«Me casé con el amor de mi vida ¡gracias Tinder!», escribió Alexis Gutiérrez, una joven de 24 años que vive en Tacoma, Estados Unidos
Su cupido móvil fue la aplicación que creó el icónico sistema de «desliza con el dedo hacia la derecha» si tienes interés, o «desliza hacia la izquierda» si no lo tienes y que, aunque no lo creas, está cumpliendo 10 años.
Una década después de ser concebida, Tinder lidera un mercado boyante de aplicaciones para citas en línea, con más de 1.500 aplicaciones similares, e ingresos que se proyecta alcancen los US$2.850 millones en 2022, según el sitio alemán de datos Statista.
Pero ¿cómo ha impactado esta app al amor, el sexo y las relaciones? ¿Y qué sigue?
Echémosle una mirada a la evolución de las citas por internet.
El «primer anuncio de citas»
Se cree que uno de los primeros anuncios de citas en publicarse apareció en 1727.
Supuestamente apareció en el Manchester Weekly Journal y lo escribió una mujer inglesa que estaba buscando a alguien con quien «pudiera compartir la vida».
Pero esta está lejos de ser una historia de amor.
La revista literaria Lapham Quarterly reportó que a Helen Morrison la castigaron por su anuncio y el alcalde la envió a un asilo mental durante cuatro semanas.
Casi tres siglos después, se cree que más de 300 millones de personas alrededor del mundo están usando anuncios personales, aplicaciones de citas y la tecnología en general en su búsqueda de relaciones casuales y románticas.
Antes de la existencia de las aplicaciones de citas, algunas personas publicaban anuncios clasificados en lo que normalmente se conocía como la columna de los corazones solitarios.
Hoy, el estigma de usar aplicaciones de citas ya no existe como era hace una década y ha tenido una larga evolución desde la época de Helen.
«Encontré a mi esposo en Tinder»
No es que Alexis Gutiérrez se sintiera particularmente optimista cuando «deslizó a la derecha» en Tinder hace cuatro años, luego de haber visto a un hombre interesante.
Luego de «una o dos semanas» de charlas virtuales, decidieron conocerse en persona.
«Me recogió y me di cuenta de que estaba muy nervioso. Menos mal que yo no», recuerda ahora, nueve días después de haberle dado el «sí» al mismo hombre, luciendo un largo vestido blanco de encaje.
«No estaba esperando encontrar el amor o un matrimonio porque es cierto que la mayoría de los hombres, especialmente los adultos jóvenes, están solo buscando encuentros casuales», le cuenta la recién casada a la BBC.
«La gente está más interesada en cómo te ves»
Pero no todos están convencidos.
«No estoy segura de tener algo positivo que decir de Tinder», dice Amy Marie, una contadora de 30 años en Texas, EE UU.
Agrega que un «sinfín de hombres» le han enviado mensajes vulgares o violentos a través de la aplicación.
Me muestra el pantallazo de uno de esos mensajes que le envió un hombre, inmediatamente después de que ella le hubiera dicho «hola».
«Sin duda es una relación de amor/odio [con la aplicación]. Con más énfasis en el odio, eso sí».
Chelsea Stirling, una mujer de 35 años de Nottingham, en Reino Unido, también ha tenido una experiencia frustrante con Tinder.
«La gente está más interesada en cómo me veo que en lo que pienso o digo», argumenta.
«Hago match y empiezan a hablar. Y luego leen mi perfil y me hacen unmatch», dice. «O simplemente hacen unmatch sin siquiera empezar a hablar».
Acoso e imágenes no deseadas
El odio que Amy Marie siente por la app no es un caso aislado. Si eres mujer, las posibilidades de que tengas una mala experiencia con las aplicaciones de citas son más altas.
Un estudio de 2020 del centro de investigación Pew mostró cómo las mujeres sufren acoso de manera desproporcionada.
Entre las mujeres con edades entre los 18 y los 34 años, un 34,57% dijo haber recibido mensajes explícitos o imágenes que no habían solicitado.
También se reportó una alta incidencia de amenazas físicas: un 19% (comparado con un 9% de los hombres).
La socióloga e investigadora del Instituto Francés para Estudios Demográficos (INED) de París, Marie Bergstrom, estudia lo que ella llama la «privatización de las citas» a través de aplicaciones como Tinder.
«Estas aplicaciones son muy insulares en el sentido de que están completamente desconectadas de tu vida social. Es diferente a los escenarios tradicionales en los que las personas se conocen, como a través de amigos, familia, trabajo o colegio, en los que realmente compartes algo con los demás, ya sea amigos, colegas o lugares», dice Bergstrom.
«Mostrar tus genitales en un bar es mostrarle tus genitales a todo el mundo».
Pero ese no es el caso con una pantalla, debido a que puedes simplemente desaparecerte con tocar un botón. Este escenario «extremadamente privado y escondido» se convierte en un terreno peligroso para comportamientos violentos, y no es probable que eso vaya a cambiar en el futuro, dice la experta.
Tinder dice que el mantener a las mujeres seguras está «en el corazón» de la aplicación para citas más grande del mundo.
En julio de 2022, la empresa de tecnología anunció una asociación con el grupo No More («No más»), que busca poner fin a la violencia doméstica, pero Renate Nyborg, la primera jefe ejecutiva mujer en la compañía, reconoció las dificultades a las que se enfrentan a la hora de proteger a las mujeres en la aplicación.
En ese momento, le dijo a la BBC: «Nuestro trabajo de seguridad nunca termina».
Libertad sexual
Sin embargo, Bergstrom reconoce que un «menor control social» también puede tener efectos positivos.
«A las mujeres se las juzga mucho más por sus comportamientos sexuales, y todavía existe este estigma social de ser demasiado activo sexualmente», apunta.
«Lo que realmente vemos es que las plataformas digitales para citas les permiten a las mujeres tener relaciones cortas y tener relaciones casuales más fácilmente porque se puede hacer todo esto sin que te juzguen y que tengas a todo el mundo hablando de ti.
«Así que no solo es negativa esta desconexión, es, en gran parte también, la razón que explica por qué estas aplicaciones son tan populares».
Pero ¿cómo se ve este futuro de las citas virtuales?
Caricias y besos en el metaverso
Seguramente has oído que, en el futuro, tus reuniones de trabajo tendrán lugar en el metaverso: un ambiente de realidad virtual en el que tu personaje podrá sentarse a la mesa e interactuar con los de tus colegas como si estuvieran todos juntos en persona.
Bueno, eso también aplica para el futuro de las aplicaciones de citas.
«Con la realidad virtual puedes simular besos. Puedes simular tocar un cuerpo», dice Douglas Zytko, un profesor adjunto de interacciones entre humanos y computadoras en la Universidad de Oakland, en EE UU.
«Las personas que tienen citas online valoran ese tipo de experiencia como parte de la compatibilidad», explica.
Pero eso también es riesgoso.
«Hay una gran posibilidad de que la experiencia negativa que algunas personas están teniendo ahora mismo se vaya a amplificar con la realidad virtual por la inmersión que logra», dice Zytko.
Imagina el caso en el que estés rechazando una insinuación romántica o sexual de alguien en la aplicación de citas.
«En la realidad virtual, no solo tendría el perpetrador la posibilidad de expresar un comentario muy negativo. También podría usar su personaje para hacerlo».
¿Qué quiere decir esto en la práctica?
Zytko responde: «Pueden tocar al personaje de otra persona de una manera negativa. O dibujar imágenes fálicas en el ambiente virtual. Y lo que muchas de esas investigaciones iniciales muestran es que ese tipo de experiencias de caricias no deseadas a través de la realidad virtual pueden tener efectos psicológicos muy similares a los que se presentan si el hecho ocurriera en el mundo real».
De las partes de metaverso que existen actualmente, solo algunas -como Horizon Worlds- pertenecen a Meta.
Sin embargo, la compañía ha introducido nuevas salvaguardas.
Un ejemplo es Personal Boundary («frontera personal»), que impide que los personajes se acerquen a a una cierta distancia, haciendo que sea más fácil evitar interacciones no deseadas.
La compañía dice que también ofrece un número de maneras para bloquear y reportar a otros usuarios.
«Hemos visto cómo las tendencias van y vienen en los últimos años», dice Zytko. «Así que creo que es demasiado temprano como para decir si la tenencia del metaverso va a mantenerse.»
¿Será menos relevante el GPS?
Una de las características más atractivas de las aplicaciones para citas es la posibilidad de conocer a alguien que esté sentado en la otra esquina del restaurante, de la calle o de tu barrio.
Algunas apps ya están explorando esto. Single Town («pueblo soltero»), por ejemplo, es una aplicación de citas que consiste de una ciudad del metaverso en donde los personajes de personas reales «deambulan, escogen a dónde quieren ir y con quién quieren charlar».
Si tocas a alguno de los personajes puedes ver las fotos reales de ese usuario, comenzar una conversación e interactuar en un mundo virtual.
«Ese tipo de aplicaciones están introduciendo una cita virtual entre el conocerse y la cita física».
«Estas apps no presumen que no vayas a querer verte cara a cara, el objetivo parece seguir siendo apoyar un encuentro presencial o una relación personal».
Y Zytko cree que esto podría incluso recortar el acoso en la vida real.
«Al agregar la realidad virtual a la mezcla, podrías tener esa experiencia de la primera cita en línea, antes incluso de aventurarte al mundo real donde existen todos estos riesgos y daños potenciales».
¿Olvidarse del coqueteo en la barra?
A medida que la realidad virtual abre nuevas posibilidades para los desarrolladores y el número de usuarios explota, las aplicaciones para citas tienden a afianzarse como el «sitio de confianza» para buscar sexo y amor.
«Mi hipótesis es que las plataformas de citas van a ser más y más importantes a la hora de conocer parejas», dice Bergstrom, que escribió el libro «Las nuevas leyes del amor: las citas en línea y la privatización de la intimidad».
«Nunca ha habido un sitio específico para conocer pareja. Ahora existe y se está volviendo menos aceptable acercarse sexual y románticamente en otro tipo de contextos. Este es el caso de los lugares de trabajo. Antes era un sitio importante para conocer pareja y ahora es cada vez menos aceptable intimar sexualmente con colegas», dice.
Para la experta, esto se puede expandir a otros contextos: «Sería menos aceptable acercársele a alguien en un bar y empezar a coquetear, o menos aceptable empezar a coquetear en la fiesta de una amiga, con esta idea de que existe una plataforma para eso».
«Como dije, esta es una hipótesis: quisiéramos separar las cosas cada vez más y que cada vez menos cosas coincidan. Así que hay un lugar para el trabajo, hay un lugar para ir a hacer deporte, hay un lugar para conocer amigos y uno para las citas.
«Una compartimentación de la vida social», argumenta.
El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!
Apoya a El Nacional