La extremadamente transmisible variante ómicron está siendo remplazada en el mundo por una subvariante, la BA.2, también conocida como «ómicron silenciosa».
Hasta mediados de marzo, la variante más común en el planeta era la BA.1, que sorprendía a los expertos por su nivel de transmisibilidad, aunque fuera menos peligrosa que otras.
Pero ya la OMS (Organización Mundial de la Salud) dijo que la subvariante BA.2. representa casi el 86% de los casos secuenciados.
Los contagios, que estaban disminuyendo rápidamente en todas partes después de máximos diarios inimaginables causados por ómicron, volvieron a subir en Europa en las últimas semanas, y según el director de la división europea de la OMS, Hans Kluge, es debido al linaje BA.2.
Este martes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos informaron que alrededor del 55% de los casos nuevos de covid en el país eran debido a la BA.2. Eso supone que es ya la variante dominante en el país.
Ante esto, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó también este martes una segunda dosis de refuerzo de la vacuna anticovid para personas de 50 años o más a partir de los cuatro meses de recibido el primer refuerzo.
En Asia también ha habido un repunte en los casos detectados a diario a partir de mediados de febrero.
Subvariante «silenciosa»
Muchas veces se denomina la BA.2 como una subvariante «silenciosa», porque no tiene el marcador genético que los investigadores habían estado usando para determinar rápidamente si era muy probable que una infección fuera por la ómicron «regular» (BA.1), en lugar de la variante delta.
Al igual que con otras variantes, una infección por BA.2 puede detectarse mediante una prueba de flujo lateral o una PCR, pero estos tests no pueden distinguir BA.2 de delta. Hace falta hacer otras pruebas para estar seguros.
La BA.2 es más transmisible que la ómicron normal aunque, afortunadamente, no es más grave.
Pero ¿qué tan preocupados deberíamos estar por esta variante?
A continuación te contamos qué se sabe al respecto.
¿Qué es la BA.2?
A medida que los virus mutan en nuevas variantes, a veces se dividen o se ramifican en sublinajes. La variante delta, por ejemplo, consta de 200 subvariantes diferentes.
Lo mismo sucedió con ómicron, que incluye los linajes BA.1, BA.2, BA.3 y B.1.1.529.
No está claro dónde se originó, pero se detectó por primera vez en noviembre entre las secuencias cargadas en la base de datos desde Filipinas.
Ha sido designada como una «variante bajo investigación» por las autoridades sanitarias británicas, lo que significa que la vigilan de cerca pero no les preocupa demasiado.
Aunque las vacunas son menos efectivas contra ella y la protección disminuye con el tiempo, una dosis de refuerzo aumenta la protección y previene hospitalizaciones y muertes, según datos de la Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido.
¿Es la BA.2 más contagiosa?
Un estudio de 8.500 hogares y 18.000 personas realizado por el SSI de Dinamarca, que aún no fue revisado por pares, encontró que la subvariante BA.2 era «sustancialmente» más transmisible que BA.1.
La BA.2 resultó más eficiente a la hora de infectar a las personas vacunadas y con una tercera dosis de refuerzo que las variantes anteriores, según el estudio, aunque las personas vacunadas tenían menos probabilidades de transmitir el virus.
Mientras que un estudio en Reino Unido también halló que la BA.2 era más contagiosa en comparación con la BA.1.
¿Es la subvariante BA.2 más peligrosa?
No hay datos que sugieran que la BA.2 cause una enfermedad más grave que las subvariantes anteriores de ómicron.
Expertos aseguran que esta subvariante está infectando ahora más por el relajamiento de las medidas de contención en muchos países.
Al igual que con las variantes anteriores, los expertos sostienen que las vacunas seguirán siendo muy eficaces para evitar la enfermedad grave, las hospitalizaciones y la muerte.
Sin embargo, esta subvariante es un recordatorio de que el virus sigue causando daño a las personas no vacunadas, a aquellas que no han recibido dosis de refuerzo o a los más vulnerables.
«[El coronavirus] aún es un gran problema de salud pública y lo va a continuar siendo», dijo Mark Woolhouse, epidemiólogo de la Universidad de Edimburgo (Escocia), según la agencia Reuters.