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Cómo es Puolanka, la ciudad más pesimista de Finlandia

por BBC News Mundo BBC News Mundo

Cuando te vas acercando a Puolanka, un pequeño pueblo en el centro de Finlandia, una valla amarilla aparece en el camino con una advertencia: «Estás entrando en Puolanka, todavía estás a tiempo para dar la vuelta».

Se trata de un pueblo que ha convertido el pesimismo en una marca: organizando un festival del pesimismo, presentaciones musicales y hasta una tienda on line, todo con humorísticas referencias al pesimismo.

Es el trabajo de la Asociación Pesimista de Puolanka, dirigido por Tommi Rajala.

«Hay gente que tiene la fantasía de derribar las vallas [que advierten sobre el pesimismo]», cuenta el activista. Pero los videos publicados en redes sociales sobre la «gloria pesimista» de Puolanka tienen miles de visualizaciones y han convertido un sentimiento habitual de los habitantes de este pueblo en una marca para atraer turismo.

El alcalde del pueblo, Harri Peltola cuenta que cuando le dice a otros finlandeses de dónde viene, todos mencionan el pesimismo. «Muchas personas, al escuchar la palabra pesimista, piensan en Puolanka», concuerda Rajala.

Pero, ¿por qué un pequeño y remoto pueblo rural finlandés ha escogido esta identidad? ¿Y qué significa ser el centro del pesimismo?

«Números desalentadores»

La sombría marca de Puolanka surgió como una reacción al cambio demográfico que afecta a ese pueblo, un decrecimiento poblacional que ha traído una cobertura de prensa negativa.

Como otras naciones desarrolladas, las tasas de natalidad de Finlandia disminuyen y la población envejece, mostrando un panorama más sombrío que el de la vecina Suecia.

El reporte más reciente de Estadísticas Finlandia predijo que la población comenzará a disminuir en el año 2031, lo cual aumenta la preocupación por el impacto en el sistema de seguridad social y salud.

Entre las localidades que más verán sus poblaciones decrecer está Puolanka, un lugar que Rajala describe como «el municipio finlandés más remoto, dentro de la provincia más remota».

El pueblo tiene aproximadamente 2.600 habitantes, 37% de ellos con más de 64 años de edad. Su población ha disminuido a la mitad desde 1980, y los grandes centros urbanos continúan atrayendo a los jóvenes que terminan abandonando los pequeños pueblos rurales.

Miembros de la Asociación Pesimista de Poulanka | Foto SAILA HUUSKO

Timo Aro, un experto finés en demografía, explica que los movimientos poblacionales crean ganadores y perdedores, y Puolanka es uno de los perdedores.

«Si miras los números en Puolanka son muy sombríos desde todos los puntos de vista, no importa cuán positivamente se interpreten», dice con redundante pesimismo.

Rajala recuerda un período a principios del siglo XXI cuando, si Puolanka salía en los medios, siempre era por historias negativas.

Afirma que el movimiento pesimista emergió como una respuesta a ser citada siempre como el peor ejemplo en cualquier información relacionada con la demografía.

«Está bien, somos los peores, pero seremos los mejores peores de Finlandia», fue lo que pensaron.

Así se popularizaron en las redes sociales y convirtieron el nombre del pueblo en una etiqueta.

«Veo que sigues vivo»

Una tarde de cualquier día entre semana, el centro de Puolanka está callado y tranquilo. Un autobús viene seis veces a la semana desde Oulu, una pequeña ciudad a 130 km de distancia.

En Puolanka se pueden encontrar un par de mercados, una farmacia, una gasolinera donde los habitantes del lugar se reúnen a conversar y a tomar café, y solo hay un restaurante que sirva almuerzo. La mayoría de los residentes trabaja en el sector servicios o en la agricultura.

Jaakko Paavola, de 63 años de edad, administra una librería ubicada al lado del ayuntamiento y recuerda cuando la idea de aceptarse como pesimistas se estableció a mediados de 2000.

Comenzaron a celebrar una «noche pesimista» para animar una serie de aburridos eventos veraniegos. En vez de cobrar la entrada, cobraron la salida.

«La gente vino no solamente a ver el programa, sino para socializar», recuerda Paavola. «Para mantenerse en el espíritu pesimista, le decían a sus vecinos: «Veo que sigues vivo».

Tommi Rajala es el director ejecutivo de los Pesimistas de Puolanka, una organización sin fines de lucro dirigida principalmente por voluntarios | Foto SAILA HUUSKO

Riitta Nykänen, de 60 años de edad, también participó desde el principio en esta redefinición negativa del pueblo: «Un hombre dijo que nada funcionaba aquí, ni el pesimismo».

Sin embargo, lo que comenzó como una idea entre amigos, creció hasta convertirse en un grupo pesimista que organiza eventos locales y festivales por toda Finlandia.

En estos años, Nykänen, que trabaja como enfermera en el centro local de atención a ancianos, ha interpretado roles protagónicos en musicales y videos on line, y es miembro de una banda llamada «Grupo del Trauma», que actúa cada vez que le aparece un cliente.

El desafío de Tinder en Poulanka

Luego de casi una década de trabajo, el grupo original de pesimistas se desintegró en 2016, debido a una disminución de sus miembros. Pero poco tiempo después, Rajala, que creció en Puolanka, pero que ha vivido 20 años en otras ciudades y fuera de Finlandia, fue contratado por las autoridades locales.

Su trabajo sería desarrollar servicios municipales on line, pero también mantener y desarrollar la marca del «pesimismo» para contribuir a la imagen comercial del pueblo.

En el primer video que hizo como parte de su trabajo, Rajala lleva a los usuarios en un tour sarcástico por Puolanka.

El audiovisual de humor negro obtuvo 200.000 visualizaciones en redes sociales y un segundo video tuvo medio millón de clicks. «Usualmente, la publicidad es hacer parecer las cosas mejores de lo que son», cuenta Rajala. «Lo absolutamente mejor del pesimismo es que no tienes que mentir».

Rajala ya no trabaja en el ayuntamiento, pero continúa liderando la asociación pesimista que es ya un grupo sin fines de lucro dirigido por voluntarios.

Funcionan con la ayuda de recaudados en ventas on line y algunos eventos ocasionales, además de subvenciones para los festivales de verano otorgadas por el ayuntamiento y la Unión Europea y continúan haciendo videos.

Uno de los problemas a los que se enfrenta la ciudad es el pequeño número de mujeres y ese es otro de los temas que aparecen en esas imágenes. De acuerdo con las cifras, las mujeres tienden a emigrar a otras ciudades más que los hombres, y el resultado es que el Puolanka, los hombres representan las dos terceras partes de la población de entre 20 años y 29 años de edad.

El antihéroe y «maestro de navegación» Niko, interpretado por Antti Ryynänen, protagoniza una serie de videos en los que recorre la ciudad en busca de mujeres.

En uno, se inscribe en el servicio on line para buscar pareja Tinder, y el resultado fue una sorpresa. Ante la carencia de opciones, Tinder encontró una opción acorde con los intereses de Nilo: su propia madre.

«No es un humor muy profundo», dice Rajala, «pero comenzó con el pensamiento de que la única mujer que se encuentra en Puolanka es tu propia madre».

Rajala cree que Puolanka está comenzando a vivir un nuevo capítulo pesimista. Las redes sociales amplifican la marca y la tienda on line recibe constantemente pedidos de camisetas con frases impresas como «viejo malhumorado» y «bruja difícil».

El festival musical del último verano atrajo una audiencia nacional, una convocatoria que seguramente se repetirá en la próxima etapa estival.

Habrá también un espacio dedicado al pesimismo que estará disponible para los visitantes que cruzan el pueblo.

En el futuro, a Rajala le gustaría ver a los pesimistas en las portadas de revistas, pero considera que realmente no hay una estrategia. «Nosotros solo hemos estado haciendo lo que nos resulta divertido a nosotros».

No luches contra molinos

Timo Aro cree que el ciclo de decrecimiento poblacional en localidades como Puolanka va a continuar.

«Muchos lugares, como este, esperan el gran cambio», explica. Algunos hablan de un movimiento de «desurbanización» que impulsaría a la gente a evitar las ciudades, pero eso, hasta ahora, no está sucediendo.

Sin embargo, Aro considera que este pueblo ha jugado muy bien sus cartas. «Aunque todas las cifras [demográficas] ponen a esta ciudad en el peor lugar, persiste la intención de tornar esta desgracia en un recurso compartido».

El alcalde Harri Peltola tiene más esperanzas. Él cree que el ambiente tranquilo de Puolanka y su naturaleza atraerán a algunas personas. De hecho, los bosques circundantes ofrecen una gran diversidad natural, mientras que Hepoköngäs, una de las cascadas más altas del país, está a una corta distancia.

Hay mucha nieve y aire limpio. Incluso si la gente no vive aquí de manera permanente, muchas personas tienen cabañas de verano. Durante las vacaciones estivales, la población se duplica. El desafío es dar a conocer qué tiene Poulanka de atractivo.

«Tienes que ofrecer algo que a la gente le interese, y creo que lo del pesimismo ha funcionado bien hasta ahora», dice.

Aunque Rajala cree que hay mucho por hacer con esta marca del pesimismo, eso no le impide ver que su pequeño pueblo tiene los días contados. Después de todo, un pesimista nunca se decepciona.

«Si vives aquí, y sueñas con cómo hacer Puolanka mejor, y cómo lograrás que más gente venga, estás luchando contra molinos», opina Rajala.

«Pero si aceptas los hechos como son, y usas esas realidad para cumplir tus objetivos, vivir aquí es completamente posible», dice, sonando sospechosamente optimista.