Las redes de comunicaciones pueden detectar movimientos telúricos.
Los sofisticados sistemas para lanzar alertas tempranas de terremotos tienen una inesperada alternativa muy asequible: los cables de internet.
Investigadores en Islandia han utilizado con éxito un cable de comunicaciones de fibra óptica existente para evaluar la actividad sísmica.
Y han demostrado ser sensibles a los temblores de tierra, aunque aún no está lista para un uso generalizado.
Este método se suma a una serie de avances recientes en detección de terremotos, que incluyen aplicaciones para teléfonos inteligentes y hardware de detección más asequible.
El estudio se realizó en la región geológicamente activa de Reykjanes, Islandia (Foto: Getty Images)
Dichos cables se colocan debajo de la tierra en países de todo el mundo para proporcionar servicios de internet y televisión.
¿Cómo funciona?
La actividad de los terremotos generalmente es monitoreada por los sismógrafos: dispositivos cuidadosamente calibrados y costosos colocados en lugares sensibles.
El método probado por el equipo de investigación, dirigido por Philippe Jousset del Centro Alemán de Investigación de GFZ para Geociencias, utilizó 15 km de cable de fibra óptica que se había instalado originalmente entre dos plantas de energía geotérmica en Islandia en 1994.
Un pulso láser enviado por una sola fibra del cable fue suficiente para determinar si había alguna perturbación.
«Inicialmente no sabíamos qué podríamos registrar», le dijo Jousset a BBC News, «pero pudimos detectar terremotos desde muy lejos».
La actividad sísmica suele monitorearse con sismógrafos colocados cuidadosamente en huecos en el suelo (Foto: USGS)
Cuando el suelo, y en consecuencia el cable, se estiró o comprimió, el equipo pudo grabarlo.
Detectaron el tráfico local, la actividad sísmica e incluso peatones que pasaban. También captaron la señal de un fuerte terremoto en Indonesia.
«Es casi tan bueno como un sismógrafo», dice Jousset.
Alerta temprana de terremoto
El instrumento que debe adjuntarse a cada cable para hacer posible el monitoreo en este momento es costoso, pero los investigadores están trabajando en alternativas asequibles.
Cuando estos estén disponibles, este método promete ser una alternativa a las costosas redes sísmicas actuales.
La actividad a lo largo de la falla de San Andrés tiene el potencial de afectar a una gran población (Foto:Science Photo Library)
Elizabeth Cochran, geofísica del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), dice que la tecnología podría aplicarse potencialmente a los sistemas de alerta temprana de terremotos, una vez refinada.
Tales redes, que ya están activas en países como Japón y México, actúan para advertirle a la población local cuando comienza un terremoto.
«Para [advertencia temprana] no necesariamente necesitamos información muy precisa… sólo hay que saber que están ocurriendo movimientos de tierra fuertes en un área».
«Hay miles de kilómetros de cables que ya cruzan las ciudades. Por lo tanto, si podemos acceder a estos cables y descubrir cómo interpretar los datos con precisión, entonces hay un potencial muy interesante para las redes de sensores muy densas dondequiera que haya cables», le dijo a BBC News.
Un sistema de advertencia para la costa oeste de EE.UU. será lanzada más adelante en 2018 (Foto: Getty Images)
En el momento se siguen instalando sismógrafos para ShakeAlert, un sistema de alerta temprana para la costa oeste de EE.UU.
¿Cuál es el inconveniente?
Además de perfeccionar la técnica, habrá desafíos adicionales.
«Mucho dependerá de la disposición de las compañías de comunicacionespara sumarse al concepto y ofrecer el uso de sus cables a un costo mínimo o sin costo alguno», explica Cochran.
Señala que «la mayoría de las compañías en Estados Unidos han prestado acceso a los cables durante un tiempo limitado, pero han indicado que cobrarían por un acceso a más largo plazo».
Sin embargo, el equipo de Jousset ha encontrado empresas en Europa bastante abiertas a la idea.
Están listos para realizar más estudios en el futuro cercano y existen razones para ser optimista sobre el potencial de la tecnología para monitorear la actividad volcánica y sísmica.
«En la actualidad, hay más y más posibilidades, por lo que los precios están bajando. Podría estar operativo dentro de unos años. No en todas partes, sino en algunos lados».