Una nueva muerte de un policía registrada este jueves, la tercera en el último mes, causó conmoción en Chile y llevó al gobierno del izquierdista Gabriel Boric a acelerar medidas para enfrentar el aumento de los delitos violentos en el país.
En pleno centro de la capital Santiago, el cabo Rodrigo Palma, de 33 años, fue asesinado de dos disparos en la cara mientras realizaba un control.
La noticia conmocionó al país sudamericano, que sufre un aumento de delitos con armas de fuego y un deterioro de la seguridad pública. En 2022, los homicidios crecieron 33,4%.
«El crimen y la delincuencia tienen claro que su principal adversario es un Chile unido, por eso es que están tratando constantemente de dividirnos, no caigamos en ese juego». Así lo dijo Boric en un mensaje a la nación acompañado por sus ministros, todos vestidos de luto.
Asesinato de policía en Chile
El funeral del policía hizo unir a la mayoría de quienes fueron presidentes desde que Chile recuperó la democracia, en 1990. Los exmandatarios Ricardo Lagos (2000-2006); Michelle Bachelet (2006-2010; 2014-2018); Sebastián Piñera (2010-2014; 2018-2022) y Boric, asistieron juntos a la misa.
El tercer asesinato de un policía en 23 días coincidió con la promulgación por parte de Boric de una ley que otorga más poder a los agentes y que generó gran controversia.
Motivó también el adelanto de un plan para erradicar la violencia de las calles y el anuncio de una inversión adicional en seguridad de 1.500 millones de dólares anuales.
Inseguridad aumenta
Durante la tarde, un centenar de personas protestó en la simbólica Plaza Italia de Santiago, para exigir al gobierno de Boric mayores medidas de seguridad y respaldar la labor policíal.
Edgardo Mimiza, ingeniero civil, de 68 años, pidió que el cuerpo de Carabineros «se pueda defender usando sus armas de servicio».
«El gatillo fácil, como dice en el gobierno, está para los delincuentes y para la gente que realmente trabaja detrás de un uniforme no hay ningún respaldo», se quejó Isabel Jorquera, administradora de 45 años.
Al debate del aumento de la delincuencia, principal preocupación de los chilenos, se ha sumado la discusión sobre la inmigración sin papeles, despertando un clima de xenofobia particularmente hacia la comunidad venezolana, hoy la más numerosa en el país.
La Fiscalía identificó públicamente a dos jóvenes venezolanos como «personas de interés» en la investigación por el crimen del policía y las fotos de sus rostros circularon por redes sociales y la televisión.
«Los extranjeros que no porten su cédula nacional de identidad y que sean detenidos, se solicitará la prisión preventiva», dijo el fiscal nacional Angel Valencia en conferencia de prensa.
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