Cada día son más las personas que se lanzan a la aventura de sacar adelante su propio proyecto con el objetivo de, en un futuro, poder vivir de un trabajo que le guste y que no dependa de terceros. Tan sólo en España se calcula que en 2016, más de 101.000 empresas nuevas fueron creadas, de acuerdo a los datos mostrados por el Instituto Nacional de Estadística. Igual que surgen nuevas empresas ocurre que otras tantas tienen cerrar en un plazo breve por no saber llevar a cabo su objetivo.
Desde aquí vamos a desglosar los pasos a seguir para conseguir el éxito con una nueva empresa.
1. Asesoría. Una de las mayores preocupaciones de todo empresario que se inicia en este mundo es el hecho de poder hacer frente a todo el papeleo, los pagos trimestrales, las declaraciones, saber dar de alta a un trabajador… En definitiva, ocuparse de toda la parte contable. Con Internet ha llegado la solución perfecta pues a disposición de cualquiera existen herramientas gratuitas para poder gestionar el negocio. Además, unas cuantas empresas han sabido ver la importancia de ayudar a las startups y ofrecen sus servicios por muy bajo costo al mes sin que por ello suponga que el servicio sea deficiente.
2.Una idea. Por supuesto, todo proyecto nace de una idea, de querer hacer algo en concreto. Hay quienes tienen ideas muy originales pero, la mayoría, lo que deben hacer es seguir la estela de otros que ya hacen lo que a uno le gusta y darle una vuelta de tuerca, de tal manera que consiga diferenciarse. Un buen método para lograr esto pasa siempre por ponerse en el lugar del cliente y tratar de detectar cuáles son sus necesidades reales y ofrecérselas en bandeja. De nada sirve contar con un bien o servicio increíble que no tiene cabida en el mercado.
3. Hacer cuentas. Una vez que se tiene clara la idea que se quiere llevar a cabo y sabiendo que se cuenta con el respaldo de profesionales para la parte contable, llega la hora de sacar cuentas y ver si, de verdad, ese proyecto puede resultar rentable o no. Puede ocurrir que la idea sea buena y esté bien planteada pero que, por los costos que supone, no se pueda llevar a cabo. Hay que tener en cuenta que cuando se empieza los costes siempre son mayores que los beneficios y a esto hay que sumar que habrá que competir con empresas que ya llevan más tiempo en el sector y que, por tanto, cuentan con economías de escala que hacen que puedan sacar rentabilidad mucho antes.
4.Saber elegir y ser constante. Si el proyecto sigue su curso lo que no hay que olvidar es que siempre entraña cierto riesgo. Y, más que esto, hay que saber elegir si seguir como se ha trazado o si conviene más ir adaptándose a los cambios que surjan. En este sentido, se puede abrir un nuevo nicho de mercado, una nueva línea de productos… Hay que tratar de cambiar y ver el lado positivo. Y, por supuesto, la única manera de conseguir algo es la constancia. Hasta las empresas más punteras hoy en día pasaron por baches. Hay que reponerse y seguir luchando por lo que se cree.