El costo humano del brote de coronavirus sigue aumentando en China y más allá de sus fronteras. También el costo económico, aunque en su mayor parte no se deba tanto al virus en sí como a los esfuerzos para evitar que se propague.
Las restricciones al movimiento de personas son muy estrictas en Wuhan, la ciudad de 11 millones de habitantes donde comenzó el brote.
El bloqueo, extendido a otras partes de la provincia de Hubei, interrumpió tanto los viajes de negocios como el movimiento de mercancías y trabajadores.
El miedo al virus también significa que muchas personas evitarán actividades que creen pueden exponerlas al riesgo de infección. Por tanto, restaurantes, cines, proveedores de transporte, hoteles y tiendas están sintiendo rápidamente el impacto.
Y el momento de la crisis de salud, durante el receso del Año Nuevo Lunar, significa que esas industrias han estado particularmente expuestas a pérdidas comerciales.
Las autoridades nacionales chinas prorrogaron el feriado de Año Nuevo durante unos días. Algunas autoridades provinciales impusieron extensiones más largas, lo que retrasó aún más el regreso al trabajo de algunas empresas.
Es probable que cualquier retraso en la reanudación de la producción y la venta de bienes genere problemas de flujo de dinero, especialmente para operaciones más pequeñas.
Muchas compañías tendrán que seguir pagando facturas, incluido el pago de los salarios a los empleados.
Y para los fabricantes que venden productos en el extranjero puede haber algunos problemas con los clientes cada vez más reacios a comprar en China.
Herbert Wun, propietario de Wing Sang Electrical, una empresa que fabrica productos como planchas para el cabello y secadores de pelo en la provincia de Guangdong, le dijo a la BBC que muchas compañías no tendrían mucha holgura para resistir este tipo de impacto, que se suma a la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
Y la epidemia «aumentará la presión sobre las empresas que intentan trasladar a otra parte su cadena de suministro ubicada en China».
Impacto global
Pero el impacto económico no se limita a China.
Los minoristas internacionales han cerrado temporalmente operaciones en China: el vendedor de muebles Ikea y la cadena de cafeterías Starbucks, por ejemplo.
Varias aerolíneas extranjeras suspendieron los vuelos a China y las cadenas internacionales de hoteles han estado ofreciendo reembolsos.
Y más allá de eso existe una creciente preocupación por las cadenas de suministro internacionales integradas.
China tiene un papel mucho más importante ahora en estas redes de producción que en el momento del último gran problema de salud que surgió del país: el virus del síndrome respiratorio agudo severo, SARS, por sus siglas en inglés, hace 17 años.
Hyundai, de Corea del Sur, suspendió su producción de automóviles debido a problemas con el suministro de piezas de su operación en China, una señal de advertencia temprana de una posible interrupción extensa en el futuro.
China es un proveedor importante para la industria automotriz mundial y el sector de la electrónica.
Muchos teléfonos celulares y computadoras se fabrican en China o al menos tienen componentes fabricados en el país asiático.
Los mercados financieros también han sentido el efecto de la crisis de salud.
Por ejemplo, los mercados bursátiles de todo el mundo han caído por debajo de los niveles de hace dos semanas. Y el mercado de China cayó 8% en el primer día comercial después de las vacaciones.
También se ha registrado un impacto particularmente marcado en los precios de las materias primas industriales, ya que China es un comprador muy importante.
El precio del petróleo alcanzó su nivel más bajo en más de un año.
Se ha reducido aproximadamente en 15% en las últimas 2 semanas, lo que refleja la disminución de la demanda de China. Y un grupo de países exportadores de petróleo está considerando recortes de producción en un esfuerzo por revertir la caída de los precios.
El precio del cobre también bajó: aproximadamente 13% en las últimas 2 semanas.
Este es un material importante para la industria de la construcción, que seguramente también se verá afectada en China.
Muchos de los países que exportan estos productos a China son economías emergentes y en desarrollo.
Es aún pronto para intentar cuantificar los probables efectos económicos para estas naciones. Dependerá mucho del éxito que tengan las autoridades chinas para contener el virus.
Con todo, algunos analistas han tratado de hacer proyecciones tentativas, pero algunos pronosticadores han hecho esfuerzos bastante tentativos para poner algunos números en el impacto.
Un ejemplo es la consultora Oxford Economics, que predice que la economía china crecerá menos de 4% en el primer trimestre de 2020 respecto al mismo período del año anterior. Para todo el año, el pronóstico es un crecimiento promedio de 5,6%.
En las dos instancias, el pronóstico anterior al virus era de 6%.
También espera que la economía mundial crezca un poco menos, con una reducción de 0,2 puntos porcentuales producto del coronavirus.
Pero Oxford Economics dice que todo esto se basa en la suposición de que se evitará el «peor de los escenarios».
Por tanto, existe el riesgo de que el daño económico resulte más severo.
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