Ya lo dijo Lennon, entre muchos otros del siglo XX y XXI: “Toda nuestra sociedad está dirigida por personas locas con objetivos dementes”. ¿Qué falló en la humanidad para llegar a tanto? Además de que es un caso que se repite y se repite en el tiempo, con tanta insistencia en la línea de la historia.
Por otro lado, en términos económicos recuerda Keynes: “En el largo plazo todos estaremos muertos” si no se toman medidas inmediatas; pues sí, hoy no se conoce en el mundo nación que no haya llevado al podio de sus primeras magistraturas a enajenados mentales, clínicamente comprobados, muchos de ellos.
Se explicó en pasados días que mientras los programas educativos no estén orientados a desarraigar los nódulos desencadenantes del modelo sistémico tiránico, autoritario, que subyace en la psiquis del sistema, el problema continuará haciendo estragos como un huracán por toda la tierra, dejando tan sólo los escombros del paso del ciclón.
Cuando se ve en perspectiva, el modelo educativo implantado en la psicología de los niños en los primeros años, cuando se desarrolla la personalidad del individuo, de acuerdo con las investigaciones, es un sistema de educación de producción en masa que emula las grandes líneas de ensamblado de producción industrial, cuya base es la cadena, como lo plantea Ken Robinson y lo ilustró muy bien Pink Floyd en su álbum de 1979, The Wall.
Eso explica aquella frase famosa que se le atribuye de manera errónea a Churchill que dice: “Quien a los 20 años no sea revolucionario no tiene corazón, y quien a los 40 lo siga haciendo, no tiene cabeza» la razón de tales comportamientos es precisamente la cosmovisión del sistema educativo.
Sin embargo, el asunto son los medios y los fines de esa reproducción en serie a grandes escalas, proporcionada por los múltiples medios de comunicación, que en vez de estar dirigidos a la investigación, creatividad e innovación en las humanidades, religión, ciencia y la tecnología, por el contrario están destinados a imitar los sistemáticos patrones de esquemas conceptuales de dirección y control vertical de la administración totalitaria, donde la individualidad propia de la naturaleza con la que nace la persona desaparece, para ser sustituida en su lugar por un sujeto masa, alineado a intereses globales, sin importar la potencialidad natural, ni las necesidades de cada región.
No obstante, las últimas investigaciones arrojan que el modelo eurocentrista está agotado, ya que no sólo es de conocimiento limitado, sino que presenta un caudal de grandes inconsistencias, lleno de hipótesis que están de espalda a las investigaciones y adelantos de otras culturas; por ello, el crecimiento de la ciencia, la tecnología, que se observa en Oriente. Además de otras latitudes, a pesar de la paradoja de los adelantados modelos de gobernanza totalitaria, en algunos de esos lugares, manifestando claros rizomas en palabras de Deleuze y Guattari, en cuanto a la técnica e innovación de las ciencias ortodoxas y heterodoxas en el mundo.
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