Centenares de médicos e investigadores han dejado un legado en el planeta. Entre ellos destaca el reconocido urólogo-oncólogo venezolano René Sotelo; médico comprometido con el valor de su profesión, pero sobre todo con la protección, resguardo y bienestar del capital humano: el insumo más importante que tiene una nación.
Tiene más de dos décadas ejerciendo y en su currículo destaca la labor que viene realizando, desde el 2015, en el Instituto de Urología de la University of Southern California (USC). Este hecho, lo convirtió en el segundo médico extranjero en ejercer en los centros médicos de la universidad sin nunca haber estudiado en Estados Unidos. También fue designado como Director Médico del Departamento de Medicina Internacional de la misma institución, para liderar iniciativas tanto a nivel regional como internacional. Sin embargo, su más reciente logro fue la incorporación a la Junta Directiva de la Société Internationale D’Urologie como Director de Membresía y Relaciones Internacionales-Américas.
El Nacional conversó con el doctor Sotelo no solo sobre su invaluable ocupación, sino sobre su inspiración, motivación y todo aquello que lo llevó a tomar la decisión irrevocable de salvar vidas como pan de cada día.
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Primero lo primero: ¿Quién es René Sotelo?
Su historia es sencilla, pero meritoria. “Soy un hombre que creció y se formó bajo los valores y el ejemplo del trabajo y el esfuerzo”, señaló. Podría decirse que ambos forman parte de sus estándares de lucha y de superación diaria.
Nació en Caracas y es el segundo de cuatro hermanos. Su padre llegó al país desde México con la intención de montar una fábrica de tintas de impresión para luego devolverse. Sin embargo, sus planes cambiaron cuando se enamoró de su mamá y adoptó a Venezuela como su nueva patria.
“Mi padre (litógrafo de oficio) es mexicano y mi madre (Maestra de campañas de alfabetización, profesora y directora del Colegio Universitario Francisco de Miranda) es merideña. Ambos fungen como ejemplo de trabajo, honestidad y perseverancia para mí desde siempre”, comentó.
Actualmente, tiene tres hijos. Explica que su tiempo, cuando no está operando, se lo dedica 100% a su familia. “Son mi mayor tesoro. Ellos han entendido que mi pasión es mi profesión y me han acompañado a ejercer el oficio de la medicina todos los días”.
Sotelo: hombre vs. doctor
Algo que René Sotelo siempre tuvo claro fue que nació para ser médico. “Recuerdo que en bachillerato siempre andaba con mi bata blanca. Mis amigos me jugaban bromas porque no me la quitaba, pero esa era mi antesala y el presagio de lo que sería mi vida”, resaltó.
Cree en el estudio, en la academia, en la formación continua y en la evolución de la ciencia, producto de la investigación, la innovación y la experiencia. “Esa es mi apuesta diaria. Mejorar constantemente porque busco a Dios en los detalles”, aseveró.
“Siempre estoy repasando mis intervenciones. La noche antes de cada operación, por ejemplo, practico mentalmente la cirugía. Repaso los detalles para adelantarme a lo que podría ser, de esa manera aseguro que todo esté en orden y me preparo para abordar cualquier imprevisto. Allí está la clave del éxito: en dibujar la operación y, junto a mi equipo, hablar sobre ella”, agregó.
Como médico, para él es importante formar parte de la historia de sus pacientes y viceversa. Porque de eso, dice, se trata su profesión: de impactar y cambiar vidas para mejorarlas y brindarle calidad a los años venideros.
“También he tenido la oportunidad de dedicarme a formar a cientos de médicos en el área de urología y esa es una inmensa satisfacción”, añadió. “Operar junto a quienes en algún momento fueron mis estudiantes o leer que se están destacando como urólogos en sus países de origen, me llena de orgullo”.
La historia va cambiando, y esa educación en la que llegó a formar a más de 75 fellows o becarios de más de 20 países, dio paso a su orientación para educar al paciente. “Hoy, mi foco está en lograr enseñar sobre el funcionamiento óptimo de la salud urológica para que sea cada uno de quienes me lee, responsable de su bienestar”, manifestó.
Urología y Cirugía Robótica
Su trabajo como pionero y precursor en el uso del robot para llevar a cabo una cirugía mínima que ayuda a combatir el cáncer de próstata en América Latina, hicieron que este urólogo entrara por la puerta grande a Estados Unidos. Razón por la cual no solo goza de una impecable reputación sino de una fe absoluta en sus procedimientos.
“¿Por qué la urología? Pues es sencillo: siempre me gustó”, dijo Sotelo. “Además, la considero una rama de la medicina en la que puedo manejar en conjunto la clínica del paciente y la posibilidad de intervenirlo quirúrgicamente. Poder impactar vidas se volvió más real y cercano», aseguró. “Siempre me pareció que era una especialidad única como médico, pues podía vivir de manera integral y acercarme a mis pacientes de una manera mucho más global”.
Con la Cirugía Robótica, sostiene, el trabajo es casi perfecto. “De esta manera, opero con el apoyo de un instrumento más avanzado para realizar operaciones de mínima invasión. Como cirujanos nos sentamos en una cónsola y, desde allí, con nuestros manos y pies, dirigimos los movimientos del robot que se acoplan al cuerpo a través de diminutas incisiones en el abdomen. Luego, una fina cámara entra por el ombligo para permitir una mejor visibilidad”, describió el doctor.
Como si de una obra de arte se tratase, el robot es una extensión del cirujano. Todo esto permite una agudeza y precisión de movimientos para identificar, cortar, coser y engrapar, hasta el más pequeño tejido, con la exactitud milimétrica de la más rigurosa máquina. A este detalle de maniobra se suma la dimensión de la visión, que se presenta aumentada veinte veces, resaltando el más microscópico detalle en una altísima definición, pero además en tres dimensiones. La cónsola o “el cerebro del robot”, a su vez se conecta con un monitor en el que se reproduce todo lo que se ve y los tejidos sobre los que se trabaja.
¿Por qué ejercer fuera de Venezuela?
Sin complejos, reconoce que no fue algo que buscó. Indicó que simplemente así se fueron dando las cosas para él y su profesión.
“Nunca pensé estar donde estoy. Siempre comento que es difícil y no siempre es acertada la proyección de ese lugar en el que estaremos; de eso que habremos alcanzado en el lapso de diez años. Es un ejercicio de visualización al que no siempre se llega. Sin embargo, algo si es cierto, y es el hecho que la disciplina, el esfuerzo y el mantenerse firme en lo que queremos abre puertas y así las cosas van sucediendo”, señaló.
Comentó que su oportunidad nació cuando luego de un congreso, en el año 2014, un gran amigo también urólogo, el Dr. Smith, le ofreció trabajo. “Me comentó que sabía que era posible abrir esa puerta, que él como inmigrante sabía que podía ser una posibilidad para mí y quería ofrecérmela”, recordó.
Él nunca tuvo planteado dejar atrás Venezuela, pero, sin duda, la conversación le generó interés. Mismo que se vería potenciado cuando otro colega, el doctor Inderbir Gill, director del Departamento de Urología de la Universidad del Sur de California y gran amigo, lo llamó para decirle que se había enterado de la noticia y que, si estaba considerando irse a los Estados Unidos, él quería que evaluara la posibilidad de ir a USC y formar parte de su equipo de médicos. Cabe destacar que, de este último, Sotelo aprendió mucho cuando visitaba Cleveland Clinic para formarse en robótica.
A partir de allí, pasó un año para que el Consejo Médico de California evaluara sus habilidades y credenciales. “Finalmente, me otorgaron el permiso especial de ejercer medicina en ese estado, pues no fui formado en Estados Unidos y tampoco había hecho revalida para ejercer en ese país. Esto me supuso como la segunda persona -hasta la fecha- en tener esa credencial en el Estado de California, después de un médico japonés”, destacó.
Cabe destacar que, tras su implacable labor como médico, logró su primer premio en la American Urological Association (AUA). «Estar allí es como ganar el Óscar de la Medicina. En esa oportunidad pusimos a Venezuela y a Latinoamérica en el mapa de la urología mundial. Fue además ocasión para tomar confianza y reconocer que si se podía ganar estos premios, aunque no trabajara en Estados Unidos; que desde Venezuela se podía aportar a la Ciencia. Fue un gran estímulo y el primero de muchos premios», acotó.
¿Qué lo haría devolverse al país?
“La verdad es que nunca me he ido”, comentó.
Y es que, aunque su residencia está en Los Ángeles, siempre viaja a Venezuela para nunca perder contacto con sus pacientes. También, vuelve porque le gusta manejar segundas opiniones. “Siempre estoy. No hay manera de desconectarme. Cada vez que regreso, veo pacientes a los que operé hace 15 o 20 años. Verlos es saber que lo que hice, lo hice bien. Es saberlos haciendo su vida, junto a sus seres queridos llenos de salud”, señaló.
“Sigo trabajando por mi Venezuela porque creo que puede hacerse país desde donde estés. Lo importante es tenerlo presente y seguir sumando. Cada quien debe hacer lo que le corresponde hacer, y hacerlo bien”, expresó.
Siempre dice con mucho orgullo que está hecho en Venezuela. Por eso, también, resalta la labor que sus pares han conseguido al rededor del mundo.
«Hay muchos médicos venezolanos, súper talentosos, demostrando que sí se puede», dice.
«Enrique Suárez, es un famoso oftalmólogo, quien hizo la cirugía refractaria en el país antes que fuera aprobada por la FDA; hoy en día trabaja en Arabia Saudita. Está Moisés Roizental; radiólogo intervencionista que está en Estados Unidos. Rafael Sánchez, un urólogo que está en Francia… Y así, hay miles», comentó.
Para René Sotelo, existe una cantidad de médicos venezolanos en el mundo que están dando la talla. De hecho, cuenta que actualmente tiene médicos entrenándose junto a él que son formidables. «Hay uno en particular, Luis Medina, de quien estoy muy orgulloso. Empezó su entrenamiento en Venezuela y luego se fue a Los Ángeles. Dos años después de entrenar conmigo y de publicaciones para nivelar su currículo internacional, compitió con todos los urólogos americanos para hacer el postgrado de urología y quedó de número uno en la Universidad del Sur de California», describió.
Medicina y fe
Confía en la Ciencia, pero también cree en Dios. Así como, aseguró, en el poder de la fe. “Creo en algo Superior y Divino y me rehusó a pensar que esta Divinidad es responsable de todo lo malo. Creo en alguien que guía, pero cada quien trabaja en su destino; si haces el bien, enfocado y perseverante, saldrás adelante”, recalcó.
Insiste en que nunca ha perdido la fe en la medicina, pero no le gustan las desigualdades en el acceso a los cuidados médicos que se pueden ofrecer.
“Me duele cuando el cáncer me gana una batalla. Establezco relaciones muy cercanas con mis pacientes y en especial con los que presentan casos complejos, los que requieren de más atención. Claro, esto hace que en ocasiones te afecte más, pero también te estimulas a seguir, a ser mejor, a estar pendiente de los detalles”, manifestó. “Siempre me pregunto si hay algo que pude hacer mejor, que pude anticipar; en ocasiones soy muy duro conmigo mismo, pero es nuestro deber buscar la perfección”.
Algunas veces, René Sotelo sabe de antemano que el cáncer ganará alguna batalla y es entonces cuando se ocupa 100% en ayudar a transitar esa recta final al paciente y a los familiares. Usa su tiempo para organizarse, leer, revisar, estudiar, escribir y generar nuevas ideas. Siempre pensando en cómo salvar más vidas.
Finalmente, cree que lo más importante a tener en cuenta para generaciones de relevo es que nadie nace aprendido. “Llegar, implica transitar el camino; hacer el viaje. Y en ese trayecto, se cometen errores”. Para Sotelo, equivocarse es de humanos, “pero si eso pasa que no sea porque no hayas estudiado suficiente o estado atento a cada detalle”, recalcó.
Se debe tener presente que el juicio clínico lo dan los años y hay que enfocarse en cultivarlo. “La ética y la honestidad con la que ejerzas la medicina, se aprende en la casa, en la familia y son los mismos principios que te guiarán en tu vida”, concluyó.
Historial
Fue profesor y director del Departamento de Urología del Centro de Cirugía Robótica y de Invasión Mínima, Caracas, Venezuela (2004-2015). Además, trabajó como Presidente de la Sociedad Latinoamericana de Laparoscopia y Cirugía Robótica en Urología (2006-2008). Se desempeñó como Director de la Oficina de Laparoscopia y Cirugía Robótica de la Confederación Americana de Urología (CAU) (2007-2014) y fue editor de la Revista de Urología Panamericana, revista oficial de la Confederación Americana de Urología (CAU) (1999-2004). También, participó en los comités editoriales de European Urology, British Journal of Urology International y Journal of Robotic Surgery y fue invitado en calidad de profesor visitante en 35 universidades de 19 países, donde ha demostrado técnicas de laparoscopia y robótica avanzadas en simposios de cirugía en vivo.
Investigación
• Ha publicado más de 75 trabajos científicos en revistas indexadas y 38 capítulos en los principales libros de urología.
• Ha publicado 4 libros de texto; participa en la junta editorial de 3 revistas urológicas.
Reconocimientos
Los logros del doctor René Sotelo son considerables.
Ha ganado más de 23 premios otorgados por organizaciones científicas y gubernamentales alrededor del mundo, incluyendo la American Urological Association, la European Association of Urology, la Société Internationale D’Urologie, la European Robotic Urological Society, la Confederación Americana de Urología y otros.
Para más información sobre el Dr. René Sotelo, ingresar a su portal web o a sus redes sociales: Instagram y Twitter.