El 20 de abril de 2018, el mundo perdió a una superestrella de la música, el DJ sueco Avicii, que para ese momento encabezaba las listas de éxitos.
Con sólo 28 años, se quitó la vida trágicamente mientras estaba de vacaciones en Omán.
Mientras los fans perdieron a un artista, Klas Bergling perdió a su hijo Tim.
«Lo extraño cada minuto», comparte Klas durante una videollamada sincera y profundamente personal.
«Por supuesto, hablo con él todos los días. Pero lo admito, a veces me enfado con él. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué nos dejaste?», agrega.
Avicii saltó a la fama de manera tan explosiva como los sintetizadores que rebotaban en su afamado tema Levels.
La canción, que estrenó en 2011, contiene el alegre estribillo «me siento bien» de Etta James, y catapultó al sueco de entonces 22 años al estrellato del pop.
Durante los cinco años siguientes, a medida que la música dance de las discotecas evolucionaba hasta convertirse en el género omnipresente y tan bien recibido conocido como EDM, con Levels como himno, Avicii se convirtió en el modelo rubio y de pómulos altos de esta música.
Supuestamente ganaba US$250.000 dólares por noche en las presentaciones de sus giras.
Pero a los 26 años se retiró de los espectáculos en vivo.
En una nota personal dirigida a sus fans, hizo referencia a su salud física y mental sin detallar la totalidad de sus luchas, que involucraban ansiedad, pancreatitis, adicción al alcohol y los analgésicos.
A pesar de un período de recuperación (produciendo música lejos de los reflectores), Tim continuó luchando contra sus demonios internos; buscaba respuestas a sus preguntas existenciales.
Dos años más tarde, sus problemas se apoderaron de él por última vez, de forma fatal.
Ahora, su familia quiere que la gente conozca a Tim más allá de las luces del escenario y ha lanzado un libro ilustrado para honrar su legado.
A través de la Fundación Tim Bergling, creada en su memoria en 2019, quieren abrir la conversación sobre la crisis de salud mental en los jóvenes.
Un ascenso millenial
Klas, quien seleccionó cuidadosamente las fotografías desde la infancia de Tim hasta su vida de superestrella, explica: «Queremos ayudar a la gente a ver más allá de la fama de Avicii. Por eso también llamamos a su álbum póstumo ‘Tim'».
Reflexionando sobre la profunda conexión que todavía sienten los fans, demostrada por las miles de cartas y mensajes conmemorativos que dejan en su sitio web, el progenitor del artista dice: “Tim significó mucho para los jóvenes: su música, sus letras y su persona”.
«Al principio no entendí por qué, pero luego un fan dijo: ‘Tim era auténtico’. Lo entendí. Muchos jóvenes se identifican con esa autenticidad, su honestidad y sus luchas».
El DJ encontró la fama a la manera millennial, publicando canciones en línea.
Adoptó el nombre de Avicii en 2008, una referencia a los distintos “niveles” del infierno budista después de descubrir que su propio nombre había sido adoptado por alguien más en MySpace.
Firmó brevemente con el DJ Pete Tong de BBC Radio 1 después de ganar un concurso de talentos y llamó la atención del DJ Laidback Luke al publicar en su foro.
Pero Tim luchó contra la ansiedad desde muy temprana edad, a menudo tenía pensamientos catastróficos y temía sufrir cáncer.
El alcohol
Klas recuerda que Tim tuvo intensas «cuestiones de identidad» durante la adolescencia. Después de algunas reuniones con un psicólogo, se sintió mejor.
Sin embargo, las giras exacerbaron su ansiedad.
Un mensaje de texto en la biografía de Tim publicada en 2021 reveló las preocupaciones que tuvo Klas: “Hola Tim, espero que tu inspiración sea suficiente para esta gran gira, con conciertos todos los días. Hay que hacer una pausa y respirar un poco, pero es tu elección. Besos y abrazos. Tu anciano”.
La agitada agenda pasó factura.
Mientras Levels obtuvo casi 20 millones de visitas en YouTube antes de su lanzamiento oficial, la gira de Tim incluyó presentaciones en los EE.UU., Nueva Zelanda, Australia y Asia, y a menudo realizó múltiples shows en diferentes ciudades un mismo día.
Para calmar sus nervios, recurrió al alcohol.
«Encontré la cura mágica de simplemente tomar un par de tragos antes de continuar», dijo en el documental Avicii: True Stories.
Esta dependencia creció a medida que viajaba. Le dijo a la revista GQ en 2013: «Viajas, vives en una maleta, llegas a este lugar, hay alcohol gratis en todas partes».
En 2012, se embarcó en una gira de 26 días por Estados Unidos, que le provocó dolores de estómago por su consumo de alcohol, lo que le llevó a una hospitalización y prescripción de opioides para calmar la pancreatitis, iniciando un ciclo de problemas de salud y adicción.
Al año siguiente, en Australia, volvió a tener pancreatitis, pero se negó a extirparse la vesícula para evitar cancelar sus compromisos y le recetaron opioides nuevamente.
Su apéndice finalmente se rompió, lo que le obligó a entrar en cirugía.
Klas enfatiza la necesidad de un cambio sistémico en la industria musical, pero tiene cuidado de emitir culpas individuales.
«Sigo pensando que los sellos discográficos, la gente que hace giras, los agentes y managers deberían tener una licencia de conducir para demostrar que están en forma. Así es como se debe tratar a los artistas», afirma.
Si bien reconoce algunos cambios positivos desde la muerte de Tim, al señalar que «hoy en día los managers suecos de los grandes sellos discográficos son más conscientes», subraya que se necesitan medidas integrales para garantizar el bienestar de los artistas.
La culpa del sobreviviente
Los problemas de salud de Tim coincidieron con su éxito comercial (ahora nominado al Grammy). Su álbum debut True, que introdujo sonidos country, produjo hits como Wake Me Up y Hey Brother.
En 2015, su estado mental se había deteriorado por el abuso de pastillas. Tenía arrebatos de ira y comportamientos erráticos.
A pesar de prometer que su segundo álbum Stories sería el mejor, sus luchas provocaron retrasos, nihilismo en el escenario y enfrentamientos con paparazzis.
Ese verano, Klas y su equipo supieron que había que hacer algo.
Con un terapeuta planearon una intervención en Ibiza. En una entrevista con el Times, Klas dijo que sentía que había traicionado a su hijo.
«Te enfrentas a tu hijo, que ignora por completo lo que va a pasar», le contesta a la BBC cuando le preguntamos sobre dicho comentario.
Y añade que la reacción de angustia de Tim fue evidente. «Se dio cuenta de que algo se estaba planificando a sus espaldas”.
Pero era necesario, afirma Klas. «No había duda de que debíamos hacerlo, pero llegar a ese punto no es fácil».
Tim, siempre testarudo, parecía confundido, pensaba que lo criticaban pese a que trabajaba sin cesar.
Después de horas de resistir, aceptó ir a rehabilitación y le dijo a Klas: «Lo había decidido hace horas, pero sólo quería ponerte a prueba».
Klas sonríe y se siente orgulloso de la «valentía» de su hijo. Después de la rehabilitación, Tim luchó por escapar de lo que describió como la «máquina que era Avicii» y dejó de trabajar con su representante.
El documental Avicii: True Stories, completado antes de su muerte, mostraba a Tim en una playa, aparentemente en paz y sin estar de gira. La realidad de su suicidio tuvo que añadirse como una discordante posdata.
Klas admite que el dolor se ve agravado por el hecho de que «mi esposa y sus hermanos y hermana estaban contentos de que estuviera mejorando en muchos aspectos».
«Puede sonar contradictorio, pero así fueron las cosas: estaba mejorando».
Klas explica que la culpa es «una carga muy grande» para los sobrevivientes, quienes a menudo preguntan: «¿Qué he hecho mal?».
Reconoce que, tal y como le han dicho terapeutas, “muchas veces no se puede hacer nada”.
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