Las fiestas de fin de año están muchas veces vinculadas a comer hasta más no poder y a un consumo excesivo de bebidas azucaradas y sobre todo alcohólicas.
Se trata de tres prácticas que ponen a prueba el buen funcionamiento del órgano más grande dentro del cuerpo humano y uno de los más importantes: el hígado.
Esta glándula realiza tareas vitales en nuestro organismo tales como descomponer carbohidratos y desintoxicarlo; todo lo que consumimos, incluso las medicinas, pasan por el hígado.
También es responsable de crear bilis, un líquido que almacena y procesa nutrientes que luego distribuye al resto de nuestro cuerpo.
«El hígado es un órgano de desintoxicación, por eso el alcohol es realmente lo que más le causa daño», asegura Florence Foucaut, dietista, nutricionista y miembro de la Asociación Francesa de Dietistas-Nutricionistas (AFDN).
«Los alimentos ricos en grasas vienen en segundo lugar en cuanto a nocividad y luego las bebidas azucaradas», prosigue.
Evitar las grasas y consumir alimentos colagogos
Debido a la gran importancia de esta glándula para el buen funcionamiento de nuestro organismo, es necesario tratarlo bien para mantenerte sano.
Si bien lo más recomendable es beber con moderación, existen maneras de prepararlo para los excesos.
Foucaut afirma que el primer paso es evitar las bebidas alcohólicas la semana que precede la parranda de fin de año. «El hígado es el único órgano capaz de eliminar el alcohol; si ya se encuentra agotado, le será más difícil reaccionar y realizar sus funciones correctamente».
De igual forma, es recomendable evitar los alimentos ricos en grasas y las frituras y utilizar técnicas de cocción al vapor.
Foucaut también sugiere comer «muchos legumbres y frutas».
«Lo mejor son los alimentos colagogos y coleréticos, como por ejemplo el puerro y el apio, que estimulan la vesícula biliar».
Infusiones y plantas hepatoprotectoras
En materia de plantas, la nutricionista recomienda el consumo de rábano negro y de infusiones de boldo, un árbol endémico de Sudamérica conocido por sus propiedades medicinales.
«Otro que también recomiendo es el desmodium, se trata de una reconocida planta hepatoprotectora que se puede consumir antes o después de la cena o la bebida en exceso».
Contrariamente a lo que se suele pensar, ayunar para desintoxicar el cuerpo puede ser una muy mala idea. «No se debe hacer ni antes ni después», indica Fouquet.
«Aunque puede ser bueno limitar el consumo de ciertos alimentos, dejar de comer es inútil y nocivo. El exceso de lípidos luego de la ruptura del ayuno será un golpe fuerte para el hígado y le hará daño».
Por otro lado, la doctora considera importante que escuches a tu organismo.
«Incluso cuando ha recibido una gran cantidad de alimentos al mismo tiempo, el cuerpo es capaz de autoregularse. Tal vez no tengamos hambre el día siguiente y, si ese es el caso, no deberíamos obligarnos a comer comidas pesadas, sino caldos o sopas».
Mantenerse hidratado y activo físicamente
Según la nutricionista, el consumo de agua juega un papel fundamental en este proceso.
«Como el alcohol deshidrata, es sumamente importante mantenerse hidratado antes, durante y después la celebración». Lo que también ayudará a evitar la típica resaca y los dolores de cabeza del día siguiente.
Durante el tiempo de preparación para las fiestas, la experta recomienda mantenerse activo físicamente y para aquellas personas que no acostumbran realizar ningún deporte es sugerible al menos tratar de hacer «10 mil pasos por día, como lo recomiendan la mayoría de las aplicaciones y expertos».
La actividad física aumenta la oxidación de ácidos grasos, reduce la grasa intrahepática y previene el daño hepatocelular a través de una reducción de la liberación de patrones moleculares asociados al deterioro.
Después de las fiestas de fin de año, lo ideal, según la dietista, sería continuar con un buen programa de ejercicios, una dieta saludable y tal vez sumarse al reto del «enero seco», todo un mes sin una gota de alcohol: tu cuerpo, y sobre todo, tu hígado te lo agradecerán.