La región de Medio Oriente está de nuevo al borde de un ataque de guerra abierta y devastadora entre dos protagonistas enfrentados durante la mayor parte de los últimos 45 años. Estamos en uno de los momentos más peligrosos para toda la región.
Irán, que se convirtió en una República Islámica tras la caída del Sha en 1979, juró hace tiempo destruir el Estado de Israel, al que llama el «régimen sionista».
Israel acusa a la Guardia Revolucionaria iraní de propagar la violencia por toda la región a través de sus aliados, una visión que comparten los gobiernos de varios países árabes.
E Israel se dispone a tomar represalias contra Irán por el ataque con misiles del martes.
Irán dijo que la acción se tomó en respuesta a dos asesinatos cometidos por Israel, el del líder de la milicia libanesa Hezbolá, Hassan Nasrallah, en Beirut el pasado viernes, y el del de la palestina Hamás, Ismail Haniya, en Teherán en el mes de julio.
¿Qué pasará ahora?
Tanto Israel como su estrecho aliado Estados Unidos han prometido castigar a Irán por el lanzamiento de 180 misiles sobre terriotiro israelí.
Según el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, «Irán pagará un alto precio».
Las peticiones de contención a Israel que lanzaron sus aliados la última vez que la tensión entre ambas potencias escaló, el pasado abril, no se han producido esta vez.
Y, dada la determinación de Israel de enfrentarse a todos sus enemigos a la vez, en Líbano, Gaza, Yemen y Siria, el gobierno de Netanyahu no parece por la labor.
Probablemente, los estrategas militares israelíes ya están debatiendo si y cómo devolverle el golpe a Irán.
Dónde podría hacer un ataque Israel
Con la ayuda de los satélites estadounidenses y el servicio de inteligencia exterior israelí, el Mossad, los agentes israelíes en el terreno en Irán tienen un amplio abanico de potenciales objetivos para elegir. Pueden dividirse en tres categorías:
- Militares – Un primer blanco obvio serían las bases desde las que Irán lanzó sus misiles balísticos contra Israel, sus plataformas de lanzamiento, centros de mando y control, depósitos de combustible y silos de almacenaje. Los israelíes podrían ir más lejos y atacar bases de la Guardia Revolucionaria, así como defensas antiaéreas y otras baterías de misiles. Podrían incluso intentar matar a personas directamente implicadas en el ataque del martes.
- Económicos – Esto incluiría los activos más vulnerables del estado iraní, como sus plantas petroquímicas, sus generadores y quizá también su iinfraestructura de transporte marítimo. Esta opción sería extraordinariamente impopular en Irán, ya que acabaría perjudicando a la gente corriente mucho más que un ataque dirigido a objetivos militares.
- Nucleares – Esta sería la gran apuesta para Israel. Es un hecho conocido, confirmado por la Agencia Internacional de Energía Atómica que Irán está enriqueciendo uranio mucho más allá del 20% que se requiere para un uso civil de la energía nuclear. El israelí, como otros gobiernos, sospechan que Teherán intenta alcanzar el «punto crítico» a partir del que estaría muy cerca de poder fabricar una bomba nuclear. Posibles objetivos para un ataque de este tipo serían Parchin, centro del programa nuclear militar iraní, los reactores experimentales de Teherán, Bonab y Ramsar, y grandes instalaciones como Bushehr, Natanz, Isfahán y Ferdows.
Cómo podría contragolpear Irán
Gran parte de los cálculos israelíes girarán en torno a adivinar cuál podría ser la respuesta iraní y tratar de mitigarla.
La postura iraní es que con los misiles lanzados el martes se han ajustado las cuentas con Israel, pero ha advertido que si esta toma represalias también Irán lo hará a su vez.
El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, dijo tras el bombardeo del martes: «Esto es solo un atisbo de nuestra capacidad».
La Guardia Revolucionaria subrayó el mensaje: «Si el régimen sionista responde a las operaciones de Irán, se enfrentará a ataques demoledores».
Irán no puede derrotar militarmente a Israel. Su fuerza aérea está obsoleta y decrépita, y sus defensas antiaéreas tienen grietas y se han visto afectadas por años de sanciones occidentales.
Pero aun así cuenta con una enorme cantidad de misiles balísticos y drones cargados de explosivos, así como muchas milicias aliadas en todo Medio Oriente.
Su próxima andanada de misiles bien podría tener como objetivo áreas residenciales de Israel en vez de bases militares.
El ataque de un grupo armado apoyado por Irán en instalaciones petroleras de Arabia Saudita en 2019 mostró cuán vulnerables son sus vecinos a los ataques iraníes.
Las fuerzas navales de la Guardia Revolucionaria, que operan en el Golfo Pérsico, cuentan con pequeñas flotillas de ataque que podrían llegar a superar las defensas de un buque de la V flota de Estados Unidos si se lanzaran como un enjambre.
Si recibe las órdenes, podrían sembrar de minas el estrecho de Ormuz, interrumpiendo el flujo de hasta un 20% de las exportaciones mundiales de petróleo, lo que tendría un gran impacto en la economía global.
Y luego están todas las bases que Estados Unidos tiene repartidas por todo el lado árabe del Golfo, desde Kuwait hasta Omán.
Irán ha advertido que si es atacado no solo se volverá contra Israel, sino que apuntará a cualquier país que considere que ha apoyado ese ataque.
Estos son solo algunos de los escenarios que los responsables de defensa en Tel Aviv y Washington deben estar ahora contemplando.