El llamado al diálogo surge de nuevo como un tema de prioridad nacional, al volver a realizarse nuevas convocatorias por distintos solicitantes, incluidos la Unión Europea, el presidente Petro, Estados Unidos y otros gobiernos que promueven este medio como el mejor instrumento para resolver el tema de las elecciones presidenciales previstas para el mes de noviembre de 2024, así como para lograr otras soluciones a las complejidades económicas y políticas que afectan a la nación venezolana.
Surgen solicitudes válidas de incluir a los empresarios y a la Iglesia en este diálogo, al contar estos representantes de la sociedad civil venezolana con los mayores niveles de aprobación ciudadana superando el 60% para ambos. En estos momentos de desconfianza popular en sus instituciones surgen estas dos organizaciones, como factores de importancia para generar una mayor credibilidad popular en este diálogo nacional.
Es necesario destacar lo que a nuestro entender ha permitido que la empresa privada y la Iglesia sostengan tan elevados niveles de credibilidad.
La empresa privada se ha mantenido a pesar de las limitaciones y afectaciones de muchas de ellas causadas por el proyecto político económico denominado socialismo del siglo XXI. Se hace evidente en las tierras y empresas afectadas donde su volumen de producción se redujo sustancialmente.
Hoy la empresa privada está logrando mejorar su capacidad productiva y con ello reducir el volumen de las importaciones. A la vez genera millones de empleos directos e indirectos con mejores salarios. Su contribución en las comunidades donde ejerce su actividad económica es evidente, no sólo en puestos de trabajo sino en las labores comunitarias.
La Iglesia no sólo ejerce su rol eclesiástico observado en las distintas comunidades a lo largo y ancho del país, donde es evidente su contribución en lograr fortalecer la espiritualidad y la fe en los que asisten masivamente a los servicios religiosos.
Los programas de asistencia social desarrollados por nuestra Iglesia son evidentes, como Fe y Alegría, el apoyo a los programas de salud y alimentación promovidos por organismos internacionales y nacionales, así como su permanente presencia en todos los acontecimientos de interés nacional, emitiendo opiniones oportunas que reflejan el sentir de las mayorías.
Esperemos que la participación en este esperado diálogo cuente con la presencia de estas dos instituciones fundamentales de la nación venezolana.
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