Dormía en el apartamento 907 del condominio Champlain Towers South, en Miami hasta que comenzó la pesadilla.
Unos violentos temblores la sacaron de la cama. Cuando abrió las puertas de su balcón en medio de la oscuridad, todo lo que pudo ver fue polvo.
Raysa Rodríguez, sobreviviente del edificio que colapsó parcialmente el jueves 24 de junio cerca de la 1:20 de la madrugada, detalló su escape en una demanda presentada esta semana contra la asociación de propietarios del condominio.
«Toqué las puertas de varios vecinos, no hubo respuesta. Corrí hacia la salida, abrí las puertas que conducen a la escalera exterior y vi la devastación», escribió Rodríguez. «Grité de horror».
Ese testimonio está contenido en la demanda de Rodríguez, uno de los cuatro recursos legales presentados por sobrevivientes de la tragedia en la corte del condado de Miami-Dade.
El documento señala que la asociación del condominio, «a través de su propia conducta temeraria y negligente, causó un catastrófico colapso mortal».
Esta es una de las cuatro demandas presentadas por vecinos contra la junta del edificio.
Los otros requerimientos judiciales fueron de Manuel Drezner, Steve Rosenthal y Harry Rosenberg.
La asociación contestó por escrito: «Si bien no podemos comentar sobre litigios pendientes, nuestro enfoque sigue siendo el cuidado de nuestros amigos y vecinos durante este momento difícil».
Previamente, la abogada que representa a la asociación, Donna DiMaggio, había declarado en la prensa local:
«La asociación ya está en proceso de contratar a un ingeniero para que también intente averiguar qué sucedió y estarán evaluando quién es responsable».
Los reclamos de los vecinos apuntan a que la junta no se hizo cargo de solucionar los «graves daños estructurales» descritos en un informe técnico realizado por la consultora Morabito Consultants en 2018.
«Espero que los responsables del derrumbe sean llevados ante la justicia»
A medida que pasan los días las preguntas sobre cómo pudo derrumbarse el edificio en apenas 12 segundos se multiplican.
El antes y el después del edificio de Surfside, en Miami
Y muchos de los familiares de los 145 desaparecidos y 18 muertos en la tragedia (de acuerdo a los datos oficiales disponibles hasta el 1 de julio) están pasando por el duelo y la rabia que provoca la falta de respuestas.
«Espero que los responsables del derrumbe sean llevados ante la justicia», le dijo a BBC Mundo Pablo Rodríguez, cuya madre y abuela continúan desaparecidas.
Han salido a la luz pública documentos, cartas, minutas de reuniones, correos electrónicos y testimonios de residentes que cuestionan tanto a la asociación del condominio, como a la autoridad encargada de las edificaciones del ayuntamiento de Surfside.
Por ejemplo, fue publicada una misiva enviada en abril pasado por la asociación del condominio a los propietarios de los apartamentos en la que se alertaba de que el «deterioro del concreto» se estaba «acelerando» y que el daño «comenzaría a multiplicarse exponencialmente».
La carta, firmada por la presidenta de la asociación de Champlain Towers South, Jean Wodnicki, tenía como objetivo explicar a los residentes por qué una renovación que en 2018 se había estimado en unos US$9 millones había aumentado a casi US$16 millones tres años después.
«El daño observable, como en el garaje, ha empeorado significativamente desde la inspección inicial», señala la misiva, y agrega que hay estructuras de concreto agrietadas.
No está claro si los elementos señalados en la carta de Wodnicki están vinculados con el derrumbe.
«Quiero respuestas»
Las demandas presentadas hasta ahora convergen en que la asociación de propietarios del edificio no actuó a tiempo para asegurar que los daños fueran reparados.
Steve Rosenthal, otro de los sobrevivientes que habitaba el apartamento 705, señala en su demanda que los residentes «fueron dejados al margen y no recibieron advertencias de una catástrofe inminente».
Muchos de los vecinos aseguran que nadie les advirtió sobre la magnitud del daño que afectaba al edificio.
Una de las propietarias que logró escapar con vida, Susana Álvarez, le dijo a la radio pública estadounidense NPR que en 2018 ella participó en una reunión entre propietarios y representantes de la alcaldía de Surfside.
«Ellos nos dijeron que el edificio no estaba mal. Eso es lo que dijeron», señaló Álvarez.
«Nadie nos dijo jamás, jamás, que el edificio estaba tan mal. Nadie, nadie», enfatizó.
«Quiero respuestas».
¿Tuvo alguna participación el municipio de Surfside?
Según el diario The Miami Herald, un mes después de publicarse el informe técnico de 2018, el funcionario de la alcaldía que estaba a cargo de los temas relacionados con edificaciones, identificado por el periódico como Rosendo Prieto, le dijo a los vecinos de Champlain Towers que el edificio estaba «en muy buen estado».
Contactado por el diario, Prieto le indicó que no recordaba lo que dijo en aquella reunión.
Hasta el derrumbe, el exfuncionario municipal trabajaba con una empresa contratista que brinda servicios inmobiliarios al ayuntamiento de Doral, a unos 32 kilómetros al oeste de Surfside.
En un un correo electrónico enviado al periódico este miércoles, el municipio de Doral señala que Prieto trabajaba hasta hace poco para la firma C.A.P. Government Inc., que brinda servicios inmobiliarios a los ayuntamientos, sin dar más detalles.
Se desconoce si renunció o fue despedido.
Crisis en la asociación de propietarios del edificio
Los miembros de la junta de propietarios han estado rotando constantemente en los últimos años.
Anette Goldstein renunció como presidenta de la asociación del condominio en 2019, aparentemente por su frustración ante lo que ella consideraba una respuesta lenta frente al informe técnico publicado el año anterior que identificaba un «daño estructural» en el edificio, según una investigación del diario The Washington Post.
Goldstein fue uno de los cinco miembros de una junta conformada por siete personas que renunciaron en esa época, según una minuta del 3 de octubre de 2019 a la que tuvo acceso el periódico.
Por razones que se desconocen, ella y algunos de los otros miembros regresaron más tarde a la asociación.
Según el periódico, Goldstein y los otros miembros de la junta que renunciaron, no respondieron a los mensajes del medio para que hicieran declaraciones.
Documentos examinados por el diario dejan constancia de un intenso debate entre los propietarios sobre los costos y el alcance de las reparaciones.
«Trabajamos durante meses para ir en una dirección y, en el último minuto, se plantean objeciones que deberían haberse discutido y resuelto desde el principio», escribió Goldstein en una carta de renuncia de septiembre de 2019.
«Este patrón se ha repetido una y otra vez, batallas de ego, socavando los roles de los miembros de la junta directiva, circulación de chismes y falsedades».
Las causas del derrumbe están siendo investigadas por las autoridades competentes, pero se da por descontado que será una investigación larga y compleja y las respuestas no van a llegar lo rápido que los sobrevivientes y los familiares de las víctimas desearían.
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