La justicia italiana condenó este viernes de manera definitiva a 16 años de cárcel por homicidio a Francesco Schettino, el capitán del crucero Costa Concordia, cuyo naufragio dejó 32 muertos.
El Tribunal Supremo de Italiano redujo así en un mes la pena que había recibido Schettino en febrero de 2015 por la corte de Grosseto y luego por el Tribunal de Apelación de Florencia en 2016.
En el accidente, ocurrido en 2012, el buque chocó contra unas rocas frente a la isla italiana de Giglio en un incidente que dejó 32 fallecidos, entre ellos pasajeros y miembros de la tripulación.
La condena es por naufragio culposo, homicidio culposo, abandono de la nave y por no haber informado inmediatamente a las autoridades portuarias de la colisión que provocó el accidente.
El incidente se produjo en la noche del 13 de enero de 2012, frente a la costa de la isla toscana de Giglio.
«Las verdades sumergidas»
El buque, con 4.229 personas abordo, se acercó a la costa para cumplir con la tradición de «saludar».
Pero lo hizo demasiado y el barco encalló frente a unos rocosos acantilados.
El Costa Concordia ladeó y comenzó la evacuación. Según numerosos testigos, el capitán saltó a una lancha y abandonó el barco mientras estaba siendo evacuado el pasaje.
Además de las 32 personas que perdieron la vida, 64 resultaron heridas.
El barco permaneció varado durante dos años y solo pudo ser sacado a flote con una compleja operación en febrero de 2014.
Estos últimos 5 años, Schettino, en libertad condicional, tuvo tiempo de escribir «Las verdades sumergidas», libro en el que da su versión de los hechos.