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Halyna Mazepa, la artista que vino de Ucrania

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Por JOSÉ G. ÁLVAREZ – CORNETT

En el colorido mundo artístico de la pintora, ceramista e ilustradora Halyna Mazepa de Koval convergen las culturas de Ucrania y Venezuela. Los acervos culturales de estas dos naciones y de la diáspora ucraniana dispersa por el mundo fueron enaltecidos con su arte.

La trayectoria vital de Halyna Mazepa es un auténtico tricolor. En este ensayo homenaje celebro su vida y obra a propósito del Centésimo Décimo Tercer (CXIII) aniversario de su nacimiento, que se conmemora el 9 de febrero de 2023.

Halyna Mazepa comparte la fecha de nacimiento con su esposo, el ingeniero electrónico Volodymyr Koval, profesor en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela; ella nacida en 1910 y él en 1911.

El influjo de Halyna

Junto con la médico Lya Imber Baru de Coronil (Odesa, 1914 – Caracas, 1981) y la abogada Tatjana (Tatiana) Bogdanowsky de Maekelt (Lutsk, 1925 – Nueva York, 2009), Halyna Mazepa está entre las mujeres ucranianas con mayor influencia en Venezuela (1).

Aquellos niños que leyeron las historias, cuentos y obras infantiles ilustrados por su mano recibieron un portentoso influjo que aún clama por ser estudiado. Como lo señaló el especialista en literatura infantil Fanuel Hanán Díaz en el 2013 al referirse a las ilustraciones de Halyna en las publicaciones infantiles Colección Estrella Amiga (cuentos) y Colección Puente Dorado (poesía) del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (INCIBA), ambas publicadas en 1968:

“Sería interesante estudiar el impacto de su trabajo en los libros para niños en el país, que principalmente se hace visible en las delicadas ilustraciones de esta colección, que muestran un carácter lírico” (2).

Asimismo, los aportes de Halyna Mazepa a la cultura venezolana mediante sus afiches, pinturas, cerámicas, exposiciones y dibujos animados tampoco han sido debidamente estudiados y su misma figura hasta hace muy poco había reposado en el olvido.

Es que, en general, la historia de la inmigración ucraniana en Venezuela no había sido objeto de estudio hasta marzo de 2022 cuando desde PROYECTO VES inicié el programa de investigación Ucrania en Venezuela: Herencia y Espíritu Cosaco en la Tierra de Gracia (3).

Mi pesquisa encontró que los ucranianos son parte de la trayectoria del arte, la cultura y la jurisprudencia de Venezuela y su espíritu inquieto se expresó y se hizo sentir en nuestra ciencia, ingeniería, medicina, odontología y tecnología de los alimentos.

En catorce artículos inspirados en Ucrania en Venezuela pincelé los aportes de los ucranianos a la sociedad venezolana. Bajo el título Crónicas Digitales de Ucrania en Venezuela estos artículos fueron publicados semanalmente desde el 2 de octubre de 2022 en la página web de Papel Literario. El Episodio 12 de las Crónicas (Halyna Tricolor, Partes I y II) fue dedicado a bosquejar la vida de Halyna Mazepa (4).

No puedo dejar de destacar aquí que el haber rememorado y puesto en perspectiva la vida de Halyna Mazepa en una investigación realizada en línea en múltiples idiomas fue un gran reto que, a pesar de las frustraciones que se sienten al enfrentarse uno a trabajar textos cuasi inexpugnables cuando no se conocen los idiomas en los cuales están escritos, como lo son para mí las lenguas eslavas, no obstante, trajo para quien escribe una abundante alegría y enorme emoción.

Halyna Mazepa: Tricolor, los dibujos animados y los libros infantiles

La revista infantil Tricolor salió a la luz el 24 de marzo de 1949 como una publicación del Ministerio de Educación Nacional (MEN) dedicada a la población infantil. Fue fundada y dirigida durante sus primeros 16 años por el caricaturista, cuentista y cineasta venezolano Rafael Rivero Oramas (1904-1992).

ILUSTRACIONES DE HALYNA MAZEPA EN LA REVISTA TRICOLOR. Desde la izq.: Portada No.114, junio 1959; Ilustración en La tortuguita del frasco, un cuento de Morita Carrillo, No.114, p. 8; Portada No. 47, enero 1953; Ilustración en Las hojitas del ciprés, No. 72, mayo 1955, p. 17

Por más de tres décadas, Halyna Mazepa fue la ilustradora de numerosas portadas y contraportadas de Tricolor. Además de ser la autora de centenares de ilustraciones que dieron forma, movimiento y vida colorida a muchos poemas, cantos, teatros infantiles y cuentos en Tricolor, en especial, las historietas del Tío Nicolás de Rafael Rivero Oramas y de las portadas de varios libros para niños, Halyna Mazepa fue una ceramista galardonada (5) y, desde Bolívar Films y ARS Publicidad, trabajó en el arte de los dibujos animados.

En Se hacen dibujos y muñecos animados en Caracas (El Nacional, 24/11/1948), Rafael Delgado comenta los dibujos animados que Halyna realizaba para los cortos publicitarios que luego eran proyectados en las salas de cine:

«Lo que hace es mucho, algo así como dibujos muy viriles, en el trazo, sin perder la gracia femenina…Tiene una gran capacidad de trabajo y un gran deseo de poder hacer más… Sobre la mesa hay un fraile colgado de una campana mirando, pícaro, el escote de una joven recién levantada y asomada al balcón… más allá unos angelitos, camino de un cielo de algodón».

Halyna Mazepa comenzó a colaborar en Tricolor tan temprano como en los números de noviembre y diciembre de 1950. Para Carlos Maldonado-Bourgoin en Tricolor Halyna dejó “un sello propio, muy personal”, el cual fue “seguido por otros ilustradores posteriores, dando así continuidad a la línea estilística de la misma. Más de una persona que anda entre los cuarentas y cincuentas [sic] han dicho —a quien esto escribe [Maldonado-Bourgoin]— no olvidar los indiecitos y niños venezolanos con media cara sombreada en forma de luna en la revista donde comenzaron a leer” (6).

Halyna Mazepa realizó igualmente las ilustraciones de varios libros infantiles como Festival del Rocío de Morita Carrillo (1953); Un niño venezolano de Angela de Monsalve (1966) y otros; y las portadas de las dos colecciones del INCIBA antes mencionadas en donde también ilustró el contenido de tres obras dentro de las colecciones: dos libros de poesía (Amanecer y Torres de celofán) y uno de cuentos (Los cuentos de mamá Lola).

Entre otros, realizó la portada del libro El camino de Tío Conejo de Pilar Almoina de Carrera (1970) y en 1973, junto con Arturo Moreno (1909-1993), realizó las ilustraciones para el libro El mundo de Tío Conejo de Rafael Rivero Oramas.

Entre dos mundos: el eslavo y el venezolano

Halyna Mazepa no solo fue ilustradora también pintó centenares de cuadros al óleo y variados guaches. Vino al mundo el 9 de febrero de 1910 en San Petersburgo, Rusia porque para la época sus progenitores ucranianos estudiaban en esa ciudad.

SELECCIÓN DE PINTURAS DE HALYNA MAZEPA. Desde la izq.; Adivinando la fortuna. Tres muchachas (1946; óleo 66 x 81 cm); Diablos de Yare (óleo sobre tela, 1958); Madre Hutsul (óleo 100 x 60 cm, 1972); y Hore (Горе) (óleo, 46 x 45 cm, 1972), en español Dolor

Su padre, Isaak Prokhorovych Mazepa (Kostobobriv 1884 – Augsburgo 1952), cursaba estudios de Agronomía en la Universidad de San Petersburgo (1904 –1910), mientras que su madre, Natalia Synhalevych o Singalevich (Kamianets-Podilsky 1882 – Praga 1945) estudiaba Medicina en el Instituto Médico de la Mujer. Su madre Natalia tuvo otra hija llamada Tetiana (Katerynoslav ca. 1915 – Praga d. de 1945).

Isaak Mazepa fue el primer ministro de la República Popular Ucraniana (RPU) desde agosto de 1919 hasta mayo 1920. Natalia Synhalevych después de graduarse de médico tuvo que trabajar en medicina rural por cinco años en la villa de Yagorlik, Besarabia, hoy Iagorlîc, Moldavia. Allí, pasó Halyna los primeros cinco años de su vida.

En sus memorias publicadas en ucraniano, Halyna rememoró diversos aspectos de su niñez. De una visita a sus abuelos maternos en Kamianets-Podilsky la artista recuerda el huerto de cerezos, lleno de olor a cerezas negras y un horno de barro en el jardín. De Besarabia tiene la imagen de una casa grande con una terraza con columnas blancas en donde corría seguida de cerca por su cabrita la cual nunca se separaba de ella. Pero son los recuerdos de su niñez en Katerynoslav los que ella más añora (7).

La familia Mazepa-Synhalevych se reencontró en 1915 en Katerynoslav, en donde vivieron hasta 1921. La niña Halyna estudió en el kinder Frebelichok, en donde se cantaba mucho y se hacían pequeñas óperas basadas en las fábulas ucranianas como El gato y el gallo.

Más tarde Halyna asistió a un gimnasio mixto para educar en ucraniano creado dentro de un gimnasio para señoritas llamado Gimnasio Femenino N.N. Tiblen, en donde se enseñaba en el idioma ruso. Allí, además de practicar el canto, Halyna aprendió a dibujar y pintar acuarelas y los tradicionales huevos de Pascua (pysanky) de la mano del profesor de arte Mykola Pogribnyak (1885-1965).

Por aquellos tiempos en Katerynoslav se abrió una pequeña escuela de música en donde Halyna recibió clases de violín y canto. La artista recuerda que iba a sus clases de música descalza con el violín en una mano y en la otra sus suecos de madera porque “descalza se anda mejor” (8).

En sus memorias Halyna también recuerda que se bañaba en el río Dnipro junto a su papá, mamá, su hermanita Tetiana y con mucho cariño también menciona a sus dos mascotas: Ralph, un labrador negro y Nera, una setter negro con manchas amarillas. Los perros fueron grandes e importantes compañeros en la vida adulta de Halyna Mazepa y aparecen en varias de sus pinturas.

En el verano de 1921, Natalia, Halyna, Tetiana y Nina (la hermana menor de Natalia) huyeron de Katerynoslav y de la Ucrania oriental controlada por los bolcheviques y cruzaron el río Zbruch para llegar hasta los territorios ucranianos occidentales controlados por Polonia (Halychyna).

Durante el viaje de huida se detuvieron en Kyiv. En las catedrales de Kyiv Halyna Mazepa entró en contacto con el arte religioso ortodoxo ucraniano, especialmente, con los iconos ucranianos. “Subconscientemente, me quedé con esta impresión de magnífica belleza”, así recordó Halyna su experiencia con el arte religioso (9).

Después de cruzar el río Zbruch fueron recibidas en el campo de internamiento en Kalisz, Polonia. En este campo residían miles de soldados del derrotado Ejército de la RPU. Entre los allí confinados estaba un estudioso de las danzas populares ucranianas llamado Vasyl Avramenko (1895-1981), quien vio la oportunidad para dictar cursos de danza folklórica. La jovencita Halyna quedó maravillada al presenciar varias coreografías multitudinarias en donde llegaron a participar cerca de mil soldados cosacos danzantes:

“Hermosos jóvenes cosacos siempre marchaban bien por el campamento… Todos vestidos de cosacos… con gorras bajas y cintas con hileras de municiones en el pecho, mostraban su delicada condición de cosacos” (10).

Por eso no nos debe extrañar que los temas cosacos aparezcan con relativa frecuencia en su arte.

De Kalisz los Mazepa salieron para residir en Lviv. En su nueva escuela Halyna tuvo que estudiar en el idioma polaco y pudo cantar otra vez en un coro escolar. También tomó clases privadas de violín con el profesor Yosyp Moskvychiv (1888-1974) y de pintura con el artista militar ucraniano Yuri Magalevsky (1876-1935), quien le enseñó los fundamentos principales del arte de pintar iconos.

En abril de 1923 la familia Mazepa deja la Ucrania polaca (Halychyna) rumbo a Praga, la capital de Checoslovaquia. Allí, los padres de Halyna la inscribieron en una escuela para niñas checas y, luego, durante el año escolar 1925-1926, la transfirieron al Gimnasio Real Reformado Ucraniano (GRRU), fundado por la comunidad ucraniana expatriada en Praga, en donde culminó su educación secundaria en 1928. En el GRRU Halyna conocerá al joven Volodymyr Koval que años más tarde se convertiría en su esposo.

Sus estudios de arte los realizó en tres instituciones: el Estudio Ucraniano de Artes Plásticas (USPM), la Academia de Bellas Artes de Praga (AVU) y la Escuela Estatal de Artes y Oficios de Praga (UMPRUM).

Próxima a cumplir 14 años, Halyna fue inscrita en el USPM en donde estudió con el artista Serhiy Mako (1885–1951), quien era muy entusiasta en sus clases y la influenció profundamente: “… gracias al profesor Mako encontré mi camino en la vida y comencé a dibujar correctamente” (11).

Halyna Mazepová — así se escribe su nombre en checo— ingresó en UMPRUM en 1929 y fue asignada al Estudio de Ilustración del artista gráfico y caricaturista checo Zdeněk Kratochvíl (1883–1961). Seis años fueron hasta 1935 cuando Halyna, porque había cursado algunas materias teóricas, se gradúa seis meses antes de lo estimado. Feliz con su título de la UMPRUM en la mano, ingresó en la AVU y completó su formación en arte durante un año con el pintor y artista gráfico checo Willi Nowak (1886–1977).

Su primer trabajo como egresada fue de profesora de dibujo y gimnasia sueca en el GRRU. Sin embargo, su verdadera fuente de ingresos, aún antes de graduarse, fueron las ilustraciones que hizo para las revistas checas y ucranianas (de la Ucrania polaca) como Nova Khata y la revista femenina List pani a divek. También colaboró con la casa editorial Melantrich en la sección infantil del periódico Pestrý týden y fue entonces cuando escribió e ilustró seis fábulas ucranianas en checo. También ilustró dos libros infantiles de Lilly Hodáčová (1910–1998) publicados por Melantrich.

El periodo 1945-1947 fue muy difícil para Halyna Mazepa. Durante el bombardeo de Praga del 14 de febrero de 1945 fallecieron su madre y sus dos pequeños hijos Volodymyr (1941) y Yuriy (1943). En abril de 1945, después de enterrar a sus hijos y cremar a su madre, Halyna Mazepa y su esposo Volodymyr Koval, en un viaje de huida pleno de vicisitudes, escaparían de Checoslovaquia hacia Alemania ante el inminente avance soviético sobre Praga. Me parece que sus cuadros Dolor (Hore, 1972) y Pena (Zhurba, 1972) pincelan su sufrimiento lustros después de tan trágicas pérdidas.

En mayo de 1945 Volodymyr y Halyna, embarazada de su tercer hijo, cruzaron la frontera y entraron en el territorio alemán y se asentaron en la ciudad de Ratisbona, Bavaria. Aunque Halyna no contaba con materiales de calidad para dibujar y pintar, entre 1945 y 1947 se las ingenió para participar en la vida cultural de los campos para personas desplazadas por la Segunda Guerra Mundial; pintar postales y ejecutar obras de arte: óleos y, principalmente, guaches.

Entre sus primeros trabajos se encuentran varias tarjetas navideñas fechadas hacia finales de 1945, el cuadro Adivinando la fortuna. Tres muchachas (1946; 66 x 81 cm) y una serie de guaches para ilustrar el cuento de hadas ucraniano Ivasyk Telesyk; algunas de estas ilustraciones están en la monografía “Halyna Mazepa”, publicada en 1982 (12).

En 1947 también pintó una serie de guaches en donde contó la historia de la popular balada del Cosaco Baida; dos de esta serie aparecen publicados en los números I y II de Arte ucraniano. Almanaque.

De Ratisbona, Halyna, Volodymyr y el pequeñín Bohdan viajaron a París en donde decidieron emigrar a Venezuela. Llegaron a La Guaira el 20 de noviembre de 1947 en el vapor Colombie y fueron enviados a las barracas del centro de acogida para inmigrantes ubicadas en Sarría, Caracas.

En nuestro país Halyna encontró un ambiente de paz y tranquilidad, las condiciones materiales y la receptividad necesarias para desarrollar toda su creatividad artística. Como ella misma lo expresó alguna vez:

“Praga fue solo el comienzo. En Caracas tuve una mejor oportunidad de trabajar” (13).

Dice mucho de la receptividad de nuestro país hacia el talento extranjero y también de sus cualidades como pintora, el hecho de que Halyna Mazepa haya sido admitida en el IX Salón Oficial Anual de Arte Venezolano del 25 de enero de 1948 a pesar de ser una inmigrante recién llegada. En esta edición del Salón Oficial participaron artistas de la talla de Armando Reverón, Manuel Cabré, y, entre otros, el ganador del IX Premio Oficial en Pintura, Francisco Narváez.

El crítico de arte Enrique Planchart comentó la participación de Halyna en el Salón Oficial (Revista Nacional de Cultura, No. 66, 1948):

“Halyn [sic] Mazepa, con su extraña gracia de ilustradora como para un drama de Kalidasa: leve y rápida caligrafía para expresar los contornos y luego iluminarlos con colores seleccionados en la fantasía”.

Halyna Mazepa se integró a la vida artística y cultural de Venezuela. Participó en la mayoría de los Salones Oficiales de Arte, en los Salones de Artistas independientes y en las exhibiciones en las galerías de arte de Caracas. Aunque había tomado clases de cerámica en Praga, en 1950 se matriculó por un año en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas de Caracas para estudiar las artes del fuego.

Durante su larga residencia en Venezuela Halyna Mazepa no se olvidó de sus raíces ucranianas. Colaboró con las actividades artísticas y culturales del exilio ucraniano en Alemania, Estados Unidos y Canadá, participó regularmente en las exposiciones colectivas anuales impulsadas por la Asociación de Artistas Ucranianos en América, fundada en Nueva York (1952), y colaboró en los esfuerzos del exilio ucraniano por producir materiales educativos para los niños de la diáspora ucraniana.

Ucrania y Venezuela, unidas por el arte de Halyna Mazepa

Halyna Mazepa fue una artista que desarrolló un estilo único bajo la influencia del arte moderno y de los ideales artísticos vigentes durante los años veinte y treinta del siglo XX los cuales aprendió en Praga. No obstante, la inspiración para su arte no provino de las tradiciones checoslovacas sino de la historia antigua y las tradiciones literarias y populares de Ucrania.

Al encontrarse con la geografía venezolana a fines de 1947, el arte de Halyna recibió el influjo del clima tropical, los colores, sabores y las tradiciones populares de Venezuela y el aporte de la cultura artística venezolana de los años cincuenta y sesenta.

En su variopinto arte figuran los iconos religiosos ortodoxos, los cosacos, indígenas venezolanos, niños, mujeres (La soñadora o Las lavanderas), los perros y otros animales, su familia y sí misma. Tiene cuadros semi abstractos (El árbol de la vida o Noche lluviosa) y otros que muestran un erotismo sutil (Después del juego de Hockey o Ninfas acuáticas). Algunas de sus obras celebran aspectos diversos del folklore ucraniano (La balada del cosaco Baida o Tres muchachas), de las tradiciones venezolanas (Diablos de Yare o El pájaro Guarandol), de la Navidad ortodoxa y de la llegada de la primavera (Rituales de primavera).

Para Sviatoslav Hordynsky, Halyna Mazepa logró hacer con su arte “una síntesis perfecta de dos tradiciones culturales, fundamentalmente diferentes pero relacionadas entre sí a través del estilo y la estética en la representación artística” y su estilo “cristalizó durante la década de 1950. Sus rostros, normalmente mostrados de perfil, adquirieron una forma cada vez más geométrica, con una separación entre los planos de luz y sombra por distintos contornos negros… Mazepa resolvió el problema de representar el movimiento delineando formas angulares simples y planos sólidos de colores vivos y fuertemente contrastantes, el rasgo más característico de su arte. Utiliza el color en planos claramente definidos que recuerdan a los vitrales. Sus figuras se destacan claramente, definidas por líneas firmes pero fluidas, casi musicales”14.

Halyna, la niña que caminó descalza por las calles de Katerynoslav porque, así, “descalza se anda mejor”, marchó luego por el mundo — Kalisz, Lviv, Praga, Ratisbona, París— y en su andar llegó a nuestra Tierra de Gracia en donde se labró un camino como artista, se hizo venezolana, vio crecer a sus dos hijos —Bohdan e Iván (1949-1993)— y seis nietos venezolanos y nos regaló su colorido arte para unir a dos pueblos amantes de la libertad.

Su esposo Volodymyr Koval falleció en 1994 y meses después, en Caracas, el 30 de junio de 1995, Halyna Mazepa dejó de existir. A cinco años de su fallecimiento, de septiembre a noviembre de 2000, se realizó una gran exhibición retrospectiva de su arte en The Ukrainian Museum de Nueva York.

En la obra artística de Halyna Mazepa resuenan con emoción y vibran con vigor nuestro ¡Gloria al bravo pueblo! y el ¡Gloria a Ucrania! (¡Slava Ukrayiny!). Su obra merece ser estudiada y valorada.

NOTAS

(1) Lya Imber fue una médico de gran influencia en la pediatría venezolana debido a sus actividades en el Hospital de Niños J.M. de Los Ríos y otras instituciones. La Doctora en Derecho Tatiana B. de Maekelt impulsó la Ley de Derecho Internacional Privado, fue Subsecretaria para Asuntos Jurídicos de la OEA (1978-1984), Profesora de Derecho en la UCV (1992), Individuo de Número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales (Sillón No. 5) y nombrada Presidenta de dicha corporación el 6 de febrero de 2007.

(2) Véase, Hanán Díaz, Fanuel: Panorama breve de la Literatura Infantil en Venezuela, Caracas: Fundación Banco Provincial, 2013, p. 131.

(3) VES es un acrónimo con doble significado. Cuando se refiere a la inmigración en Venezuela significa Vinieron, Educaron y Sembraron y cuando se refiere a la reciente emigración venezolana significa Viajaron, Emigraron y Surgieron. En 2022 PROYECTO VES cumplió diez años de actividades.

(4) Los enlaces para acceder a las crónicas están disponibles en: https://chegoyo.com/proyecto-ves/cronicas-digitales-ucrania/.

(5) Con su obra La virgen, Mazepa ganó el Premio Nacional de Artes Aplicadas otorgado en 1956 durante la celebración del XVII Salón Oficial Anual de Arte Venezolano. La virgen es un icono en cerámica ejecutada con la técnica de mosaico en donde Halyna representó a la Madre de Dios de la Intercesión (la virgen Pokrova) sosteniendo un manto con el cual protege a varios cosacos a bordo de una chaika, una embarcación pequeña que navega en el tormentoso mar Negro.

(6) Tricolor celebró la obra de Halyna Mazepa en el No. 335, Dic/Enero 1994-1995 (que aún no he podido consultar). Véase, Maldonado-Bourgoin, Carlos: “Halyna Mazepa, pintora e ilustradora”. Venezuela 95, Ministerio de Relaciones Exteriores, octubre-noviembre-diciembre, Caracas, 1995, pp. 28-31.

(7) Chaban, Mykola: Halyna Mazepa: My Fondest Ukrainian Memories Are of Katerynoslav, The Day (Den’), 11 de febrero 2010.

(8) Véase: Mazepa Koval, Halyna: Spohady (Memorias; original en ucraniano), Toronto: Vydannya Orhanizatsiyi Ukrayinok Kanady, 1993, p. 15.

(9) Nota 8, p. 24.

(10) Nota 8, p. 27.

(11) Nota 8, p. 36.

(12) Véase: VV. AA: Halyna Mazepa, Múnich: Ukrainische Freie Universität, 1982, pp. 6773.

(13) Nota 12, p. 38.

(14) Nota 12, p. 33.

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