El impacto de la contaminación del aire es más serio de lo que previamente se había pensado.
Como explica David Shukman, editor de temas de ciencia de la BBC, el hecho que las partículas suspendidas en el aire y los gases tóxicos y venenosos no se vean, no quiere decir que se les pueda restar importancia.
De hecho, durante décadas las investigaciones han revelado cómo gases como el dióxido de nitrógeno y las pequeñas partículas conocidas como «material particulado» (MP) pueden alcanzar los lugares más profundos del cuerpo y causar daños permanentes.
El efecto más obvio es sobre la respiración. Quien sufre de asma, por ejemplo, es más propenso a los riesgos, pues el aire sucio puede causar problemas crónicos y desencadenar un ataque.
El gas caliente de un tubo de escape es resaltado en esta imagen térmica
«Pasé toda la noche en vela porque mi pecho estaba muy mal por el aire contaminado», le cuenta a la BBC Alfie, de 10 años. «No podía dormir y mi mamá tuvo que mantenerse despierta».
«Todo ese aire contaminado puede dañar tus pulmones, hasta puede dañar tu cerebro, puede dañar casi todo en tu cuerpo», explica el pequeño.
Alfie, un estudiante de primaria en Eltham, una localidad cerca de la congestionada autopista circunvalar de Londres, es uno de los 300 niños en la capital británica que están tomando parte en una investigación especial.
El proyecto implica que cada niño cargue una mochila de monitoreo de aire que está equipada con instrumentos que miden el dióxido de nitrógeno y las más pequeñas partículas, llamadas MP2,5.
La contaminación del aire contribuyó a casi una de cada 10 muertes registradas en 2017 a nivel mundial
Una razón del estudio es que respirar aire contaminado a temprana edad puede tener consecuencias que duran toda la vida.
«99% de los niños respira aire tóxico»: así se vive en la capital más contaminada del mundo
De hecho, según el estudio Estado Global del Aire 2019, publicado este 3 de abril por el Instituto de Efectos sobre la Salud,la esperanza de vida de los niños que nacen hoy en día se reducirá en promedio 20 meses por causa del aire contaminado.
La situación es particularmente grave en el sur de Asia, donde se estima una reducción de la esperanza de vida de 30 meses, mientras que en América Latina es nada más de nueve.
Pero según el estudio, a nivel mundial la contaminación del aire contribuyó a casi una de cada 10 muertes registradas en 2017, lo que la convierte en un asesino más grande que la malaria y los accidentes de tráfico.
Investigaciones también han demostrado que los niños que se crían cerca de calles intensamente contaminadas tienen menos capacidad pulmonar que los que viven en zonas más limpias -en promedio 5% menos, según un estudio realizado en Londres.
Es una limitación que no es reversible.
Y la contaminación de aire también puede exacerbar otras condiciones respiratorias, incluyendo el enfisema, la bronquitis crónica.
Se piensa además que el cáncer del pulmón podría estar vinculado.
Pulmones y cerebro
El doctor Ben Barret, de la Universidad King’s College London, encargado del estudio con las mochilas, dice que los niños que nacen en un entorno más contaminado enfrentan mayores desafíos en la vida.
«No es necesariamente que vayan a desarrollar una enfermedad en particular, sino que sus cuerpos tendrán menos capacidad para lidiar con esos desafíos cuando entren en la adolescencia y edad avanzada», explica.
Otra vía hacia el daño se abre cuando las partículas más pequeñas encuentran el camino hacia las partes más profundas de los pulmones, los alvéolos, donde el oxígeno se transfiere al torrente sanguíneo.
Se ha establecido que las partículas MP2,5 son lo suficientemente pequeñas para hacer parte de esta transferencia, entrando en el sistema cardiovascular y circulando por todo el cuerpo.
Los riesgo de esto incluyen el potencial de bloquear arterias, incrementando el riesgo de derrames cerebrales, además de enfermedades cardiovasculares e infartos.
Los niños que se crían cerca de las calles más contaminadas de Londres tienen menos capacidad pulmonar que los que viven en zonas más limpias
Más allá de eso, también hay evidencia que las partículas pueden llegar hasta el cerebro, así que los científicos están investigando los efectos potenciales en condiciones como la demencia.
Un importante estudio en China, el año pasado, propuso una conexión entre la contaminación de aire y una menor respuesta cognitiva.
Por otra parte, un estudio en Reino Unido, publicado la semana pasada, sugirió un vinculo con los episodios psicóticos de adolescentes.
Otros problemas
Según el profesor Jonathan Grigg, de la Universidad Queen Mary de Londres, un destacado investigador de los efectos de la contaminación de aire en niños, la evidencia de un amplio impacto en la salud está creciendo.
«Estamos absolutamente seguros de que la contaminación de aire está asociada a enfermedades respiratorias como el asma y a las enfermedades cardiovasculares que producen infartos y derrames, y en cinco años tendremos mayor certeza sobre otras condiciones como demencia y obesidad», dice.
En las zonas más contaminadas, los niños nacen más prematuramente y son más propensos a todo tipo de problemas
Una nueva área de investigación es la búsqueda de una explicación de por qué los bebés de las zonas más contaminadas tienden a nacer más prematuramente y con menor peso que los que nacen en otros lugares.
Un pequeño estudio, que todavía continúa, investiga las placentas y se han encontrado pequeñas manchas negras similares a las partículas contaminantes que se han detectado en pulmones.
Una de las científicas que participa en el estudio, Norrice Liu, también de la Universidad Queen Mary, explica que la placenta debería proveer un ambiente estéril, de manera que ver las manchas negras fue una sorpresa.
«Sabemos cómo se ven las partículas de contaminación cuando las encontramos en células en diferentes partes del cuerpo, particularmente en los pulmones. Y los pedacitos negros que vemos en la placenta son muy parecidos en forma y color a aquellos que nos hacen pensar que podrían ser partículas de contaminación», explica.
Los niños son particularmente sensibles a los problemas causados por la contaminación
Aunque su presencia no comprueba que hay un vínculo con los nacimientos prematuros ni el menor peso de los bebés, sí sugiere un mecanismo posible.
Hasta ahora, 15 madres jóvenes han aceptado donar sus placentas para el estudio y una de ellas, Rachel Buswell, reconoció a la BBC que de todas sus preocupaciones durante el embarazo, la contaminación del aire no era una de ellas.
«Asusta bastante», afirma. «Te proteges de todas las formas que puedas cuando te enteras de que estás embarazada, pero eso va a ser algo de lo que la gente no podrá protegerse fácilmente, especialmente viviendo en Londres. Da mucho miedo».
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