En un momento en que en Colombia se estaba hablando de masacres, asesinatos de líderes sociales y ausencia de vacunas contra la covid-19, el presidente, Iván Duque, dio un giro inesperado al debate con un anuncio histórico.
«Hacemos pública la decisión de nuestro país de crear un estatuto de protección temporal en Colombia que nos permita hacer un proceso de regularización de los migrantes (venezolanos)», dijo el mandatario, acompañado por el alto comisionado de las Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi.
Un tercio de los casi 6 millones de migrantes que han salido de Venezuela por la crisis que afecta a su país están en Colombia y, de ellos, casi un millón no cuentan con un estatus migratorio regularizado.
Ahora, los venezolanos sin papeles en Colombia tendrán la posibilidad de entrar en este régimen de protección por 10 años, hasta que formalicen su situación si quieren quedarse.
Aunque en Perú y Argentina se han implementado mecanismos de regularización, ningún sistema ha tenido la magnitud de este, entre otras razones porque Colombia es el país con más migrantes venezolanos.
En un país con 60 años de conflicto armado, narcotráfico y violencia criminal, la llegada de migrantes nunca fue común ni proactivamente acogida por el Estado.
Al contrario, durante los años más agudos de la guerra, millones de colombianos migraron al exterior y en especial a Venezuela, a donde llegaron al menos 1 millón de personas que fueron recibidas por las autoridades y la población local.
Ahora Duque, en nombre del Estado colombiano, decidió devolver el favor. Y, de paso, archivar, al menos por un tiempo, la discusión sobre si Colombia ha sido o no generosa con los «hermanos venezolanos».
Venezuela, un asunto local para Colombia
Venezuela ha sido un elemento central de la presidencia de Iván Duque.
Parte de su victoria se explica por la retórica de mano dura contra Nicolás Maduro y por el miedo que genera entre muchos colombianos la posible llegada al poder del llamado «castrochavismo».
Ya en la presidencia, una de las grandes apuestas de Duque fue acabar con lo que considera la «dictadura de Maduro», fuera con un cerco diplomático que reconoció a la oposición como gobierno o con el cese de cualquier relación bilateral.
Ninguna de esas estrategias sirvió. Y, mientras tanto, la migración de miles de venezolanos continuaba por las carreteras y ciudades de Colombia.
Durante la pandemia, Duque generó controversia cuando dijo que «quienes no tengan en este momento la acreditación de ser ciudadanos colombianos, y que no tengan regularizada su situación migratoria, por supuesto que no (recibirán la vacuna contra la covid-19)».
Políticos de oposición, como la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, generaron también polémica con otros comentarios «discriminatorios» al vincular la delincuencia con migrantes venezolanos.
La percepción de los colombianos sobre la migración venezolana fue cambiando: en diversas encuestas son mayoría los que rechazan medidas como esta para acoger a los migrantes del vecino país.
Pandemia, gesto a EEUU y golpe a la oposición
Si es una medida impopular, ¿por qué Duque decidió ahora regularizar a los migrantes?
Primero, hay un elemento local.
«La movida es inteligente porque al tiempo que reconoce a las víctimas de Maduro, es decir, que es consistente con su discurso, le da una muy buena razón al resto del espectro político para quedarse callados en el tema Venezuela, que es desde el día uno parte central de su agenda», dice la politóloga Mónica Pachón.
Pero, además, la medida tiene implicaciones concretas: «La migración es incontrolable y la irregularidad nos ha traído desde trabajo informal hasta criminalidad, porque si bien no hemos encontrado que los venezolanos sean fuente principal de crimen, sí pueden ser instrumentalizados por bandas al no encontrar trabajo formal ni poder acceder a servicios sociales y económicos», asegura Jorge Mantilla, politólogo experto en seguridad y frontera.
Es decir, que los venezolanos sean parte del sistema hace que este funcione mejor.
Pero, además, hay un aspecto internacional.
Duque ya había manifestado preocupación por la inmunización de la población migrante y esta medida, dijeron expertos a BBC Mundo, puede acelerar el envío de recursos de la comunidad internacional.
«También hay una especie gesto hacia el nuevo gobierno de EE.UU.», dice la politóloga Angelika Rettberg. «Porque muestra que su política hacia Venezuela no es solo garrote, sino también zanahoria humanitaria, algo que puede ser más afín al gobierno de Joe Biden».
We commend @IvanDuque's announcement of temporary protected status for the more than 1.7M Venezuelan migrants in Colombia. The U.S. stands with Colombia in support of refugees and migrants as we also work to rebuild and expand our humanitarian programs worldwide. #EstamosUnidosVE
— Secretary Antony Blinken (@SecBlinken) February 8, 2021
El gesto pronto dio frutos: el secretario de Estado, Antony Blinken, celebró la medida y dijo que «EE.UU. está del lado de Colombia en el apoyo de los migrantes».
«Duque era un presidente que tenía muy poco que perder, y lo que está haciendo va en una dirección bastante intrépida y arriesgada que no obstante lo puede convertir en una figura hasta global de la defensa a los refugiados«, opina Ronal Rodríguez, investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
El experto matiza: «El problema es que el costo político de esto puede ser muy grande en un momento en el que hay más antipatía hacia la migración, porque no hubo un proceso de asimilación de la sociedad civil que permitiese preparar a la gente a esta medida».
Duque, un presidente conservador que muchos critican por ir siempre a la segura, esta vez apostó fuerte.
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