Adulantes por doquier, directores-regentes en abundancia, profusión de dirigentes, en más o menos valía, en posiciones de liderazgo, enfrentando a los que ordenan, negociando a placer, disfrutando lo mal habido, fingiendo sacrificio, simulando apariencia, regocijados en lo robado y malgastando…
Bien está dialogar, escucharse, intercambiar sentires, ideas, opiniones. Sin embargo, que el régimen castrista, desprestigiado, sancionado, violador de los derechos humanos, busque platicar con los que durante años ha insultado, humillado, deseado proscripción y execración es, por decir lo menos,…