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Todo se repite

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Misma situación, mismo resultado; dice el sabio, si hacen las mismas cosas obtendrán los mismos resultados. La personas de muchas nacionalidades no entienden cómo llegaron los venezolanos a la situación de decadencia y caos donde se encuentran actualmente; no se explican cómo la nación no se dio cuenta del engaño al que los estaban llevando.

Cuando los análisis empiezan a explicarle que todo fue, poco a poco, piano piano, es que empiezan a entender lo grave de la situación, en la que se ven ellos mismos identificados con el asunto; cuando comprenden, paso a paso, cómo se involucra a una nación en el desastre y la corrupción, además en el saqueo de forma indirecta, es que empiezan a pensar cómo es posible llevar a toda una nación al desolladero.

La gobernanza amparada en un modelo totalitario se construye a la par de las prebendas y beneficios que son diseñados para tocar los distintos sectores de la nación, como principal estrategia de la planificación del modelo totalitario donde no hay sector de la sociedad que no sea tocado por los dulces que regala el régimen en su constante campaña y festín de tomar el poder total, para luego darle la espalda a esos mismos sectores quedándose solo con los estrictamente necesarios para el sostenimiento del intervencionismo totalitario, que son fundamentalmente el estamento militar, compuesto por altos mandos y los industriales, solo los necesarios.

Por ejemplo, se desarrollaron significativos  beneficios, a través de subsidios que fueron a parar a los bolsillos de empleados y obreros del sector público que en naciones de economías mono productivas, como a las qué se relega a naciones como por ejemplo la de Venezuela, con modelos políticos centralizados entiéndase socialistas y de economías básicas, mono productivas, terminan siendo mayoritarios, distribuidos en los supuestos poderes autonómicos del Estado; apoyados junto a los poderes que conforman el Estado, incentivos económicos a sectores educativos, a los medios de producción, al transporte, a los medios de comunicación; al sector del petróleo, que es una de las principales empresas básicas como lo son la industria de la minería y siderurgia, hoy todos estos sectores han sido saqueados y vendidos a sus principales compradores y desmovilizados sus trabajadores, viéndose en la obligación de huir del país como una auténtica guerra de última generación, muchos sin saber aún que emigran de la guerra.

Pero la cosa no termina ahí, sino que por un lado se beneficia a los industriales, al sector privado y por otro se decreta la inamovilidad laboral, obligando al sector privado a cargar con empleos no competitivos, luego se expropian las mismas empresas que se beneficiaban de los mil millonarios subsidios; ofreciéndoles mejores sueldos y salarios a los trabajadores de dichos sectores privados, que en poco tiempo no iban a significar nada para costear las necesidades básicas.

Además, dentro de todo ese modelo totalitario aparecen y reaparecen siempre, el mismo elenco de actores políticos, cumpliendo aquella frase que se repite de forma reiterada: en política no hay muertos; es decir, alguien que estuvo ayer con el régimen colectivista bien sea del lado oficialista o de la oposición, hoy vuelve aparecer con supuesta representatividad que tampoco existe; y viceversa, como tampoco es verdad que lo sucedido en Venezuela o Ucrania no pueda suceder en otra nación, aunque dichas frases se repitan en todos los idiomas.

Entre todo aquel puzzle de quiebre, ruina de la sociedad, en la que han inducido, convertido y mantienen la nación en un muladar, se benefician grandes monopolios económicos internacionales, élites de Estados por el mundo, sobre crímenes que ciertamente no prescriben pero como nos recuerdan, se olvidan. De hecho, las vacas flacas de los siete años del sueño que José le revela al faraón, están así porque benefician al amo.

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