A menos de dos semanas de la segunda vuelta en las elecciones en Perú, un hecho trágico remeció a la opinión pública de ese país.
El Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas reportó este lunes la matanza de 16 personas, incluidos dos niños, en una localidad del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), región del centro del país que se estima cultiva más de la mitad de la coca de Perú.
El ataque ocurrió la noche del domingo cuando las víctimas estaban en un bar.
Las autoridades lo atribuyeron a remanentes de Sendero Luminoso, el grupo maoísta que desató una lucha armada contra el Estado peruano entre 1980 y 1992, y que pudo haber dejado alrededor de 69.000 muertos.
Tras conocerse la noticia surgieron voces críticas que pedían solidaridad con las familias de los fallecidos y que el atentado no se usara políticamente para el balotaje, previsto para el domingo 6 de junio.
En esta segunda ronda competirán la derechista Keiko Fujimori y el izquierdista Pedro Castillo, que hasta la semana pasada iba con ventaja en las encuestas.
Los detractores de este último han intentado vincularlo a él y a miembros de su partido, Perú Libre, con Sendero Luminoso y con el Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales (Movadef), que entre otras cosas, pide la libertad de los senderistas presos.
Mientras que su contrincante es hija del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), preso por violaciones a los derechos humanos, pero a quienes sus seguidores le atribuyen el fin del conflicto con Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Según informaron las autoridades, en el lugar del ataque de este domingo encontraron panfletos que instaban a los peruanos a abstenerse de participar en la segunda ronda de las elecciones y calificaban de «traidor» a quien votara por Fujimori.
¿Cómo puede este crimen afectar la polarizada campaña en Perú?
Acusaciones
De acuerdo con el texto de los panfletos que publicaron medios locales, el objetivo de los atacantes era «limpiar al Vraem y al Perú de antros de mal vivir, de parásitos y corruptos», y convocar a un boicot en contra de las elecciones presidenciales.
«¡Pueblo peruano: Boicot a las elecciones burguesas, porque no es tu camino: No ir a votar. Votar en blanco. Votar en nulo o viciado!», rezan los panfletos.
«¡Quien vota a favor de Keiko Fujimori es traidor, es asesino del VRAEM, es asesino del Perú!», señala el texto.
Las referencias a la campaña electoral propiciaron ataques entre los dos bandos que se disputan la presidencia sobre sus posturas ante la matanza de personas.
«¿Es la izquierda que necesita de SL para ganar las elecciones o es la derecha que la necesita? Al final los contrarios se necesitan […]», tuiteó Vladimir Cerrón, fundador de Perú Libre, el partido de Castillo. Agregó que su agrupación «condena todo acto de terrorismo».
Mientras tanto, Fernando Rospigliosi, miembro del equipo técnico de Fujimori, tuiteó que «los aliados y defensores de Castillo culpan [del ataque] al narcotráfico o a cualquiera para ocultar la verdad. ¿Por qué será? ¿Por qué defienden a Sendero Luminoso?».
A quién beneficia o perjudica
Para Orazio Potestà, experto peruano en temas de narcoterrorismo, este ataque «perturba la campaña por completo».
En la zona donde ocurrió el ataque, Potestà cree que «habrá un amedrentamiento de la población» y que «probablemente haya ausentismo» el día de la votación.
En el resto del país o en Lima, el analista opina que el atentado tendrá efecto a nivel de los debates políticos.
«En el ámbito del debate, alguno de los dos candidatos debe apropiarse del tema antiterrorista. Podría haber un favorecimiento hacia el candidato que ofrezca soluciones concretas y probadas contra el terrorismo», dice Potestà a BBC Mundo.
«En este punto tiene ventaja Keiko Fujimori porque ella se ha apropiado del discurso antiterrorista y tiene una propuesta que ha sido puesta a prueba en los 90 [en el gobierno de su padre] y ha mostrado cierta eficacia. Castillo no», agrega.
El analista cree «que Castillo tendría que viajar a la zona y mostrar algún tipo de empatía o hacer algún tipo de declaración fuerte para evitar un cargamontón, porque ahorita su candidatura está acusada de ser cercana al terrorismo, al comunismo y la candidatura de Fujimori más bien está del lado de la solución».
En un mensaje publicado en su cuenta de Twitter, Castillo expresó su rechazo al ataque y su solidaridad con las familias de las víctimas.
«Condeno enérgicamente este atentado terrorista e insto a la justicia a que aplique todo el peso de la ley», dijo.
Por su parte, su rival, Fujimori, dijo a medios locales que «lo que busca el terrorismo es detener este proceso electoral. No lo permitamos».
Ataques anteriores
Esta no es la primera vez que ocurre un ataque atribuido a Sendero Luminoso cerca a unas elecciones presidenciales en Perú.
En 2016, a horas de celebrarse la primera vuelta de las elecciones en Perú, un atentado dejó como saldo 10 personas muertas en Santo Domingo de Acobamba, en el Vraem.
El 4 de junio de 2011, un día antes de la segunda vuelta electoral, que enfrentaba al expresidente nacionalista Ollanta Humala con Keiko Fujimori, una emboscada atribuida a Sendero Luminoso dejó cinco militares muertos en la zona selvática de Cusco.
Ante la recurrencia de estos ataques, Potestà reconoce que algunas personas podrían «abrirle una ventana a la sospecha» a este último atentado y preguntarse «de dónde sale, quién lo hizo, qué intereses hay», o «si se trata de un tema orquestado, buscando favorecer a algún candidato».
«Se presta a la sospecha. Eso también puede pasar, pero en menor proporción», dice Potestà.
El experto añade que el ataque no sigue la «línea» actual de Abimael Guzmán, fundador de Sendero Luminoso, que renunció a la «lucha armada» después de ser capturado en 1992.
Desde entonces, la mayoría de líderes de Sendero están presos, como su líder. Los grupos armados que quedan en el Vraem aseguran ser parte de la organización, pese a que Guzmán ya no los reconoce como miembros.