Pedro Maldonado estuvo durante horas retenido el jueves en el sótano de la sede principal de la Corporación Venezolana de Guayana, en la que ocupa el cargo de presidente. Con él se encontraban otros funcionarios —entre los que también estaría Néstor Astudillo, jefe de la Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro—. Después, se los llevaron detenidos.
Se trataba de un operativo desarrollado por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional y la Policía Nacional Contra la Corrupción por las investigaciones por presuntos hechos de corrupción que, desde Petróleos de Venezuela y del sistema judicial, fueron descubiertos en las industrias básicas del país.
“En la tarde, cuando llegaron el Sebin y la Policía Contra la Corrupción, bajaron al sótano a Pedro Maldonado, no estaba esposado. Lo tuvieron allí resguardado unas cuantas horas y después se lo llevaron. Supuestamente también se llevaron a Néstor Astudillo. Solo falta que la información salga en los medios oficiales”, declaró Jean Carlos Franco, miembro del movimiento Unidad en la Coincidencia, a El Nacional.
Aunque durante años los trabajadores han denunciado corrupción e irregularidades en esas compañías estatales, creen estas capturas solo son una estrategia del gobierno de Nicolás Maduro, investigado por la Corte Penal Internacional y bajo la lupa de la Organización Internacional del Trabajo, para limpiar su imagen.
“Se ganó una batalla”
“Esto no es un trabajo que se dio de la noche a la mañana, esto también es parte de todas las denuncias que los trabajadores en Guayana han hecho desde hace muchos años por la mala administración, por las violaciones a los derechos laborales de los trabajadores, por las violaciones a los derechos humanos y por actos de corrupción”, manifestó.
Y con la caída de Pedro Maldonado y Néstor Astudillo se ganó una batalla, afirmó.
“Sí da un fresquito, no lo vamos a negar; nos da un poco de calma, de alegría. Pero no es la solución. Hay un cáncer que no se cura con un medicamento, se puede calmar unas horas, pero seguirá estando. Nosotros tenemos mucha claridad en el aspecto político, sabemos que más allá de algo laboral, es un problema de mala política nacional, y para eliminar el cáncer tiene que salir desde la punta, y la punta es Nicolás Maduro”, expresó.
Las autoridades venezolanas no han publicado información sobre esas detenciones ni se han conocido casos irregulares en los que estarían involucrados. Ambos son, hasta ahora, las piezas más importantes de una posible macroestructura de corrupción dentro de las industrias básicas venezolanas, que atraviesan una difícil situación desde hace años.
“Es una batalla que se ganó porque estos funcionarios han hecho las cosas muy mal desde que llegaron a las gerencias la CVG y las empresas básicas”, manifestó Franco, quien considera que las investigaciones tienen que ir más allá.
“La justicia llega, así sea a medias”
El trabajador afirmó que hay enriquecimiento ilícito, del que incluso han sacado provecho sindicalistas afectos al gobierno que han llegado a formar parte de las directivas, y que ahora viven como magnates en Guayana. Por eso, sospecha que Pedro Maldonado, Néstor Astudillo, el gobernador Ángel Marcano y otras personas del mismo círculo pueden tener una relación en un entramado de corrupción.
Y advirtió a los gerentes, supervisores y a los nuevos funcionarios que ocuparán cargos: “la justicia tarda, pero llega, así sea a medias”.
En las redes de corrupción siempre caen los peones, dijo.
“Está el caso de Tareck el Aissami, era ministro de Industrias y tenía relevancia en Pdvsa. ¿Dónde está? ¿Quién dice si sigue en el país o si lo van a meter preso? Él renunció y nadie sabe dónde está o si le va a llegar la justicia. Pero debajo de él están todos los gerentes, a los que les dieron cargos, personeros, testaferros”, cuestionó Franco, quien tiene 15 años de servicio en Sidor en el área de fábrica de tubos.
“La cúpula es intocable”
“Caen los personeros que usan para delinquir, pero la cúpula sigue. Diosdado Cabello, Delcy y Jorge Rodríguez y Tareck el Aissami son intocables. Pero utilizan a peones para hacerse ver que están haciendo las cosas bien”, añadió.
El sidorista manifestó que Maduro, como jefe de Estado, tiene que actuar si el país entero o los trabajadores denuncian situaciones irregulares y reclaman reivindicaciones laborales que les corresponden, como lo han hecho. Sin embargo, reconoció que el gobierno eleva a la máxima potencia algo minúsculo, como las detenciones de algunos funcionarios, “para hacer ver que está tratando de mejorar las cosas”.
Un ejemplo puntual, destacó Franco, es que en días recientes Hipólito Abreu, ministro de Industrias y Producción Nacional, prometió durante una asamblea que aumentarían el salario a los trabajadores de las industrias básicas. Ese ajuste rondó apenas los 10 dólares.
Dijo que los trabajadores también están claros de que los gerentes que vayan a sustituir a Maldonado y Astudillo seguirán las mismas líneas del gobierno, por lo que no puede considerarse como una solución real.
Miles de trabajadores no reincorporados
Franco recordó que miles de trabajadores siguen desincorporados desde 2020, cuando se decretó la cuarentena para prevenir la propagación del covid.
“Hay una cantidad de 4.000 trabajadores que no han regresado a sus puestos de trabajo, trabajadores con 20, 30 años, y ellos (los directivos), por el filtro que tienen, no quieren ingresar a trabajadores, a sindicalistas, delegados departamentales ni delegados de prevención. Nosotros legalmente somos trabajadores activos de esas empresas”, dijo.
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