Las fuerzas del orden ucranianas no luchan contra la religión, sino contra empleados del servicio secreto ruso, el FSB, con sotana. Así declaró el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Oleksiy Danilov.
Esto, a propósito de las medidas del Estado contra la Iglesia Ortodoxa Ucraniana vinculada a Moscú.
«No luchamos contra la religión. Si alguien quiere tener contacto con Dios, por favor que lo tenga, pero si Dios está representado por un empleado del FSB ruso, esto es ya un problema de seguridad nacional». dijo Danilov, según un comunicado publicado hoy por el Consejo de Seguridad ucraniano.
Danilov hacía referencia a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana conocida en Ucrania como «del Patriarcado de Moscú». Ya que esta dependía hasta su ruptura el pasado mayo de la Iglesia Ortodoxa Rusa.
Los críticos de esta denominación ucraniana recuerdan el largo historial de simpatías públicas prorrusas de sus jerarcas. Por eso dudan de la autenticidad de la ruptura y les conmina a unirse a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania. Esta es, la iglesia ortodoxa autocéfala del país creada en 2018. Los invita a la unión «si de verdad quieren romper amarras con Rusia».
«Ninguna institución relacionada con la Federación Rusa, con su comunidad religiosa, que coopere con el régimen terrorista ruso tendrá presencia en nuestro país», agregó Danilov.
A su vez, recordó que algunos sacerdotes de esta congregación detenidos por colaboracionismo han sido intercambiados por soldados ucranianos apresados por Rusia.
Desde el comienzo de la invasión, las fuerzas de seguridad ucranianas han investigado o detenido a decenas de curas de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana.
La misma que está vinculada históricamente a Moscú por pasar información al enemigo o bendecir la agresión rusa desde los púlpitos.
Todos los sospechosos
El último en sumarse a la lista es el metropolita de la diócesis de Cherkasy en el centro de Ucrania. El servicio secreto ucraniano informó de la investigación que se lleva a cabo en su contra por difundir contenidos prorrusos.
Las autoridades locales de varias regiones ucranianas han comenzado los procedimientos para transferir la titularidad de los templos de esta iglesia a la iglesia ortodoxa autocéfala de Ucrania.
La Iglesia Ortodoxa Ucraniana acusada de prorrusa niega su afinidad con Moscú y denuncia ser víctima de una persecución religiosa.
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