong Kong, Taiwán, Filipinas y Estados Unidos.
Sin embargo, el gobierno de Donald Trump estudia vetar el tramo que va entre su territorio y Hong Kong por temor a sufrir un robo de datos por parte de China.
Y es que el Team Telecom, un comité del gobierno de los Estados Unidos, ha recomendado ahora que el país deniegue su aprobación.
La decisión es otra señal de la creciente tensión entre Estados Unidos y China, que continúan sumidos en una guerra comercial.
Así es que el Pacific Light Cable Network, diseñado para aumentar la velocidad y la capacidad de internet, sería el primer cable de este tipo rechazado por Estados Unidos por motivos de seguridad nacional.
¿En qué consiste la red de cable Pacific Light?
En todo el mundo, hay cientos de cables submarinos que proporcionan conectividad a internet.
Se estima que hay unos 300 cables en las profundidades acuáticas que nos conectan a la red atravesando océanos y mares de todo el mundo. Algunos están sumergidos a más de 8.500 metros. Unos están activos y otros bajo construcción.
Gestionar la conectividad de esos cables es una increíble hazaña de ingeniería y por eso el coste es alto.
Ruta transpacífica
Es el caso de la nueva conexión del Pacífico anunciada en 2016 como una asociación entre Google, Facebook y otras compañías.
Google dijo que el cable tendría 12.800 km de largo y sería la ruta transpacífica de mayor capacidad.
«En otras palabras, [el cable] proporcionará la capacidad suficiente para que Hong Kong tenga 80 millones de videoconferencias HD simultáneas con Los Ángeles», dijo la compañía.
El proyecto también tendría tramos para conectar Estados Unidos con Taiwán y Filipinas.
El cable ya está colocado, a un coste de «muchos millones de dólares», pero necesita aprobación para operar.
Una de las empresas que trabajan con Facebook y Google es el grupo Dr Peng, un gigante chino de banda ancha.
¿Qué opina el Team Telecom de Estados Unidos?
El comité ha recomendado la aprobación de las secciones de Taiwán y Filipinas.
Pero el miércoles recomendó que se negara autorización al tramo entre Estados Unidos y Hong Kong por motivos de seguridad nacional.
Entre otras, sus razones incluyen:
- «Los constantes esfuerzos de China para hacerse con datos personales clave de millones de estadounidenses»
- El «acceso de China a los datos de otros países a través de ambas infraestructuras digitales»
- La «relación de la compañía Dr. Peng Group con los servicios de inteligencia y seguridad chinos, y sus obligaciones bajo las leyes de inteligencia y seguridad cibernética chinas»
- Las «recientes decisiones de China de eliminar la autonomía de Hong Kong y permitir que los servicios de inteligencia y seguridad chinos operen abiertamente en Hong Kong»
La decisión final será tomada por la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos.
¿Cuál es el trasfondo de esta disputa?
Después de que el presidente Trump asumió el cargo, Estados Unidos impuso aranceles por valor de miles de millones de dólares a los productos chinos, y Pekín hizo lo mismo como represalia.
Trump había acusado durante mucho tiempo a China de comercio injusto y robo de propiedad intelectual.
Estados Unidos también ha apuntado a la empresa de tecnología china Huawei, calificándola de una amenaza a la seguridad nacional, y está adoptando una postura más agresiva sobre Hong Kong.
China está tratando de introducir una ley de seguridad en Hong Kong, una región administrativa especial del país.
El territorio, una antigua colonia británica, disfruta de libertades únicas que no se ven en China continental.
Pero Washington ve la inminente ley de seguridad que quiere aplicar Pekín como el fin del estatus especial de Hong Kong, acordado en virtud del tratado de 1997 entre China y el Reino Unido.
El presidente Trump dijo que Estados Unidos acabará con el trato preferencial que dispensa a Hong Kong.
«China ha reemplazado un país, dos sistemas por un país, un sistema», dijo Trump en mayo.
Hong Kong ya no es políticamente autónoma de China, por lo que deja de merecer un trato especial bajo la legislación estadounidense.
La decisión podría tener graves consecuencias para el comercio entre Hong Kong y EE.UU.
También para el futuro de las inversiones en la ex colonia británica, que cuenta con mayores libertades que el resto de China.