Comenzó el 2023 y no podemos decir aquello de “Año Nuevo, vida nueva”, pues aquí en Venezuela seguimos con la misma vida –paupérrima e inflacionaria– que nos ha dejado dos décadas de socialismo.
Llevamos poquísimos días del 2023 y ya el dólar paralelo rompió la barrera de los 20 bolívares por dólar, y el oficial está allí pisándole los talones al “dólar negro”. La crisis no ha cambiado, y por el contrario los signos es que la cosa está mal y sigue mal.
La vida económica venezolana no ha tenido ningún repunte, a pesar de los enunciados propagandísticos del régimen. Más allá de las burbujas económicas, el país sigue sumido en una crisis económica garrafal y con consecuencias sociales desastrosas.
Pues, mientras los enchufados de siempre van a los bodegones, a los conciertos, a los casinos, la inmensa mayoría de los venezolanos pasan necesidad y hambre; mientras los poderosos de siempre hacen y deshacen con recursos de procedencia sospechosa, la mayoría de la ciudadanía padece de todas las maneras imaginables.
Quienes tienen el poder no saben lo que es hacer mercado con un sueldo pulverizado, ellos no saben lo que es sufrir por no tener recursos suficientes para comprar medicamentos; ellos no saben lo que es esperar a que la hidrológica se digne a distribuir el agua o padecer por los apagones. No, ellos no saben nada de esto.
El año es nuevo, la crisis es la misma. Por un lado, la economía venezolana sigue siendo deficitaria, inflacionaria y paralizada y por el otro, el régimen no da –ni dará– ningún paso para generar las políticas que necesita el país para salir de la actual situación.
Necesitamos políticas económicas liberales, necesitamos políticas económicas coherentes y eficientes, y como sabemos, Nicolás Maduro no dará jamás este paso; es por tal razón que necesitamos un gobierno nuevo, para un Año Nuevo.
No sé si será en este 2023 o en el 2024, pero lo que sí sé es que cuando se efectúen las próximas elecciones presidenciales, María Corina Machado representará esa alternativa nueva, fresca y dinámica que la nación requiere con sobrada angustia.
Es ella quien –al ser escogida como la verdadera líder de la oposición en Venezuela y posteriormente presidente de la República– tiene la capacidad de lucha, seriedad, compromiso y amor para hacer las cosas que el país necesita y reclama.
Sentido común, es lo primero que necesitamos en la conducción del poder político venezolano. Sentido común para afrontar los retos, para tomar medidas, para emprender las grandes rectificaciones que el Estado nacional demanda. Sentido común para gobernar bien, pensando en el ciudadano y en el futuro.
Arrancamos este 2023 con el mismo hombre sentado en la Silla de Miraflores, boqueando con la misma situación económica apremiante y angustiante; arrancamos con todos los problemas acumulados. Sin embargo, cada vez estamos más cerca de una gran solución y de un gran cambio para todos los venezolanos.
Es hora de tomar las riendas del relevo y de enrumbar a la República hacia nuevos horizontes, y solo con María Corina Machado lo lograremos.
Solo con ella tendremos un nuevo amanecer y un año nuevo, con un nuevo gobierno.
Así de simple.
Sin más que agregar, nos leemos la próxima semana.
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