Cuatro de cada cinco padres tienen problemas para reconocer las señales de advertencia de diabetes en sus hijos.
Esa es la conclusión de un sondeo realizado por la Federación Internacional de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) en siete países del mundo que revela la extendida confusión que existe sobre esta enfermedad.
La FDI, que publica el informe con motivo del Día Mundial de la Diabetes que se celebra este miércoles 14 de noviembre, afirma que es necesario mejorar la educación y concienciación de la gente sobre este trastorno que en las últimas décadas se ha incrementado drásticamente en todo el mundo.
Porque cuanto más pronto se detecte la enfermedad, menores serán las complicaciones y los efectos a largo plazo.
El sondeo, en el que participaron más de 7.000 adultos de entre 18 y 65 años, fue llevado a cabo en China, India, Brasil, Sudáfrica, Turquía, Reino Unido y Estados Unidos.
Tal como señala la federación: «A pesar de que la mayoría de las personas encuestadas dijeron que tenían un familiar con diabetes, un alarmante número de padres tuvieron problemas al reconocer las señales de advertencia».
«Existe mucha confusión sobre los signos de advertencia de diabetes ya que sólo 17% nombraron todas las señales correctas».
Las señales de advertencia de que la diabetes puede estar presente:
sed excesiva
necesidad frecuente de orinar
falta de energía
visión borrosa
heridas que no sanan o sanan lentamente
entumecimiento de pies y/o manos
Enfermedad crónica
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 422 millones de personas viven con la enfermedad y cada año mueren 1,6 millones a causa de ella.
La diabetes es una enfermedad metabólica y crónica, caracterizada por niveles elevados de glucosa en la sangre, lo cual con el tiempo conduce a daños graves en el organismo.
La forma más común de la enfermedad es la diabetes tipo 2.
Esta ocurre principalmente en adultos, cuando el organismo se vuelve resistente a la insulina -la hormona que produce el páncreas y que ayuda a nivelar los niveles de glucosa en la sangre- o no puede producir suficiente insulina.
Otra forma de diabetes es la tipo 1, que solía llamarse diabetes juvenil porque afecta principalmente a niños y jóvenes.
En ésta el páncreas produce poca o nada de insulina.
Uno de los casos que destaca el informe de la IDF es el de Julieta Laudani, una madre argentina que descubrió que su hija Fran padecía diabetes tipo 1 cuando la niña tenía sólo 18 meses de edad.
Julieta, como muchos otros padres, no pensaba que los bebés podían tener esta enfermedad.
Uno de los indicios de la afección era que la niña podía ensuciar hasta ocho pañales en períodos cortos. Dice que descubrir que la bebé tenía diabetes fue una sacudida.
«Fran estaba consciente, no estaba deshidratada ni nada. Nosotros no teníamos ni idea de que la diabetes podía estar presente en niños pequeños», cuenta la madre.
«Sabíamos que los adultos podían enfermarse, los ancianos, por ejemplo, pero esas no eran nuestras circunstancias. No hay mucho conocimiento de esto y hay que cambiarlo».
No hay cura para la diabetes pero si no se le trata y controla puede conducir a daños graves en el organismo como fallo renal, pérdida de visión, daño neurológico, amputación de extremidades, riesgos de problemas cardiovasculares, incluidos infartos y accidentes cerebrovasculares.
«Es vital que todos aprendamos a identificar los signos de advertencia de diabetes», dice el profesor Nam H. Cho, presidente de la IDF.
«Desafortunadamente, la diabetes puede fácilmente pasar desapercibida o puede confundirse con otros trastornos y esto provoca que las personas, ya sean niños o adultos, queden vulnerables a consecuencias graves», agrega.
Control
No hay cura para la diabetes, pero es posible manejarla y vivir una vida normal llevando un control de los medicamentos y sometiéndose a análisis regulares para evitar complicaciones.
En el caso de la diabetes tipo 2 sí es posible prevenirla con cambios simples en el estilo de vida que incluyen una dieta sana, actividad física regular, mantener un peso normal y evitar el tabaco.