En Kabul, la capital de Afganistán, muchos estudiantes universitarios están destruyendo las pruebas de que asistían a las aulas, mientras los talibanes patrullan las calles. Una estudiante, de la minoría hazara, que ha sido perseguida por los milicianos, le cuenta a la BBC cómo los sueños que tenía han sido reemplazados por el miedo a no saber si seguirá viviendo.
Es algo que no puedo expresar con palabras, honestamente.
Todo, todo lo que soñé, todo por lo que trabajé, mi dignidad, mi orgullo, incluso mi existencia como mujer, mi vida, todo está en peligro.
Quién sabe cuánto tiempo les tomará venir y registrar casa por casa y llevarse a las niñas, probablemente para violarlas. Puede que me suicide cuando vengan a mi casa. He estado hablando con mis amigas, esto es lo que todas, todas, estamos planeando hacer.
La muerte es mejor que ser tomada por ellos.
Todas estamos asustadas hasta los huesos.
Hace dos meses, mi único objetivo era mi título. Estaba planeando cómo prepararme para el semestre de otoño, qué hacer, qué no hacer, los horarios, tratar de hacer todo bien.
Varias personas estaban asustadas porque los talibanes estaban tomando provincias, pero yo y otros nunca pensamos que tomarían Kabul.
Mi vida era normal hasta que tomaron Mazar-i-Sharif (una gran ciudad al noroeste de Kabul, que era un bastión antitalibán). Ese día me di cuenta de que se había terminado. Luego llegaron a Kabul. Hubo algunos disparos y escuchamos que los talibanes estaban en todos los vecindarios.
Entonces, nada fue normal.
Toda mi familia se quedó en casa. Las tiendas estaban cerradas, los precios subían cada hora y el tipo de cambio también.
Quemé todos mis papeles y documentos universitarios. Quemé todas mis notas de logros y certificados. Lo hice en nuestro balcón. Tengo muchos libros, muchos maravillosos, que estaba leyendo. Los he escondido todos.
Desactivé mis cuentas de redes sociales. Me dijeron que era demasiado peligroso tener publicaciones ahí o incluso estar en las redes sociales. Al parecer, los talibanes revisan las publicaciones y nos encuentran a través de ellas.
Facebook fue el principal problema porque yo estaba activa ahí. Tenía mensajes antiguos que decían que los talibanes no podían hacer nada, que les haríamos frente, que no podrían detener mi derecho a la educación, que no podrían encerrarme en casa. Los llamé terroristas. Seguro eran publicaciones ofensivas
Y obviamente han logrado todo eso en unos días. Me hace sentir devastada, aterrorizada, triste.
Los talibanes han anunciado que las mujeres deben vestirse de forma conservadora y llevar el hiyab. La gente lleva burka y hiyab por miedo.
He oído hablar de universidades en algunos lugares en donde se ha puesto un telón entre chicos y chicas en las aulas. Algunas familias no dejan que sus hijas vayan a clases. Porque todo el mundo sabe que los talibanes aún no están mostrando su verdadero rostro, pero definitivamente lo mostrarán, y quieren evitar cualquier problema cuando lo hagan.
Vi la conferencia de prensa de los talibanes (donde prometieron respetar los derechos de las mujeres). Mienten, estoy segura de que mienten.
Salí el martes con mi padre a buscar medicinas. Todo estaba cerrado. Tuve que usar hiyab completo, y la gente incluso usaba burka, niñas de 13 y 14 años. No es como antes. Sientes que la ciudad se ha ido. La ciudad está muerta.
Los talibanes caminan en las calles. Te miran, incluso cuando estás usando el hiyab completo, como si no fueras un ser humano normal, como si fueran dueños de tu vida, como si fueras una basura que debería tirarse. Así te miran en la calle.
Cuando estudiaba, soñaba con tantas cosas, planes de vida y metas.
Ahora creo que tendré que irme del país, porque soy hazara. Han atacado escuelas para niñas hazaras antes, matado a cientos. Así que seguramente nos matarán, probablemente nos violarán. Como mujer y también como minoría, no hay espacio para mí en mi propio país.
Toda mi familia está asustada. Hemos estado intentando huir, legal o ilegalmente, desde el día en que los talibanes tomaron el poder. El aeropuerto está demasiado lleno, no hay espacios libres para la evacuación y los países nos están rechazando, y todos, todos están mirando como si nada estuviera sucediendo.
Lo que más pediría a los gobiernos extranjeros es que no reconozcan a los talibanes como el gobierno de Afganistán. Porque si lo hacen, obviamente estaremos muertos, probablemente peor que muertos, quién sabe.
Pero lo que es más devastador que ver cómo toman la ciudad que amo con todo mi corazón, lo que más duele es que el mundo esté tan callado. Todo el mundo está tan callado.
Y las personas a las que simplemente no les importa, actúan y se comportan como si los afganos no fueran humanos.
Y eso me rompe el corazón.
«Humanidad para todos», dice una frase. Pero creo que probablemente debería ser «Humanidad para todos, excepto para los afganos». Nunca pensé que estaría en este punto.
Es desgarrador que en tan solo unos días, todo lo que alguna vez soñé, todo lo que alguna vez pensé que tendría, todo se haya ido.
El nombre de la autora no se publica por su seguridad.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional