¿Qué tienen en común la aguja de 123 metros de la catedral inglesa de Salisbury, tres miembros de la inteligencia rusa, un ataque químico y un sitio web?
Alexander Petrov y Ruslan Boshirov son los dos funcionarios rusos a quienes Reino Unido responsabiliza por el intento de asesinato de Sergei Skripal, un exespía de Rusia que le pasaba información al gobierno británico.
En marzo de este año, Skripal casi perdió la vida tras entrar en contacto con el agente nervioso Novichok en la ciudad en la que vivía, Salisbury.
Cuando imágenes de cámaras de seguridad revelaron que los dos sospechosos habían estado en la ciudad poco antes del ataque, dijeron que solo eran turistasy que viajaron a Salisbury para conocer la catedral.
Pero un sitio web de investigación llamado Bellingcat, reveló una versión de los hechos totalmente distinta.
Boshirov era el coronel Anatoliy Chepiga, a quien el gobierno ruso le había entregado un importante reconocimiento. Y Petrov era Alexander Yevgeniyevich Mishkin, un médico militar. Ambos eran miembros del Departamento Central de Inteligencia de Rusia.
¿Cómo descubrieron el secreto?
El gato y los ratones
La esencia de Bellingcat es el uso de fuentes que se conocen como de «código abierto», es decir, información que se encuentra en Facebook, Twitter y Google Earth, entre otras plataformas.
Los miembros de su equipo de investigación analizan meticulosamente miles de videos, publicaciones e imágenes tratando de juntar las piezas del rompecabezas para develar secretos e historias cuyos protagonistas pretenden esconder.
El nombre de la página (en inglés) proviene de la fábula del gato y los ratones, atribuida al griego Esopo, quien vivió en el siglo V a.C.
«Se trata de un grupo de ratones que estaban muy asustados de los gatos grandes y peligrosos. Dijeron: ‘¿Qué vamos a hacer?’ Y se les ocurrió que una buena idea sería ponerle un cascabel al gato, pero no tenían un plan para hacerlo», explicó el fundador de Bellingcat, Eliot Higgins, en una charla TED en noviembre de 2016.
«Lo que nosotros hacemos es enseñarle a la gente cómo ponerle el cascabel al gato», agregó.
Luke Harding, periodista del rotativo británico The Guardian, señala que el trabajo de Bellingcat es la manera de hacer periodismo en el siglo XXI.
«Utilizan geolocalización, analizan la topografía, mapas, particularidades del lugar, torres de agua, casas, y de esta manera pueden establecer la fecha y el lugar en el que ocurrieron eventos específicos».
«Son tan eficientes como un organismo de inteligencia occidental. Ciertamente son más rápidos», añade.
Trayectoria
Estas técnicas han permitido al equipo de Bellingcat revelar información que ha puesto en evidencia complejos sucesos ocurridos en distintas partes del mundo, además del caso de los funcionarios de inteligencia rusos.
En 2017, la geolocalización les permitió identificar varios de los lugares en los que se llevaron a cabo ejecuciones masivas en Bengasi, una ciudad en el noreste de Libia, coordinadas por un comandante de las Fuerzas Especiales Libias, Mahmoud Mustafa Busayf Al-Werfalli.
En abril de 2018, también identificaron varios elementos del ataque con armas químicas que se reportó en Guta, un área en las cercanías de la capital siria, Damasco.
Con las fuentes proporcionada por el «código abierto», determinaron que al menos 34 personas murieron y que media hora antes de que ocurriera el ataque dos helicópteros del gobierno sirio salieron de la Base Aérea Dumayr.
En julio de 2014, un avión de Malaysia Airlines se desplomó en el este de Ucrania cuando cubría la ruta Ámsterdam – Kuala Lumpur.
A través del análisis de fotos y videos compartidos en internet, Bellingcat logró confirmar la ubicación del lanzamisiles Buk que derribó el avión y determinó que salió de Donetsk, una ciudad ucraniana bajo el control de separatistas que se identifican con Rusia. También analizaron audios que establecían una conexión con Moscú.
«Deberíamos felicitar a Bellingcat, es una increíble agencia de detectives moderna. Y Eliot Higgins es un Sherlock Holmes de carne y hueso«, afirma el parlamentario británico Bob Seeley.
Los primeros pasos
Todo comenzó cuando Higgins se convirtió en padre y perdió su trabajo. Se quedó a cargo del cuidado de su hija y se convirtió en un bloguero muy activo conocido como Brown Moses.
Participaba en foros periodísticos en internet cuestionándolo casi todo, desde teléfonos intervenidos hasta la política de Medio Oriente.
Peter Jukes, quien trabajó con Higgins, cuenta que la motivación inicial de su colega estaba relacionada con que él sentía que había poca información sobre ciertos temas.
«Descubrió una nueva fuente, YouTube, y se dio cuenta de que videos caseros filmados por las partes involucradas que mostraban misiles y bombas de barril, podían ayudar a identificar cuándo y dónde habían ocurrido ciertos eventos», relata Dukes.
Un día, decidió dedicarse a su blog a tiempo completo y empezó a publicar trabajos que tuvieron impacto mediático.
Fue así como en 2014, gracias a una campaña de crowdfunding (financiamiento por parte de voluntarios), Higgins lanzó Bellingcat.
El otro lado
Para algunos, sin embargo, el sitio web levanta sospechas.
Mary Dejevsky, articulista del periódico británico Independent, considera que hay preguntas que Higgins y Bellingcat tienen que responder.
«Existe la percepción de que se trata de una gran organización amateur que funciona desde el cuarto de alguien, pero la verdad es que tiene una cantidad razonable de financiamiento y pareciera tener conexiones trasatlánticas», asegura.
«No digo que sea la fachada de algo, pero la información que ha hecho pública es conveniente para las autoridades británicas, lo que presenta la posibilidad de que puedan ser manipulados».
Pero el hermano de Higgins, Ross, quien trabaja con Eliot investigando temas económicos, está en desacuerdo con esa teoría.
«No he recibido dinero de la OTAN ni de MI5 (el servicio de inteligencia británico), tampoco sus instrucciones. Se quiere hacer creer que estamos controlados por el MI5 y la CIA y que Eliot es un tonto útil», indica.
Pero ¿cómo se financian?
En un tuit, Higgins explicó que el dinero llega de varias fuentes. El congreso de EE.UU. y el millonario George Soros son algunas de ellas. Dice que alrededor del 50% proviene de talleres organizados para periodistas, abogados y distintas ONG.
«Hay mucha oposición en su contra (de Eliot), en internet y a veces en persona. Muchos quieren silenciarlo porque no les gusta lo que dice. Intentarán cualquier cosa para detenerlo. Pero eso nunca va a pasar», concluye su hermano Ross.