Cómo puede ser que las expectativas de una sociedad cambien tanto, como para moverse desde el “Venezuela ya se arregló” de mediados del 2022, hacia una sensación de que este año 2023 no será nada bueno.
En una economía pequeña como la nuestra todo influye, y una dimensión, fácilmente, arrastra a las otras. Si la sensación es de desmejora, pues toda la sociedad se moverá en esa dirección, y todo lo que se vea y se sienta, tenderá a ser no positivo.
Y debe quedar claro que no se trata de un tema comunicacional, que se arregle con una declaración aquí y otra allá, sino que tiene que ver con un cambio en la secuencia de toma de decisiones de la sociedad, la cual, actuando con el efecto cardumen, comienza moverse en otra dirección… tal vez la dirección opuesta.
Porque si a la gente no le alcanza el dinero, pues tiende a priorizar y rejerarquizar sus patrones de consumo; de la cesta de compras usual, mantendrá algunos bienes, y disminuirá otros, pero ninguno crecerá. Se da un estancamiento que lleva a que se corte el circuito, aumenten los inventarios, y las empresas comiencen a ver afectado su flujo de caja. Y si hubo algo de crédito, pues ya no estará más, por el temor de los impagos, no necesariamente por especulación, sino simplemente porque no pueden pagarlo.
Porque si bien el crédito pudiera convertirse en un impulso para el crecimiento y expansión de la economía, eso solo se da si las condiciones están dadas para que la empresa, finalmente pague al vencimiento. Pero si las lecturas indican que el crédito, en estas circunstancias, solo se convertiría en un mecanismo de posponer el impago, pues la tendencia será a cerrar filas, y sostener el valor de los activos, en este caso, los inventarios, y evitar facturarlos y venderlos.
Entonces, la pregunta que se haga cada empresario, se relacionará con la viabilidad de su negocio. Una pregunta que ya se hizo hace un par de años, y llegó a la conclusión de que, si cambiaba la escala de operación, entonces sí podría sostenerse. Ha llegado el momento de volver a hacerse la pregunta, y ponderar si sus activos son capaces de generar el flujo de caja como para sostenerlos, porque hay gastos de operación que deben ser cubiertos con ese mismo flujo de caja que, si no es suficiente, entonces tendrá que generar la caja, rematando inventarios.
Hasta aquí una especie de lectura realista de la situación. Pero si se da un paso atrás y se trata de analizar cómo es que las expectativas cambiaron en unos pocos meses, nos encontramos con que tuvo el mismo origen del deslizamiento desenfrenado del tipo de cambio, por la baja de ingresos petroleros por parte del Estado que estaba interviniendo en el mercado inyectando dólares, y eso comenzó a disminuir, licuando los ingresos en bolívares de una gran masa de la población que solo percibe bolívares, e impactando negativamente a aquellos que también reciben dólares. Porque lo que recibían comenzó a retrasarse, y los precios, en bolívares y en dólares, comenzaron a subir.
O sea que el consumidor se encontró sin capacidad para demandar lo usual, y el empresario comenzó a no vender y a acumular inventarios. Tal vez estos últimos tres meses hayan sido los más difíciles en cuanto a la sustentabilidad de los negocios.
Y cuando en estos días el tipo de cambio comenzó a estabilizarse, y la brecha entre el dólar oficial y el paralelo comenzó a cerrarse, pues ya fue tarde para frenar el humor social que se había ido agriando y generando la sensación de que las cosas no mejorarán. Porque los salarios no mejoraron y la inflación siguió aumentando. El lunes de esta semana, en los supermercados que uso como referencia consistente, los precios habían aumentado en dólares. Mientras que los consumidores, seguían ganado lo mismo… tanto en bolívares, como en dólares.
Porque si bien en los próximos días puede presentarse una meseta en tipo de cambio y en precios, el retraso en el ingreso de la gente es grande y no se ven opciones en el gobierno para solucionarlo. Es posible que haya un aumento, pero este no será indexado, por lo que todo indica que se repetirá el ciclo anterior cuando a la vuelta de unas pocas semanas, ya se volvía a licuar.
Cuando les decía que una dimensión arrastra a la otra, me refería a que lo social está complicándose, sin que haya a la vista opciones de solución pacífica por parte del gobierno. Porque podría solucionarse con dinero, pero no hay… entonces quedaría solo la represión, la cual, en las condiciones actuales, no resultaría muy eficaz.
Hay quienes mencionan una nicaragüización de la situación con una represión muy fuerte, pero eso no parece posible en la Venezuela de hoy, donde el gobierno (el chavismo) no cuenta con el apoyo de la calle para llevarlo a cabo, y los entes de represión no parece que estuvieran muy dispuestos a hacerlo en forma masiva. Es posible un evento aquí y otro allá, como para que sirva de ejemplo… pero por la carga social que se está gestando, no parece que los ejemplos funcionen. Pareciera que la situación se le puede escapar de las manos al gobierno.
Político
La renovación, por otro año más, de la orden ejecutiva de Obama, declarándonos una amenaza inusual y extraordinaria, es un mensaje directo de que las sanciones continuarán y que hasta podrían ampliarse. Pareciera que aquí, internamente, no le dan a este instrumento el peso que realmente tiene, porque todo lo que pase o no pase con la relación bilateral está relacionado y referenciado con él.
Porque a cada rato se hacen declaraciones públicas de “levanten las sanciones”, como si estas fueran un evento aislado que dependiera del humor diario de Biden. No están al cabo de reconocer que antes, durante y después de la OE, cuentan con un consenso bicameral y bipartidista, sobre cuál es la mejor manera de relacionarse con la Venezuela chavista. Y eso no parece que vaya a cambiar.
Si bien los elementos de falta de democracia y de respeto a los DDHH son relevantes en las motivaciones, tiene tal vez más peso el hecho de que tengamos lazos estrechos con los enemigos de EE UU. Los vínculos renovados en el último mes con Rusia, y haberle dado a Irán el manejo de la refinería que está en el territorio continental de Venezuela, que está más cerca del territorio continental de EE UU, constituyen, para ellos, una provocación permanente que no pasa desapercibida.
Lo mismo que atribuirle las visitas de personeros de la Casa Blanca a la necesidad que tienen de petróleo venezolano, lo cual no es así; ellos (y el mundo en general, con o sin guerra) pueden vivir perfectamente sin el aporte del petróleo venezolano, el cual ya hace tiempo salió del mercado global.
Las visitas de los americanos se enmarcan en la OE desde el punto de vista del rescate de rehenes, que fue la razón principal de esas visitas; las cuales, con diferentes niveles de costo, siempre lograron que se libere algún prisionero norteamericano. Y está trascendiendo como rumores fuertes, una última negociación para liberar al resto de los prisioneros, esta vez a cambio de Alex Saab.
En realidad, la dificultad para que esto funcione como en el caso de los sobrinos, es que como aún se está sustanciando la acusación, no hay capacidad para el indulto presidencial que se utilizó en ese caso. Es de imaginar, que para rescatar a los ciudadanos de EEUU que aún permanecen en cárceles venezolanas podrán hacer algunas excepciones… pero claro… eso es lo que haríamos nosotros… habrá que ver qué flexibilidad tendrían ellos para que funcione también en este caso.
El tema de las primarias de la oposición en realidad no despierta ningún interés en la gente. Solo comentaristas y encuestadores se ocupan del caso, y alguno que otro hilo, sin trascendencia, que acepta o rechaza las variopintas encuestas que, descaradamente, impulsan a unos y a otros precandidatos.
En realidad, el panorama político venezolano está totalmente en manos del chavismo, quienes le darán más o menos trascendencia a la oposición, solo si sirve para que EE UU (el verdadero contendor del chavismo) libere o flexibilice algún tema coyuntural. Pero ni aun así. Hoy hay una medición de fuerzas entre los dos bloques –chavismo y EE UU- que no se sabe adónde irá a terminar. Porque la agresividad del gobierno no parece que vaya a conducirlo a ningún lado.
Social
Los dos temas fuertes son el hambre de una gran masa de pobres, y las protestas de trabajadores y pensionados, quienes, sin dejar de ser pobres, al menos tienen una fuente de ingresos que pretenden actualizar.
El tema es si estos dos fenómenos pueden juntarse y hacer causa común. No parece, pues los del hambre no tienen ni organización ni conducción, y los manifestantes, si bien están organizados, lo hacen en forma independiente, y cada uno pidiendo lo suyo, lo cual, si bien en esencia es el mismo petitorio, al estar atomizados, no consiguen la masa crítica.
O sea que, si se sumaran todos, sí podrían causar un caos generalizado… pero no parece que eso vaya a ocurrir así. Aunque los niveles de hambre y pobreza que tenemos en la actualidad no tienen precedentes, por lo que, ante una situación nueva, pues podría haber reacciones nuevas. Poco probable, pero posible.
Como les decía más arriba, la dimensión económica está arrastrando a la social, y solo la política podría ponerle un freno. Pero no con represión, sino con negociación y aceptación… de la misma forma como se tuvo que aceptar al dólar porque era la única vía para evitar el caos generalizado.
Económico
Estamos navegando en el borde de una hiperinflación que tendrá características diferentes a la última que tuvimos, porque esa se gestó impulsada por un ambiente de restricciones y controles, y salimos de ella, cuando se levantaron los controles y se dejó al mercado actuar libremente.
Mientras que la que amenaza con atacarnos ahora, lo está haciendo desde un mercado dolarizado, liberal y de mercado. Y si esto es así, cuál sería la estrategia a aplicar… porque pareciera que ya pusimos todas las herramientas a la vista. Bueno… sí y no…
Porque lo que ocurrió fue más de hecho que de derecho… aunque hay que reconocer que la derogación de la Ley de Ilícitos Cambiarios fue el pivote sobre el cual se articuló una nueva línea acción. La cual es evidente que se quedó a mitad de camino, porque no logró formalizar la estrategia, y lo que se formalizó, lo hizo con bases endebles.
Estamos en una encrucijada de la cual solo saldremos con la unificación cambiaria, con permitir que el dólar sea una moneda de curso legal, y sacando, vía el mercado de valores, la mayor cantidad de empresas del estado hacia el sector privado. Hace falta una decisión política que permita que el propio mercado restablezca el equilibrio de las variables que se descontrolaron.
El otro aprendizaje es que el sector privado aun no es suficientemente fuerte como para soportar el peso de la economía. El ingreso petrolero sigue siendo un factor de apoyo, el cual aunque distorsionante, en este momento sigue siendo la base del equilibrio precario e inestable al que podríamos aspirar.
A todos los efectos aún no somos post petroleros, pues toda la estructura económica, y la laboral, sigue apoyada en los ingresos petroleros.
Internacional
El tema del sistema de seguridad implantado por Bukele en El salvador transita entre lo razonable y lo humanitariamente aceptable. Porque no se trata solo de El Salvador. Nuestros casos en Maracaibo de las últimas semanas, y lo que ocurre en la ciudad de Rosario en Argentina, más lo que pasa con la guerrilla delincuente en Colombia, nos pone entre el garantismo que le da más valor y peso al perpetrador que a la víctima, y que funciona como una puerta giratoria” donde las policías los captura y la justicia garantista los libera.
Lo razonable, el sentido común nos viene mostrando desde hace muchos años que el sistema carcelario latinoamericano, tiene pocas posibilidades de rehabilitación y muchas de servir como una especialización para volver a delinquir, pero esta vez con mayor fiereza y precisión.
Los videos de los presos y la amenaza de dejarlos sin comer si hubiera represalias, son respuestas de una sociedad saturada hasta el hartazgo y del espacio que van ganando en la sociedad los criminales de toda índole.
Por otra parte, lo dictatorial de la medida de Bukele, lo está llevando al 94% de popularidad; lo cual, posiblemente lo incline a la tentación de gobernar en forma absoluta, en otras áreas de la vida del país, sin pasar por las instancias democráticas de control que caracterizan los contrapesos de los países libres. El riesgo que se corre aplaudiendo este presente, es que se caiga en un futuro donde una sola persona considere qué es lo que está bien y que está mal… y que termine en una dictadura de la que le costará salir a ese país.
Lo que Bukele está haciendo puede parecer positivo, pero se está abriendo la puerta para una nueva dictadura en la región Latinoamericana.
Recomendación
- Al gobierno: que revise el esquema de impuestos, tasas y tarifas hacia las empresas privadas, y trate de facilitar/ agilizar los trámites que funcionan como externalidades negativas para el reacomodo de las piezas de nuestra economía. No se entiende que registrar una asamblea pueda costar 1.800 dólares… así no se puede.
- A la dirigencia opositora: que organice una sesión de trabajo extramuros con todos los candidatos y pre candidatos, para hacer una revisión general de la situación, y lograr, al menos, un análisis de riesgo, y algunos puntos en común. Porque una primaria es entre pares; entre gente que se mueve alrededor de un concepto común. Y esto no es lo que está pasando con nuestros opositores, quienes están más divididos entre ellos, que todos ellos con el chavismo. Hay que evitar perder el esfuerzo de las primarias. Y me ofrezco para facilitar la sesión extramuros.
- A la dirigencia empresarial: que reconozca la gran oportunidad de la economía de la base de la pirámide y comience a incorporar e impulsar nuevos modelos de negocio. Hoy todo gira alrededor de los 5 millones de arriba, y estamos perdiendo la oportunidad con los 21 millones de abajo. Se trata de cambiar los pesos en la ecuación de precio por cantidad. Para los de arriba, precio alto para solo 5 millones; para los otros, precio muy bajo multiplicado por una cantidad 4 veces más alta. Y el resultado seguramente será mejor en el segundo caso; y lo más importante, será sostenible en el tiempo.
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