El magnate chino Jack Ma no ha tenido un buen final de año.
Cofundador de Alibaba, uno de los mayores imperios empresariales de la nación asiática, ha perdido cerca de 11.000 millones de dólares desde fines de octubre, cuando las autoridades intensificaron el escrutinio de su compañía y otros grandes conglomerados tecnológicos.
Este año la fortuna de Ma alcanzó los 61.700 millones de dólares y estuvo cerca de convertirse una vez más en la persona más rica de China.
Sin embargo, su patrimonio cayó a 50.900 millones de dólares, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg, lo que lo colocó en el cuarto lugar del ranking.
Los problemas del empresario comenzaron cuando se frustró uno de sus grandes negocios: la salida a bolsa del Grupo Hormiga.
A comienzos de noviembre todo estaba listo para la que sería la mayor salida a bolsa de la historia, pero las cosas no salieron como estaba previsto.
La operación fue inesperadamente suspendida tras un interrogatorio de última hora por parte los reguladores financieros chinos.
Algunos analistas interpretaron el hecho como un intento de Pekín de controlar el crecimiento de gigantes como el Grupo Hormiga y al propio Ma, quien tiene tendencia a hacer declaraciones incómodas, según explica el periodista de la BBC Timothy McDonald desde Singapur.
«Ma pasó de ser un símbolo del potencial de China y de su progreso tecnológico, a una amenaza».
El magnate habría provocado la ira de las autoridades chinas cuando criticó públicamente a la banca china controlada por el Estado comparándola con las «casas de empeño» que no tienen vocación innovadora.
El poder de las finanzas digitales
De ahí en adelante las cosas se complicaron para el Grupo Hormiga, conglomerado que en los últimos años se expandió rápidamente.
El servicio más popular de Hormiga, Alipay, comenzó como la plataforma de pago de Alibaba.
Retenía en fideicomiso el dinero de los compradores hasta que estos recibían el producto que habían adquirido en línea.
Alipay fue esencial en el crecimiento de Alibaba. Ahora es más usado en China que las tarjetas de crédito.
Cuando la salida a bolsa fue suspendida, la Bolsa de Hong Kong declaró que se debía a que el Grupo Hormiga «podría no cumplir con los estándares para la inscripción y requisitos de transparencia» y sugirió que «cambios recientes» en el entorno regulatorio de las finanzas digitales podrían haber sido un obstáculo.
«Este era un gran negocio. Pero no creo que China vaya inclinarse por cualquier trato. No van a poner en riesgo su sistema financiero por un negocio», argumenta Drew Bernstein, directivo de Marcum Bernstein & Pinchuk, una compañía que asesora a empresas chinas.
¿Competencia desleal?
Hace unos días el Banco Central de China ordenó una reorganización de las operaciones del Grupo Hormiga, para que «rectifique» sus servicios de préstamos, seguros y gestión de patrimonio.
Según el vicegobernador del Banco Popular de China, Pan Gongsheng, los reguladores están analizando «el mal gobierno corporativo del Grupo Hormiga», su desafío a ciertas normativas y sus prácticas para ganar a sus competidores con el fin de evitar la competencia desleal.
El Grupo Hormiga señaló en un comunicado que establecería un grupo de trabajo de «rectificación» e implementaría completamente los requisitos regulatorios.
Mientras algunos expertos creen que esta nueva arremetida regulatoria está dirigida contra Ma, otros creen que la reforma del sector financiero es un objetivo de política a largo plazo del gobierno de Pekín, que va más allá de la compañía del empresario.
Aunque la compañía funciona como el mayor proveedor de pagos de China, con más de 730 millones de usuarios mensuales en su servicio Alipay, son las prácticas crediticias de la firma las que parecen preocupar más a los reguladores.
Ma no es el único
Aunque Jack Ma ha estado en el centro de la polémica, no es el único que ha enfrentado mayores controles regulatorios.
El sector de tecnología financiera pareciera estar en la mira de los reguladores chinos.
Algunas firmas ya están ajustando la forma en que operan, probablemente para adelantarse ante posibles nuevas regulaciones del sector.
Por ejemplo, JD Digits, Tencent, Baidu y Lufax dejaron de vender depósitos que devengan intereses en sus plataformas, luego que las autoridades obligaran al Grupo Hormiga a hacer lo mismo.
«No creo que nadie sea inmune en esta etapa y ciertamente los principios con que el Grupo Hormiga vincula a sus consumidores con los productos financieros, es muy similar a lo que hace Tencent», agrega Norris.