Documentada desde su nacimiento y marcada por el apellido, el espectáculo, la música y, a la vez, la tragedia: así fue la vida de Lisa Marie Presley, la única hija del rey del rock Elvis Presley.
Para ella los focos se apagaron para siempre el jueves después de que la encontraran inconsciente en su residencia en Calabasas (California, Estados Unidos) y, según los medios locales, haber sufrido un paro cardíaco.
Su última aparición en público generó cierta inquietud. Lucía glamurosa, elegantemente vestida de negro, con un peinado en alto que recordaba a Priscilla, su madre, de joven.
Pero también mostró dificultades para caminar y expresarse.
Fue el pasado martes en la gala de los Globos de Oro, donde acudió para apoyar «Elvis», el biopic sobre su padre dirigido por Baz Luhrman.
Y, casi como presagio de una despedida, días antes visitó Graceland, la mítica mansión de Elvis en Memphis, Tennessee, para celebrar el que habría sido el 88 cumpleaños de la estrella del rock el pasado 8 de enero.
Protagonizó su primera portada apenas al nacer, en 1968.
A lo largo de sus 54 años cosechó muchas más: algunas por su incursión en el mundo de la música, otras tantas por sus múltiples matrimonios y alguna, como en esta ocasión, por sucesos más funestos.
Aquí hacemos un breve repaso a los momentos que marcaron la vida de Lisa Marie Presley.
El primer divorcio y el primer duelo
El 16 de agosto de 1977 se daba la terrible noticia: Elvis Presley había muerto a los 42 años.
Para el mundo de la música supuso la pérdida del rey del rock. Para Lisa Marie, con apenas 9 años, fue la muerte de Daddy, «papi».
Los médicos dijeron que el artista murió de un ataque al corazón que probablemente fue provocado por su adicción a los barbitúricos recetados.
Este hecho marcó profundamente a Lisa Marie para toda su vida. «He lidiado con la muerte, el dolor y la pérdida desde que tenía 9 años», escribió en agosto.
Elvis adoraba a su hija e incluso le puso su nombre a su avión. Después del divorcio con Priscilla, en 1973, cuando Lisa Marie tenía 4 años, la niña se fue a vivir con su madre, pero visitaba de modo regular al cantante.
Hace apenas unos años reveló en una entrevista televisiva que ocasionalmente le pedía ayuda a su difunto padre.
«No es en sí que hable con él, pero sí que saco del archivo de mi memoria recuerdos que tengo y sí, ocasionalmente le pido ayuda. Y puedo sentir cómo una mano se me acerca».
Adolescencia problemática y adicciones
Tras la muerte de Elvis, la madre envió a la pequeña a distintas escuelas privadas. Ahí empezó el periplo peligroso de Lisa Marie: comenzó a «portarse mal y a experimentar con drogas».
«Estuve en modo autodestructivo real por un tiempo. Realmente nunca encajé en la escuela. Realmente no tenía ninguna dirección».
Aunque con lo que debió lidiar fue con un gran sentimiento de soledad.
«Era un poco solitaria, una niña melancólica y extraña», le dijo Lisa Marie al diario Los Angeles Times.
En 2019 llegó a describir de modo abierto su adicción a opioides y calmantes en el libro The United States of Opioids, donde también confesó estar agradecida por seguir viva.
Contó a CNN que esto empezó a ser más fuerte en 2008, tras el nacimiento de sus hijas gemelas.
Según su testimonio, dejó las drogas gracias a la Iglesia de la Cienciología, de la que dijo que era «una forma de autoayuda, de autodescubrimiento».
«Cuando me caí, me ayudaron a recomponerme».
Matrimonios de altura
Con apenas 20 años, Lisa Marie dijo «sí» por primera vez en el altar.
Fue en Marruecos, en 1988, con el músico Danny Keogh. Con él tuvo dos hijos, Benjamin y Riley.
Se separaron seis años después, pero mantuvieron la amistad, tanto que Danny fue el padrino de boda en el último matrimonio de Lisa Marie, en 2006, con Michael Lockwood, guitarrista y productor estadounidense con el que estuvo 10 años.
Entre ambos matrimonios, tuvo dos más. Uno de ellos, que solo duró tres meses, con el actor Nicolas Cage en 2002. De esta unión llegó a decir que tuvo una gran conexión porque los dos eran «una especie de piratas tiránicos con espíritu libre».
Aunque fue justamente esta conexión la que hizo que no llegaran las cosas a buen puerto: «Si un pirata se casa con otro, hundirán el barco», reveló.
Tras conocerse la noticia de la muerte de Lisa Marie, el actor de 59 años dijo: «Es una noticia devastadora. Lisa tenía la mejor carcajada que yo haya conocido. Iluminaba cada lugar y tengo el corazón roto. Me consuela creer que se ha reencontrado con su hijo Benjamin».
Pero el matrimonio más sonado fue el que convirtió a la joven de hija del rey del rock a la esposa del rey del pop: Michaek Jackson.
De Graceland a Neverland
La boda con Michael Jackson fue una ceremonia austera y solitaria en República Dominicana en mayo de 1994.
En su momento creó mucho desconcierto y las malas lenguas dijeron que se trataba de un acuerdo entre ellos. Fue en un momento en el que justo aparecían las primeras acusaciones contra el cantante sobre abuso de menores.
Llegó incluso a decirse que Jackson quería apropiarse de los derechos de las cancione de Elvis al igual que había hecho con los Beatles.
Para acallar rumores, se dejaron ver en la ceremonia de los MTV de ese año.
Pero no de cualquier modo: lo hicieron en pleno escenario, haciendo bromas sobre su relación y dándose un beso que, para muchos, fue sobre actuado.
No sería la única vez que saldrían mostrando cariño. El famoso videoclip de la canción You are not alone es un despliegue de besos y susurros al oído con ambos semidesnudos.
Los rumores sobre la falsedad de la unión no hicieron sino crecer.
Finalmente la pareja se separó en 1997.
Ella le dijo a la revista Rolling Stone en 2003 que se había sentido atraída por su misterioso estilo de vida y quería protegerlo de las acusaciones de abuso infantil.
Lisa Marie también dijo que «no estaba orgullosa» de su breve matrimonio, que fue tan malo que para los MTV Video Music Awards de 1995, la hostilidad entre ellos era evidente.
Ella se quedó mirándolo desde la audiencia mientras él interpretaba una mezcla de éxitos.
«Simplemente se puso muy feo al final», dijo.
Número 5 en la lista Billboard
Aunque la sombra de su padre era alargada y el apellido pesaba, Lisa Marie decidió, por fin, ser ella el centro de atención como música, con derecho propio, a finales de los 90.
Había escrito temas en su juventud, pero la presión de ser la hija de Elvis fue un impedimento comprensible para hacer pública su música.
En 1997 cantó el tema Don’t Cry, Daddy (1968) de su padre. Y, gracias a las mezclas de sonido, lo hizo a dueto con él.
Luego, el compositor y productor Glen Ballard la animó a hacer música en solitario y coordinó un acuerdo con Capitol. El lanzamiento de su álbum debut se programó para el año 2000. Pero en medio se interpuso su separación con Nicolas Cage y tuvo que posponerse.
Finalmente, su primer álbum,To Whom It May Concern, salió en 2003, seguido de dos más en 2005 y 2012.
Alcanzó el número cinco en la lista de Billboard, mientras que su segundo álbum llegó al top 10.
Su tercero, Storm & Grace, una colaboración con T-Bone Burnett, solo se ubicó en el puesto 45, pero tuvo una recepción de la crítica mucho mejor.
Un segundo duelo
Lisa Marie deja atrás lo que podría describirse como una historia de enfrentamiento y, a menudo, superación de la tragedia.
Hace apenas dos años y medio, en julio de 2020, su hijo Benjamín se quitaba la vida. Fue un duro golpe para una mujer ya acostumbrada a los vaivenes de la vida.
En un texto que escribió en agosto pasado en referencia a la muerte de su hijo, relató:
«El duelo es algo que tendrás que llevar contigo por el resto de tu vida, a pesar de lo que ciertas personas o nuestra cultura quieran que hagamos. No lo ‘superas’, no ‘sigues adelante’, punto».
En ese mismo escrito decía que lo publicaba con la esperanza de animar a aquellos que rodean a gente que está de duelo a prestar ayuda.
«Pregúntenles cómo están, pídanles que hablen de la persona que perdieron. ¡Sí! QUEREMOS hablar de ellos. Así los mantenemos vivos en nuestros corazones, así no se olvidan, eso es lo que nos mantiene a nosotros vivos también. Y háganme un favor, no les digan que ‘no pueden imaginar’ su dolor. La verdad es que, ‘oh sí, puedes, simplemente no quieres'».
Quizás ese mensaje termine siendo su legado, ya que su familia ahora enfrenta una tragedia más.
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